Los guardianes de la paz

Cuando termine la extravagante Cumbre del Milenio, la ONU y todos sus pa¨ªses miembros lanzar¨¢n so?adores llamamientos para derrotar a la pobreza, el analfabetismo y el sida, pero un acuerdo m¨¢s pr¨¢ctico podr¨ªa salir de la reuni¨®n de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que tienen que considerar el modo de fortalecer los esfuerzos que hace la ONU para preservar la paz en el mundo. Desde que termin¨® la guerra fr¨ªa se han incrementado notablemente dichos esfuerzos, pero no siempre de modo satisfactorio. A Bosnia, Ruanda y, m¨¢s recientemente, Sierra Leona, la ONU ha enviado a muy pocas personas, muy tarde y con un mandato muy d¨¦bil, por lo que muchos miles de civiles, que deber¨ªan haber sido salvados, fueron asesinados. El mes pasado, una comisi¨®n de expertos analiz¨® las causas de este problema y propuso que se debe fortalecerse el peque?o grupo de mando presente en el cuartel general de la ONU, en Nueva York. (...) Adem¨¢s, las tropas de la ONU deben tener autorizaci¨®n para combatir, y no s¨®lo para observar, y deben dejar de esforzarse por ser imparciales (...) frente a malhechores proclives al genocidio. (...)Parece que los miembros permanentes del Consejo acogen de grado las recomendaciones que hacen los expertos, pero el problema reside en si est¨¢n dispuestos a pagar lo que cuesta. Deben realizarse mejoras en la estructura de Naciones Unidas, pero ninguna servir¨¢ de nada si los miembros m¨¢s poderosos de la ONU utilizan a la organizaci¨®n m¨¢s para cubrir sus incompetencias que para resolver problemas reales.

Washington, 7 de septiembre