La iluminaci¨®n de Celades
El volante regresa a la selecci¨®n tras dos a?os de sombra, lesiones y cr¨ªticas de t¨¦cnicos
Si la historia futbol¨ªstica de Albert Celades (Andorra, 1975) se representara en un gr¨¢fico, se apreciar¨ªan bruscas curvas de ascensos y descensos alternos. Y si no, que se lo pregunten al director general deportivo del Real Madrid, el doctor Jos¨¦ Mart¨ªnez Pirri, que en abril cort¨® por lo sano el debate en un informe t¨¦cnico: "No es jugador para el Madrid". Entonces Celades pasaba una temporada gris en el Celta y hab¨ªa sido fichado por el Madrid. Ayer, la opini¨®n de Pirri dio un giro: "Con el Madrid ha hecho una pretemporada francamente buena, ha jugado francamente bien, y se merece que lo hayan convocado para la selecci¨®n... pero del informe no quiero hablar m¨¢s. ?No quiero que me pregunten sobre el informe!".Si por su suerte fuera, los informes sobre Celades cambiar¨ªan de a?o en a?o. De jugador descartable hace tres meses ha pasado a ser internacional absoluto con Jos¨¦ Antonio Camacho. El seleccionador lo ha convocado para disputar el primer partido de las eliminatorias del Mundial de Jap¨®n y Corea, contra Bosnia-Herzegovina, el pr¨®ximo 2 de septiembre en Sarajevo. "No me lo esperaba", confes¨® incr¨¦dulo al enterarse de la noticia.
Celades no quiere reconocer su suerte irregular. Le brillan los ojos de manera permanente, como a un iluminado. Conserva siempre el mismo gesto di¨¢fano de c¨¢ndido que pasa de alteraciones triviales: cuando lleg¨® a Madrid nadie del club fue a recibirlo al aeropuerto, ni le buscaron un lugar para que se alojase, como si el destino obedeciese a un informe t¨¦cnico inexorable: "No es jugador para el Madrid... No es jugador para el Madrid...". A Celades no pareci¨® importarle mucho. "No vengo a reemplazar a Redondo, vengo a hacer mi trabajo y punto", sentenci¨® con calma. "Me gusta el esqu¨ª, me gusta estar con mis amigos, me gustan las canciones de Calamaro, me gusta Dire Straits...", destac¨® entre sus pasatiempos.
Celades comenz¨® a mostrar su calidad en el Barcelona, en 1995, en el puesto de ocho. La marcha de Cruyff lo devolvi¨® a la sombra. Robson no le hizo ning¨²n favor. "Ese a?o jugamos muy poco porque la ley Bosman perjudic¨® en general a todos los canteranos", explica diplom¨¢tico. Al a?o siguiente Van Gaal le ech¨® mano para que jugara de libre. En ausencia del lesionado Guardiola, su salida limpia de bal¨®n se convirti¨® en un elemento clave para ganar la Liga. Pero en la temporada siguiente, Van Gaal le coloc¨® como lateral derecho. "Siempre he jugado en ese puesto para sustituir a compa?eros lesionados, nada m¨¢s", comenta. Pero Van Gaal no cont¨® con ¨¦l y se fue al Celta para saltar luego al Madrid.
"Estoy muy ilusionado con volver a la selecci¨®n despu¨¦s de aquel Mundial tan complicado...", se alegr¨® Celades. La llamada de Camacho se produce despu¨¦s de dos a?os de ausencia: jug¨® aquellos partidos dram¨¢ticos contra Nigeria y Paraguay, en los segundos tiempos, cuesta arriba y con 22 a?os, en el Mundial de Francia. Ahora la convocatoria llega despu¨¦s de una pretemporada muy buena. Celades se perfila como titular en el Madrid y confirma su fortuna intermitente. Su naturaleza de futbolista bajo sospecha que resurge. Demasiado introvertido para facilitar una semblanza. Demasiado falto de musculatura para entusiasmar de un vistazo a los cuerpos t¨¦cnicos, reacios a detectar dos cualidades que Celades exhibe como pocos: visi¨®n de juego y -sobre todo- velocidad para jugar al primer toque. Esto es, para poner el perfil del pie en el lugar preciso, recibir el bal¨®n, y distribuirlo con un solo gesto. No por nada, Laudrup fue su h¨¦roe. "Es el bal¨®n el que tiene que correr, no los jugadores", reza el axioma de la escuela de Cruyff, y Celades promete ser su primer v¨¢stago plantado en el Bernab¨¦u. "A un toque se juega f¨¢cil cuando est¨¢s acompa?ado por grandes jugadores, como en el Madrid", dice. Con velocidad y visi¨®n. Con facultades dif¨ªciles de ponderar. M¨¢s cercanas a la intuici¨®n que al desarrollo atl¨¦tico. Mal reconocidas pero imprescindibles. Aunque Pirri no tomara constancia de ello en su informe. Celades juega r¨¢pido.
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