De un plan de asistencia en 1999, al cierre de la Casa de Campo en 2000

S¨®lo palabras

La pol¨ªtica del Partido Popular frente al problema de la prostituci¨®n en la Casa de Campo ha seguido un camino incierto que no ha conducido a ninguna parte. Tras m¨¢s de un a?o de declaraciones desde el gobierno municipal, la oposici¨®n y los colectivos que ayudan a las prostitutas, las cosas en el parque siguen estando igual de mal. Al menos en lo que se refiere a las malas condiciones higi¨¦nico-sanitarias y al poco edificante espect¨¢culo junto a zonas de ocio donde acuden miles de menores de edad. Este a?o se ha duplicado el n¨²mero de mujeres que viven del sexo. Ahora se calcula que trabajan en la Casa de Campo 800 mujeres, en su mayor¨ªa africanas. La pol¨¦mica que puso sobre el tapete las condiciones de trabajo de las prostitutas se desat¨® en abril de 1999. Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa, del PP, era entonces el primer teniente de alcalde. El detonante fueron las multas que impuso la Polic¨ªa Municipal a una pareja (una meretriz y su cliente) por pr¨¢cticas sexuales diurnas castigadas en una ordenanza franquista de 1961 a¨²n vigente. En ese texto se proh¨ªbe "realizar en la v¨ªa p¨²blica cualquier acto que pueda molestar a los transe¨²ntes y que, por su naturaleza, sea indecoroso". Para evitar que los agentes siguieran persiguiendo a parejas en el parque, Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa propuso trasladar a las mujeres a zonas rec¨®nditas para que quedaran fuera de la vista p¨²blica. Tambi¨¦n propuso limitar el tr¨¢fico de veh¨ªculos para alejar la prostituci¨®n.

Tras un primer contacto con las asociaciones que trabajan con prostitutas, APRAMP (Asociaci¨®n para la Reinserci¨®n y Promoci¨®n de la Mujer Prostituta) y Hetaira, Echeverr¨ªa se reafirm¨® en su decisi¨®n de trasladar a las mujeres al cerro de Garabitas.Por "sensible mayor¨ªa", las trabajadoras sexuales aceptaron en mayo la propuesta del PP a cambio de una serie de condiciones. Ped¨ªan cabinas telef¨®nicas, transporte p¨²blico y un punto de atenci¨®n m¨¦dica urgente, entre otras cosas. En cuanto lleg¨® el periodo de elecciones municipales, el debate pas¨® a un segundo plano y los pol¨ªticos olvidaron a las prostitutas.

Al llegar a la concejal¨ªa de Polic¨ªa Municipal, Mar¨ªa Tard¨®n asumi¨® en agosto el plan previsto por su antecesor. Es decir, no s¨®lo las trasladar¨ªa al cerro de Garabitas, sino que tambi¨¦n les ofrecer¨ªa la ayuda que en su momento solicitaron y hasta abrir¨ªa un desv¨ªo por la M-30 para que los clientes llegaran al lugar establecido. S¨®lo palabras. Tras las presiones que surgieron desde diversos sectores -la oposici¨®n, ecologistas y algunos ediles del mismo partido-, el Ayuntamiento dio marcha atr¨¢s. Eso fue en septiembre, tras descubrir el alcalde que el lugar elegido por su ex primer teniente de alcalde para ubicar a las prostitutas ten¨ªa un alto valor ecol¨®gico. Despu¨¦s se perdi¨® todo contacto con las mujeres. Hasta que, en junio de este a?o, Tard¨®n anunci¨® que denunciar¨ªa a las mujeres por exhibicionismo y ahora ha propuesto cerrar al tr¨¢fico la Casa de Campo.