Clamor

Alumnos, profesores, administrativos, ujieres, sindicalistas, padres, madres, catedr¨¢ticos, vicerrectores, librepensadores, pol¨ªticos, columnistas, empresarios... Miles de gargantas vertebradoras reclaman a Eduardo Zaplana desde Alicante, Valencia y Castell¨®n que recapacite, rectifique y asuma el proyecto de parque cient¨ªfico de la Universidad de Alicante, que hasta el empresariado m¨¢s sumiso y autoridades del mismo signo pol¨ªtico que el presidente consideran beneficioso para el tejido productivo de la Comunidad. Y Zaplana calla, equivocado en la creencia de que dar marcha atr¨¢s se entender¨ªa como un s¨ªntoma de debilidad. Obsesionado en que respaldar esa idea bien parida ser¨ªa tanto como encumbrar a los altares al rector Andr¨¦s Pedre?o. Y a la bicha, que no muere, mejor ni mentarla. Cuanto mejores son las iniciativas del acad¨¦mico, mayores sus ofensas, mayor su delito y m¨¢s irracional el castigo.La pol¨¦mica, bien es cierto, ha servido para publicitar el parque cient¨ªfico, que para bochorno de muchos, y ah¨ª me incluyo, no conoc¨ªan ni los propios universitarios. El debate abierto es uno de los m¨¢s interesantes que pod¨ªa desatarse en una tierra plagada de portavoc¨ªas mediocres y agentes sociales miopes. En esta ocasi¨®n al menos, a diario se publican fundamentados art¨ªculos de fondo a favor y en contra del proyecto, coincidentes en su idoneidad y g¨¦nesis, pero no en el desarrollo, y con un ep¨ªlogo casi inalterable: hay que hablar.

Di¨¢logo, di¨¢logo y di¨¢logo se pide a ambas partes. Una de ellas, por l¨®gica la m¨¢s d¨¦bil, ya ha dado el primer paso en esa l¨ªnea, pero el sonotone presidencial est¨¢ descargado y no tiene quien la escuche.

Ahora que los escolares han vuelto a sus barracones, ni siquiera ha lugar a la esperanza de una educaci¨®n mejor superada la pubertad. Lo impiden la visceralidad, la sinraz¨®n y vaya usted a saber cu¨¢ntos disparates m¨¢s por no reconocer lo inevitable: el Medpark se har¨¢. Quiz¨¢s tarde. Quiz¨¢s mal. Pero se har¨¢. Y eso no es gobernar.

Es un clamor.