Todas las comunidades aut¨®nomas se suman al plan de ayudas al girasol
Todas las comunidades aut¨®nomas se han sumado al plan agroambiental para el apoyo al girasol que debe ser aprobado por Bruselas, para el que el Ministerio de Agricultura ya ha fijado las condiciones de cultivo.La Administraci¨®n central fija la posibilidad de conceder ayudas desde 6.000 hasta 10.000 pesetas por hect¨¢rea. Los gobiernos regionales han apostado por unas ayudas de 6.000 pesetas por hect¨¢rea durante el primer a?o y de 8.000 pesetas en el segundo a?o, con la posibilidad llegar a las 10.000 pesetas el tercero.
De estas ayudas, la Uni¨®n Europea aportar¨¢ el 75% de los fondos en zonas desfavorecidas y el 50% en las dem¨¢s. La parte restante ser¨¢ aportada por igual entre el Ministerio de Agricultura y por las comunidades aut¨®nomas.
El plan agroambiental para el girasol est¨¢ pendiente de aprobaci¨®n por Bruselas, prevista para el pr¨®ximo oto?o. Sin embargo, ante la certeza de recibir luz verde en la UE, el Gobierno public¨® un real decreto el pasado 4 de agosto, con el fin de que se pudieran pagar las ayudas desde esta misma campa?a. Ello ha supuesto a las comunidades aut¨®nomas tomar posiciones durante las ¨²ltimas semanas, ante el establecimiento por parte de Agricultura de un plazo para solicitar las ayudas que termina el pr¨®ximo 15 de septiembre.
En medios agrarios y de la industria extractora de pipa, que han batallado durante el ¨²ltimo a?o para la concesi¨®n de una ayuda complementaria al girasol para mantener su cultivo, se ha acogido con decepci¨®n el hecho de que los gobiernos regionales se hayan decidido por conceder la ayuda m¨ªnima marcada por Agricultura.
La ¨²ltima reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n supuso para el girasol una reducci¨®n de la ayuda de 94,24 euros por tonelada a solamente 63 euros, una cifra igual a la que recibir¨¢n los cereales en el plazo de dos a?os.
Para compensar esa rebaja y para que se siguiera cultivando el girasol, se abog¨® por un apoyo agroambiental. ?ste no se concede de forma gratuita, sino siempre que los agricultores cumplan una serie de exigencias, que suponen mayores costes.
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