La cara oculta de Nixon
Que Richard Nixon era ambicioso, acomplejado, y paranoico no es ning¨²n secreto. Ahora tambi¨¦n sabemos que el presidente m¨¢s desprestigiado de la reciente historia estadounidense consum¨ªa un poderoso f¨¢rmaco para controlar sus estados de ¨¢nimo depresivos o irritables y le pegaba a su esposa, Pat. Lo cuenta La arrogancia del poder: el mundo secreto de Richard Nixon, una biograf¨ªa escrita por el periodista irland¨¦s Anthony Summers que hoy sale a la venta en EE UU.Es lo que le faltaba a la imagen de un presidente que prolong¨® la guerra de Vietnam y termin¨® dimitiendo por el caso Watergate. Nixon, seg¨²n sus conversaciones grabadas por ¨¦l mismo, ve conspiraciones por doquier y proclama que va a destruir por completo a sus enemigos: los Kennedy, los opositores a Vietnam, los hippies, los negros, los jud¨ªos, los homosexuales, los comunistas...
Nixon se sent¨ªa odiado por millones de compatriotas. Tras el bombardeo de Camboya, en 1970, un psiquiatra de Nueva York diagnostic¨® que la ansiedad e insomnio de Nixon eran "s¨ªntomas de una neurosis importante". Tal era su desequilibrio que James Schlesinger, su secretario de Defensa, orden¨® a las unidades militares que no cumplieran las consignas de la Casa Blanca hasta asegurarse de que eran suscritas por ¨¦l mismo.
Ya era sabido que Nixon recomendaba a Henry Kissinger que les contara a vietnamitas, chinos y rusos la teor¨ªa del Hombre Loco. Kissinger deb¨ªa decirles que Nixon no estaba en sus cabales y que, si no aceptaban sus t¨¦rminos de paz, era capaz de desencadenar un conflicto nuclear. La biograf¨ªa de Summers confirma que no era tan s¨®lo un truco. Desde 1968, Nixon tomaba grandes dosis de una medicina llamada Dilantin, otra revelaci¨®n de Summers confirmada ayer al The New York Times por James Dreyfus, el m¨¦dico que se la recet¨®. Dreyfus le dio a Nixon una inmensa botella con 1.000 capsulas de 100 miligramos de Dilantin. Ese f¨¢rmaco, seg¨²n Dreyfus, era muy efectivo en el tratamiento de estados de "miedo, preocupaci¨®n, culpa, p¨¢nico, enfado, rabia, depresi¨®n, comportamiento violento, alcoholismo, anorexia, arritmia cardiaca y desordenes musculares". Pero el Dilantin ten¨ªa "peligrosos efectos secundarios", como confusi¨®n, p¨¦rdida de memoria y trastorno de las funciones cognoscitivas.
M¨¢s arriesgada es la afirmaci¨®n de Summers de que Nixon le pegaba a su esposa, Pat. Summers cita a John Sears, un ayudante de Nixon, que a su vez cita a Waller Taylor, un abogado del ex presidente. Seg¨²n ese testimonio indirecto, Taylor cont¨® que Nixon "le hab¨ªa golpeado en 1962 y que ella le hab¨ªa amenazado con abandonarle. No fue un cachete. Le dej¨® un ojo morado".
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