Contra el fuego

En 1991 lanc¨¦ la idea, a trav¨¦s de la prensa, de encomendar al Ej¨¦rcito -de Tierra y del Aire- la extinci¨®n de los incendios declarados en los exiguos bosques que nos quedan en Espa?a. ?Qu¨¦ desolaci¨®n se siente al atravesarla!No creo que los responsables pol¨ªticos vayan a asumir la propuesta de un ciudadano corriente, pero los recientes desastres y los cientos de adhesiones a la idea que recib¨ª entonces me han motivado a resucitar la propuesta. Los bomberos del mismo EE UU han debido solicitar, y a¨²n ha sido insuficiente, la ayuda de los bomberos de M¨¦xico, Canad¨¢ e incluso Australia, para terminar recurriendo al Ej¨¦rcito de su pa¨ªs.

En Espa?a acaban de arder 6.000 hect¨¢reas del espl¨¦ndido paraje del cabo de Creus y se han quemado bosques de Galicia, Andaluc¨ªa, Guadalajara, Valencia y Arag¨®n, con da?os irreparables durante la presente generaci¨®n.

Las graves consecuencias ecol¨®gicas de los incendios trascienden del propietario de los bosques, de su municipio, comunidad, e incluso pa¨ªs, ya que las masas forestales, como es sabido, constituyen la principal fuente de regeneraci¨®n del aire que respiramos, y cada vez que se nos quema un bosque, se vuelve Espa?a un poco m¨¢s seca y des¨¦rtica -y por eso hemos llegado a como ahora estamos- porque las masas forestales favorecen, adem¨¢s, la condensaci¨®n de la humedad y la lluvia, al contrario de las superficies ¨¢ridas, que las disipan.

El Ej¨¦rcito de Tierra y el del Aire, que ya destina unos pocos aviones a la extinci¨®n de incendios, frente a los numerosos aviones y helic¨®pteros civiles, en gran n¨²mero extranjeros, que act¨²an principalmente en arriendo durante los veranos, podr¨ªan crear unidades estrat¨¦gicamente situadas, capacitadas para colaborar regular y eficazmente en la extinci¨®n de los incendios que puedan desbordar la capacidad de extinci¨®n inmediata con los actuales medios convencionales disponibles. ?nicamente el Ej¨¦rcito cuenta con unas estructuras de mando, comunicaciones y transporte, que le confieren una capacidad real operativa para concentrar personas y medios id¨®neos, terrestres y a¨¦reos, eficazmente coordinados, en un tiempo m¨ªnimo.- Manuel Jal¨®n Corominas. Zaragoza.