Perfecto
Todos los observadores coinciden. El principal obst¨¢culo del candidato Al Gore en su carrera hacia la presidencia es que es "demasiado perfecto". ?l mismo es consciente de ese terrible defecto. "Hablo demasiado de temas profundos", confes¨® con pesadumbre en la convenci¨®n dem¨®crata. El opositor republicano George Bush junior ve el hueco abierto y se presenta como uno m¨¢s, un "hombre com¨²n", que vete t¨² a saber lo que hoy es eso, que lo mismo da para un pollopera que para un caradura. En caso de dudas, siempre puede apelar a un cl¨¢sico, su propio padre, un fil¨®sofo del profundo existencialismo petrolero. "Tengo mis propias convicciones", dijo un d¨ªa el Bush senior, "pero no siempre estoy de acuerdo con ellas".En octubre, Gore y Bush tendr¨¢n que debatir tres veces en televisi¨®n. Hasta entonces vamos a asistir a un entra?able esfuerzo del equipo de campa?a dem¨®crata para demostrar que Gore no es tan perfecto como se le acusa. Su c¨ªrculo ya ha filtrado que, de ni?o, suspendi¨® plastilina un trimestre. Tommy Lee Jones, su compa?ero de habitaci¨®n en la universidad, dio a entender que Al Gore roncaba. Un profesor de literatura declar¨®, indignado, que Gore se tom¨® una vez la libertad de escribir al rev¨¦s el nombre del refinado poeta T. Eliot, con el resultado de Toilet, es decir, Retrete. Se avecinan grandes esc¨¢ndalos. Una noche, Al se zamp¨® la tarta de fresa que su mujer hab¨ªa preparado amorosamente para los cuatro ni?os. Un vecino asegura que, en una barbacoa, el susodicho se agarr¨® un tremendo coloc¨®n con mosto sin alcohol. Y empiezan a aparecer damnificados por su peligrosa inclinaci¨®n a socorrer al d¨¦bil. Un ciego denunci¨® que el joven Gore le oblig¨® a cruzar una calle de su mano, pese a la resistencia del invidente, que iba en otra direcci¨®n.
Pero no dejan de ser parches. Lo que tendr¨ªa que hacer Gore es aprender de los que saben. Para empezar, negarse a los debates en televisi¨®n, que son un atraso. Silenciar a una Julia que emite en Alaska. Regalar unos billones a las el¨¦ctricas y otros de tac¨®n en licencias de telefon¨ªa m¨®vil. Y cerrar como un se?or la campa?a con una cita de Aznar, digo de Mae West: "Cuando soy buena, soy muy buena; pero cuando soy mala, soy mejor".
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