El euro sufre un nuevo retroceso sin que el BCE se decida a intervenir en los mercados
Londres / Fr¨¢ncfort El euro ignor¨® ayer los esfuerzos de los ministros de Econom¨ªa de la Uni¨®n Europea para devolver la confianza de los mercados en la moneda ¨²nica. La divisa cotiz¨® ayer por debajo de los 86 centavos de d¨®lar por primera vez en su historia a pesar de los rumores sobre una eventual intervenci¨®n del Banco Central Europeo, que se re¨²ne el jueves, para poner orden en los mercados a favor del euro. El cambio oficial se fij¨® en 0,8609 d¨®lares. El declive de la divisa -que se ha depreciado un 27% desde el 1 de enero de 1999- aumenta los temores sobre el control de la inflaci¨®n en los pa¨ªses europeos.
El factor sorpresa
El en¨¦simo desplome del euro supone un golpe en los dientes para los Gobiernos de la UE, decididos a lavar la cara de una divisa que desde su estreno no ha hecho otra cosa que depreciarse. El euro lleg¨® a cotizar ayer a media jornada en los mercados de divisas por debajo de los 0,86 d¨®lares (0,8569). El cambio oficial, fijado por el BCE, no fue mucho mejor: 0,8609 d¨®lares. En los ¨²ltimos cinco d¨ªas, ha perdido un 4% de su valor. Por si fuera poco, el euro est¨¢ igualmente en su nivel m¨¢s bajo frente al yen. Un d¨®lar se cambi¨®, adem¨¢s, a 194 pesetas, otro m¨¢ximo hist¨®rico en el precio que hay que pagar por una divisa estadounidense.El mensaje de los pa¨ªses de la UE, vistas las cifras, no ha servido de mucha ayuda. Este fin de semana, sus responsables de finanzas reafirmaron en Par¨ªs la buena salud de la econom¨ªa europea y salieron en defensa de un euro fuerte tras las declaraciones de d¨ªas antes de Gerhard Sch?der. El canciller alem¨¢n afirm¨® que la debilidad de la divisa hab¨ªa hecho posible un fuerte aumento de las exportaciones de su pa¨ªs. Sin embargo, con el barril del petr¨®leo por las nubes -el crudo se compra en d¨®lares- la inflaci¨®n empieza a descontrolarse.
En la reuni¨®n tambi¨¦n se habl¨® de la posibilidad de que el BCE compr¨¦ de forma masiva euros para aliviar la cotizaci¨®n de la divisa. Los ministros indicaron que la intervenci¨®n "se mantiene como un elemento disponible en todo momento". El banco central se re¨²ne el pr¨®ximo jueves en Fr¨¢ncfort y, seg¨²n los analistas, no habr¨¢ otra subida de tipos de inter¨¦s despu¨¦s del aumento del 4,25% al 4,5% aprobado en el ¨²ltimo encuentro, celebrado el 31 de agosto, para contener los precios en la zona euro, que en julio alcanzaron el 2,4% interanual, por encima del objetivo del 2% marcado para este a?o.
El BCE puede decidir una intervenci¨®n unilateral, pero una acci¨®n aislada, sin el apoyo de otros grandes bancos centrales, correr¨ªa el riesgo de ser inoperante, seg¨²n los economistas.
Los tratados de Maastricht y Amsterdam otorgan al consejo de gobierno del BCE decidir el momento y la cantidad para dar la batalla en los mercados a favor del euro. Una vez que se decide la intervenci¨®n, la instituci¨®n responsable de la inflaci¨®n en la zona euro se pone en contacto con los bancos centrales de cada pa¨ªs para que ejecuten las operaciones. Norbert Walter, del Deutsche Bank, estima que bastar¨ªa con que se inyectara en los mercados cerca del 10% de los 242.000 millones de euros en divisas extranjeras que tienen en total los bancos centrales de los once.
Fuentes del BCE se?alaron que los agentes del mercado advertir¨ªan de inmediato una intervenci¨®n por los movimientos en las transacciones con el euro. As¨ª que su pol¨ªtica se basa en no anticipar estas operaciones para no facilitar el trabajo de los especuladores.Una intervenci¨®n, en principio, ser¨ªa encabezada por el pa¨ªs con la divisa m¨¢s fuerte: la Reserva Federal (banco central estadounidense), que tendr¨ªa que contar con el permiso de la Secretar¨ªa del Tesoro. Una ayuda poco probable debido a la cercan¨ªa de las elecciones presidenciales en EE UU, que se celebrar¨¢n en noviembre. Mal momento para que la Fed salga en defensa de una moneda que no es la suya. Sin una acci¨®n concertada es poco probable que el BCE se anime a intervenir. "Un movimiento coordinado tendr¨ªa un gran efecto", estima Audrey Childe-Freeman, economista del Banco del Comercio de Canad¨¢. "Pero los efectos de una acci¨®n solitaria ser¨¢n m¨ªnimos", advierte.
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