Tres meses al raso en la Espanya Industrial
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De los salientes de un pilar del parque de la Espanya Industrial penden perchas con camisas reci¨¦n lavadas. En el suelo se amontonan bolsas de deportes, mochilas, carritos de la compra y sobre todo cartones, muchos cartones. ?ste es, desde hace tiempo, el hogar de un grupo de ciudadanos procedentes de Bulgaria que tienen como ¨²nico techo el de la rotonda que comunica la estaci¨®n de Sants con el parque. Algunos llevan ya tres meses, otros unas semanas, tiempo m¨¢s que suficiente para darse cuenta de que Espa?a, y Barcelona en concreto, no es el para¨ªso que les hab¨ªan contado. Reacios a identificarse, pero no a explicar sus problemas, cuentan que vinieron "para trabajar y vivir mejor". Algunos del norte, de la poblaci¨®n de Sristov. La mayor¨ªa vinieron en autob¨²s y tardaron dos d¨ªas en llegar. Entraron con visados de turistas que hab¨ªan pagado a precio de oro en su pa¨ªs. Hasta 187.000 pesetas, una cifra astron¨®mica si se tiene en cuenta que el sueldo medio es de unas 15.000 pesetas al mes.
Pese a todo, no desisten de poder quedarse dignamente. Conf¨ªan en que el padre Juli¨¢n, de la Fundaci¨®n Prahu, una entidad privada que colabora con el Departamento de Trabajo de la Generalitat, pueda echarles un cable. La fundaci¨®n les ayuda en lo que puede. Pero sobre todo en intentar buscarles trabajo, "algo sumamente dif¨ªcil, porque est¨¢n en situaci¨®n irregular", dice el padre Juli¨¢n. "Hace falta que los empresarios conf¨ªen m¨¢s en esta gente, porque entre ellos hay trabajadores muy cualificados. Hay t¨¦cnicos, y hasta un m¨¦dico. Esta noche ha dormido en la calle una juez", a?ade. A media tarde de ayer, bajo los pilares de la rotonda hab¨ªa unos 15, la gran mayor¨ªa hombres de m¨¢s de 25 a?os. "Pero han llegado a ser m¨¢s de 30", explica Teresa, una vecina de Sants que intenta orientarles como puede. Por ejemplo, d¨¢ndoles direcciones y tel¨¦fonos de centros de asistencia.
Cuando no tienen trabajo, que siempre es espor¨¢dico, acuden a los comedores de beneficencia. Y a las duchas p¨²blicas de los servicios sociales para asearse. A veces lavan su ropa en las turbias aguas estancadas de la Espanya Industrial. Su obsesi¨®n son "los papeles" ?Y cuando haga fr¨ªo? Parece que no es lo que m¨¢s les inquieta: "En Bulgaria s¨ª que hace fr¨ªo. Aqu¨ª no".
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