25 polic¨ªas y antidisturbios cercan el mayor prost¨ªbulo de Madrid para impedir su reapertura

Durante los dos ¨²ltimos d¨ªas, decenas de camiones y furgonetas han salido y entrado del Club Social Barajas. Los trabajadores ultimaban dentro algunas reformas. Se intu¨ªa desde el exterior que se preparaba la apertura del prost¨ªbulo desafiando as¨ª las advertencias municipales y el precinto de hace mes y medio.Decenas de mujeres entraron ayer en el prost¨ªbulo de Barajas reafirmando la tesis de una inminente apertura. Sin embargo, a las cuatro de la tarde los trabajadores del club salieron y borraron del cartel anunciador el "martes 5", aunque mantuvieron el mensaje principal de apertura en "septiembre".

Antonio Bol¨ªvar sali¨® a las puertas del club a las cuatro y media de la tarde para anunciar a los periodistas: "Se han realizado las reformas necesarias para volver a abrir el club con el mismo fin social con el que se mont¨®. Es incierto que haya dentro camas y sala de fiestas; se trata de los vestuarios y un bar. Esperamos abrir hoy, y estamos aguardando a los t¨¦cnicos de Urbanismo para que comprueben las obras que hemos hecho", agreg¨®.

Los t¨¦cnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo se presentaron a las cinco de la tarde con la garant¨ªa de un gran despliegue de seguridad. En las puertas hab¨ªa 15 polic¨ªas municipales y dos furgonetas con polic¨ªas antidisturbios de la UIP del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Los agentes colocaron varias vallas en la puerta e impidieron que los coches accediesen al interior del complejo.

Durante una hora, los t¨¦cnicos municipales revisaron las instalaciones y concluyeron su visita con un acta en la que reflejaban que se manten¨ªan las irregularidades en el local por caracer de licencia.

Los responsables del club explicaron que la decisi¨®n de mantenerlo cerrado fue adoptada por ellos mismos tras hablar con los t¨¦cnicos de Disciplina Urban¨ªstica del Ayuntamiento.

Sobre las seis de la tarde, las mujeres del prost¨ªbulo abandonaron el lugar. Algunas estaban indignadas: "Es injusto, nos quitan el pan", grit¨® una mujer. "Somos madres de familia, esto es una verg¨¹enza", a?ad¨ªa otra. Otras j¨®venes frunc¨ªan el ce?o y guardaban silencio mientras tambi¨¦n sal¨ªan de la fortaleza hombres trajeados de mirada envenenada.

A continuaci¨®n, los funcionarios del Ayuntamiento colocaron varios carteles que aseguran que la actividad hab¨ªa sido clausurada. Sobre las seis y media de la tarde, el centro quedaba vac¨ªo y los agentes abandonaban el lugar, aunque se decidi¨® mantener un coche patrulla de la Polic¨ªa Municipal en las inmediaciones del local en "tarea rutinaria" por si se produc¨ªa alguna incidencia.