Olano irrumpe sin avisar
La crono de Tarragona da el liderato al corredor del ONCE, que super¨® a Ullrich y destroz¨® a Z¨¹lle
Las contrarreloj despejan dudas, normalmente. La de Tarragona las a?adi¨®. Parec¨ªa seguro que Z¨¹lle llegar¨ªa a los Pirineos de amarillo. Su ventaja superaba el minuto con respecto al siguiente, Olano. El entusiasmo y las dotes de rodador del suizo no hac¨ªan presagiar cambios sustanciales. Pero los hubo. Tanto como que hoy volver¨¢ a correr entre el pelot¨®n con el maillot blanco y azul del Banesto. Ni un ribete amarillo en su vestimenta. Ese color lo llevar¨¢ Olano, el corredor aparentemente menos fervoroso de la Vuelta, quien menos entusiasmo exteriorizaba. El m¨¢s escondido. Iba segundo, y pasaba desapercibido. Se apartaba de las apuestas.Todos los ¨®rdenes de la carrera se invirtieron. Hab¨ªa seis corredores en escena: Z¨¹lle, Heras (los m¨¢s vistosos de la primera semana), Ullrich, Igor Gonz¨¢lez de Galdeano (dos corredores corpulentos que esperaban irrumpir en esta etapa), Olano y Casero, los m¨¢s discretos. Uno, porque dice estar cansado de arrastrar una temporada larga, con muchos kil¨®metros y todav¨ªa dos citas importantes por delante, los Juegos y el Mundial. Casero, porque ¨¦l nunca hace ruido. Nunca gana etapas. Lo suyo es la regularidad sin brillo. Nunca sale en las fotos, porque siempre persigue alguna rueda. Pero los pron¨®sticos volcaron. Olano es el l¨ªder tras una victoria incuestionable y Casero alcanza el segundo puesto a su manera.
Sin embargo, mirando con lupa la contrarreloj, pueden explicarse ciertos resultados. Las sorpresas no lo son tanto. Si Olano pod¨ªa triunfar en alguna etapa, era la de Tarragona. Hab¨ªa motivos: un terreno dif¨ªcil, s¨®lo aptos para expertos; un ex campe¨®n del mundo contra el reloj; un d¨ªa clave para probarse con vistas a Sydney. Olano volvi¨® a hacer lo que mejor sabe. Gan¨® y sin necesidad de fijarse en sus pulsaciones. No se coloc¨® el contador de latidos.
Dispon¨ªa, adem¨¢s, de las excelentes referencias de su compa?ero Santos Gonz¨¢lez. El alicantino, otro especialista en estas etapas, se ha colado en el grupo de seis. Ahora el abanico de candidatos se ha ampliado. Suman siete. Entre ellos, Ullrich. Para ¨¦l, no ganar una contrarreloj supone acercarse al fracaso. Y si le superan cinco corredores en la l¨ªnea de meta, a¨²n m¨¢s. Pero no hay que fiarse de los resultados. El alem¨¢n pudo acabar m¨¢s arriba (cedi¨® 1.01). Un pinchazo se lo impidi¨®. No s¨®lo le priv¨® de 30 segundos menos, sino que le cambi¨® el ritmo. No acab¨® tan revolucionado como se espera de un campe¨®n del mundo en ejercicio. Ullrich sigue sin ense?ar todas las fuerzas que ha tra¨ªdo a la Vuelta. Y un recordatorio: el a?o pasado, en la contrarreloj de Salamanca, Olano -que tambi¨¦n gan¨®- le super¨® en 57 segundos, sin pinchazos de por medio. Y Ullrich termin¨® pase¨¢ndose en Madrid.
Ullrich sigue, por tanto, sentado en la sala de espera de la Vuelta, esperando su turno. Z¨¹lle ha ido directo al div¨¢n. ?l, el mejor de la carrera hasta ayer, un supuesto l¨ªder s¨®lido, perdi¨® m¨¢s de dos minutos. S¨®lo aventaj¨® en 13 segundos a Heras. Casi una humillaci¨®n para un buen contrarrelojista. Nadie sabe qu¨¦ le ocurri¨®. Nadie ofrece una explicaci¨®n fiable. Habr¨¢ que recurrir a la psicolog¨ªa para comprobar qu¨¦ pasa por la cabeza del suizo a partir de hoy. Si se recupera o no. Pero no olvidar¨¢ Tarragona, y sus curvas. Z¨¹lle -miope de considera-ci¨®n- no se siente a gusto en terrenos que exigen pericia con el manillar. Perdi¨® el ritmo, si es que alguna vez lo tuvo, se sinti¨® a disgusto encima de la bicicleta, tir¨® el casco porque le sobraba, perdi¨® la postura y tambi¨¦n el liderato.
La contrarreloj no ha destapado diferencias irrecuperables para ninguno de los implicados. Entre Olano y Heras -s¨¦ptimo- median 2.41. Ning¨²n corredor de los que lleg¨® a Tarragona se ha quedado por el camino. As¨ª que la Vuelta sigue abierta. Galdeano, como Z¨¹lle, rindi¨® ayer menos de lo programado. Aunque su crisis no est¨¢ rodeada de tantas incertidumbres. Si se compara con el Igor del a?o pasado, maneja unos m¨¢rgenes parecidos. ?Y Heras? No por ser el ¨²ltimo en llegar en la contrarreloj se le debe obviar. Al contrario. Su registro sigue evidenciando que cada d¨ªa aprende una lecci¨®n m¨¢s en esta especialidad. Perder 2.17 significa para ¨¦l casi tanto como la victoria de etapa para Olano. Las concesiones que ha dado al resto antes de la monta?a son m¨ªnimas. Y ahora el pelot¨®n llega a su terreno.
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