El Atl¨¦tico emite malas se?ales

Muy malas se?ales envi¨® el Atl¨¦tico en su estreno en Segunda. Fue un equipo sin pies ni cabeza, sin solidez en defensa ni contundencia en ataque. Con apenas elaboraci¨®n en el centro del campo. Sin car¨¢cter para levantarse tras ser golpeado una y otra vez por el Levante, un conjunto que s¨ª sabe lo que quiere: jugar muy bien al f¨²tbol. A las ¨®rdenes de un interesante t¨¦cnico que debuta en la categor¨ªa (Jos¨¦ Carlos Granero), el Levante mostr¨® un respeto absoluto por el bal¨®n y por la calidad de sus hombres en el medio del centro del campo (Roa y Juba). O sea, la clave que permite abrir pertinentemente el cuero a las bandas, donde por un lado llegaba un tipo con una potencia descomunal (Ettien), que caus¨® sensaci¨®n ayer en Valencia; y por el otro entraba un lateral izquierdo de una zurda muy estimable: Aurelio. Todo eso aderezado por la picaresca del delantero Salillas, que como cobra 200.000 pesetas por cada gol que marca, no deja de aumentar su cuenta corriente a la menor oportunidad. En el Atl¨¦tico, nadie se salv¨® de la quema. Ni siquiera el portero Toni, que empez¨® bien pero acab¨® goleado.Ya en una primera parte muy intensa, el Levante traz¨® un f¨²tbol muy bello que acab¨® con el Atl¨¦tico a punto del descalabro. De no haber sido por Salva, que surgi¨® de la nada, al filo de descanso, para igualar el marcador. Para certificar su enorme olfato de cazagoles. El juego, no obstante, lo puso el Levante. Entre otras cosas porque el medio del campo era completamente suyo. O m¨¢s bien de Roa, ese superviviente de mil batallas en Segunda, que se alz¨® claramente por encima de gente con mucho mayor pedigr¨ª: Mena y Juan G¨®mez. Ninguno de los dos parece dotado para darle una buena salida al bal¨®n, ambos son de corte destructivo. Al Atl¨¦tico se le plantea ah¨ª un serio problema. No es el ¨²nico. Dos de sus jugadores bandera, dos campeones ol¨ªmpicos en Barcelona 92, Kiko y L¨®pez, se encuentran muy lejos de su mejor momento. Sobre todo el defensa, que ayer pag¨® su largo tiempo de inactividad. El Levante abri¨® un boquete por el centro de la zaga atl¨¦tica.

Dotado de una espectacular musculatura de corredor de 100 metros, Felix Ettien, el hombre de los 2.000 abdominales diarios, llev¨® al Atl¨¦tico de Madrid por la calle de la amargura en su visita a la Segunda 60 a?os despu¨¦s. Una vez en marcha, nadie sab¨ªa c¨®mo pararlo. La ¨²nica manera que encontr¨® Mena fue mediante una dura falta que acab¨® en tarjeta. M¨¢s tarde trat¨® L¨®pez de imitarlo, pero como ya ten¨ªa una tarjeta, no se emple¨® con la misma contundencia. Y Ettien se fue. Como un tren. Al viejo estilo "A m¨ª el pelot¨®n que los arrollo", Ettien (Costa de Marfil, 20 a?os) emul¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Belaustegui y acab¨® remolcando a L¨®pez en una arrancada que termin¨® con un pase al centro para que Salillas marcara. Un golazo. Curiosa sociedad la que forman el musculoso Ettien y el p¨ªcaro Salillas, que le a?ade las gotas de inteligencia a la fuerza bruta del de Costa de Marfil. El goleador aragon¨¦s juega magn¨ªficamente bien de espaldas a la porter¨ªa, desde donde ve casi siempre libre a Ettien, que entra por la derecha como una exhalaci¨®n. As¨ª naci¨® el segundo gol levantinista, en el que Roa, que ven¨ªa solo desde atr¨¢s, marc¨®. El tanto hac¨ªa justicia al enorme encuentro de Roa.

Tras el gol, el Atl¨¦tico se puso muy nervioso y el Levante actu¨® con comodidad. Al primer toque en algunos momentos. Kiko, por fin, logr¨® hilvanar una acci¨®n de peligro, pero no fue m¨¢s que el preludio de la puntilla definitiva del Levante, que tambi¨¦n cuenta con especialistas para el contraataque: Kaiku. El Atl¨¦tico, entonces, estaba para el arrastre, con ganas de que se acabara el castigo, pero ¨¦ste prosigui¨® hasta el ¨²ltimo instante.