El Valencia gana con autoridad
El equipo de C¨²per derrota a un Olympiakos que ofreci¨® una endeble imagen
El Valencia impuso su condici¨®n de subcampe¨®n de Europa y tumb¨® en su regreso a la Liga de Campeones al Olympiakos, que decepcion¨® en Mestalla. Lleg¨® a Valencia con fama de indolente y desempe?¨® el papel que le otorgaban: vulnerable en defensa e inerme en ataque. S¨®lo la permisividad del Valencia permiti¨® que el Olympiakos tomara ox¨ªgeno cuando nadie daba un duro por ¨¦l. El Valencia acab¨® imponiendo su f¨²tbol y sumando sus primeros tres puntos.Sin alardes, porque hay piezas en el Valencia que chirr¨ªan, el conjunto de H¨¦ctor C¨²per se gusta en la Liga de Campeones: sali¨® hipermotivado, como si llevara jugando la Copa de Europa toda la vida: llev¨® la iniciativa, dispuso de ocasiones. En la segunda parte pudo marcar un carro de goles, pero el Olympiakos se salv¨® de chiripa e incluso puso en aprietos al Valencia tras marcar Djordjevic en el minuto 73 y colocar en el marcador el 2-1.
VALENCIA 2 OLYMPIAKOS 1
Valencia: Ca?izares; Angloma, Djukic, Pellegrino, Carboni; Mendieta, Deschamps, Baraja, Kily Gonz¨¢lez; Diego Alonso (Carew, m. 82) y Zahovic (S¨¢nchez, m. 70).Olympiakos: Eleftheropoulos; Mavrogenidis, Amanatidis, Patsatzoglou, Kontis; Djordjevic; Niniadis, Ze El¨ªas, Poursanidis (Yianakopoulos, m. 81), Zetterberg; Luciano (Choutos, m. 89) y Giovanni. Goles: 1-0. M. 35. Baraja marca de cabeza tras un c¨®rner lanzado por Mendieta. 2-0. M. 44. Diego Alonso remata de cabeza una falta sacada por Mendieta. 2-1. M. 73. Djordjevic remata dentro del ¨¢rea. ?rbitro: Anders Frisk (Suecia). Amonest¨® a Mavrogenidis, Kily Gonz¨¢lez, Ze El¨ªas, Amanatidis y Mendieta. Unos 40.000 espectadores en Mestalla. Primer partido de la primera fase de la Liga de Campeones.
Un estupendo remate de cabeza de Baraja a los 35 minutos tras un c¨®rner lanzado por Mendieta trastoc¨® los planes del Olympiakos, cuyas intenciones fueron descaradas desde el principio: se atrincher¨® atr¨¢s asumiendo un papel menor en el encuentro y su inferioridad, que fue evidente. Quiz¨¢ para no devaluar la competici¨®n, se infla el potencial de algunos equipos. Es el caso del Olympiakos, un equipo sin gracia, aunque ya se sab¨ªa que sus prestaciones fuera de casa eran de risa. No as¨ª en el Ol¨ªmpico de Atenas, donde espoleado por su bulliciosa afici¨®n gasta fama de duro. En Mestalla, Ze El¨ªas, Zetterberg y Giovanni pasaron como alma en pena.
El Valencia imprimi¨® un ritmo vertiginoso al partido. Sin embargo, le cost¨® horrores aparecer en el ¨¢rea rival. El protagonismo ofensivo fue de los centrocampistas. C¨®mo no, de Mendieta, que envi¨® un trallazo al larguero que dej¨® temblando a Eleftheropoulos, cuya actuaci¨®n dej¨® mucho que desear: midi¨® mal los centros e incluso el bal¨®n se le resbal¨® de las manos ante la sorpresa de Zahovic, que se encontr¨® con la pelota en los pies pero no pudo batir al inseguro portero griego.
Mendieta no ha perdido ni un ¨¢pice de su protagonismo en el juego del Valencia. Da igual que la temporada se acabe de descorchar; Mendieta es el motor, la principal referencia para sus compa?eros; hasta Deschamps se ha puesto en plan lisonjero con ¨¦l. Ayer, en el primer tiempo, firm¨® los dos centros que convertir¨ªan en gol Baraja y Diego Alonso. Ambos con precisos remates de cabeza.Vaya c¨®mo ha cambiado el Valencia, que tiene ahora un potencial temible por alto, todo lo contrario que la pasada temporada, cuando el equipo se daba a otros menesteres: la carrera trepidante de Piojo L¨®pez.La marcha de Farin¨®s y Gerard no han supuesto ning¨²n descalabro. Baraja, y sobre todo Deschamps, le dan empaque a un equipo en el que nadie se escaquea. Los refuerzos del Valencia no han hecho m¨¢s que acentuar el esp¨ªritu solidario -el derroche f¨ªsico del uruguayo Diego Alonso es espectacular- de un equipo que tiene grabado el sello de C¨²per.
El Valencia mand¨® a su antojo en la segunda parte. Pudo sentenciar -Mendieta y Carboni dispusieron de dos clar¨ªsimas ocasiones- pronto pero acab¨® sufriendo tras el gol de Djordjevic. El Olympiakos, no obstante, no daba para m¨¢s. Hac¨ªa mucho tiempo que hab¨ªa asumido un papel de v¨ªctima.
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