Respetar a los muertos IGNASI RIERA
Que nadie se tome a broma las tesis papales sobre el car¨¢cter exclusivo y excluyente que la Iglesia cat¨®lica proclama. La actitud beligerante de la Iglesia da alas no s¨®lo a los segmentos de la extrema derecha europea, sino a los intolerantes y fundamentalistas de otros ¨¢mbitos, religiosos o no. Quienes trabajan a favor de la coexistencia de pensamientos heterog¨¦neos, y proclaman la diversidad como riqueza, lo van a tener m¨¢s dif¨ªcil. Y que nadie crea que se trata de una cuesti¨®n perif¨¦rica, o para especialistas en temas religiosos. ?Por qu¨¦ las prospecciones sociol¨®gicas dicen que el mayor impedimento impl¨ªcito para que Turqu¨ªa ingrese en la Uni¨®n Europea es que Turqu¨ªa, aun siendo un Estado t¨¦cnicamente laico, tiene una abrumadora mayor¨ªa musulmana? Y la perversidad anal¨ªtica ha sabido casar el sustantivo fundamentalismo con el adjetivo isl¨¢mico. Del resto de fundamentalismos... casi s¨®lo hablan meritorias organizaciones que tratan de denunciar el papel de la mujer en Afganist¨¢n.Un vecino ya maduro, al que otorgar¨ªa el Pr¨ªncipe de Asturias al sentido com¨²n, se lamentaba: "Me cost¨® muy caro decirles a mis compa?eros anarquistas que no ten¨ªamos ni que quemar iglesias ni que matar o curas o monjas. Uno de ellos me respond¨ªa: 'Los curas no han sido tolerantes'. Y yo le replicaba: 'Pues es nuestra ocasi¨®n para demostrarles que somos distintos'. Pero no fue as¨ª. Y ya ves: el nuevo Papa parece empe?ado en que las Iglesias vuelvan a arder".
Las doctrinas pontificias consiguen un resultado inmediato, a la corta: que los intolerantes de rango inferior se sientan amparados y canonizados (nunca la expresi¨®n encajar¨ªa tanto) por las directrices pontificias.
El Servei Funerari de Barcelona, SA, acaba de dar ejemplo de esa intolerancia al detall, cuando una familia, antes de la ceremonia de despedida, alerta acerca del car¨¢cter laico de la persona que acaba de morir. El di¨¢cono que oficiaba, tras haber hablado la familia con ¨¦l, pareci¨® entender el mensaje e incluso, por iniciativa propia, retir¨® el crucifijo. Sin embargo, en el momento de referirse a la persona que era enterrada dio rienda suelta a la peor de las intemperancias, acus¨® al difunto -al menos en cuatro ocasiones- de "infidelidad" a la promesa que significaba el bautismo y se burl¨® descaradamente de sus creencias. La protesta posterior de familiares y amigos choc¨® contra los obst¨¢culos de los responsables de los servicios funerarios en el cementerio metropolitano barcelon¨¦s de Collserola, que incluso se negaban a dar el nombre del di¨¢cono oficiante. Los hechos ocurrieron el 5 de septiembre del a?o 2000, a las cinco de la tarde. El sepelio ten¨ªa que haber sido para recordar la trayectoria vital, respetuosa con las creencias ajenas, de Lorenzo Luna Garz¨®n, uno de cuyos hijos, concejal socialista de Cornell¨¤ de Llobregat, ha relatado los hechos y fue quien, finalmente, redact¨® la denuncia.
Amigo de cementerios, interesado por las ceremonias primitivas de incineraci¨®n de los muertos, entiendo que "respetar a los muertos", enterrarles debidamente y rezar por ellos es una obligaci¨®n cristiana b¨¢sica. Una vez m¨¢s, sin embargo, las directrices papales prefieren subrayar la primac¨ªa de la Iglesia -"extra Ecclesiam, nulla est salus"- que hacerla vivir bajo la influencia de las ense?anzas evang¨¦licas.
Si son repugnantes las violaciones de cementerios, si a uno le rompe el coraz¨®n comprobar, en ciudades como Sarajevo, conocida durante a?os como la ciudad en la que conviv¨ªan cementerios de cuatro confesiones religiosas -jud¨ªos, musulmanes, ortodoxos y cat¨®licos-, que la guerra se ceba contra los muertos tanto como contra los vivos... lo acaecido en Collserola este septiembre no deber¨ªa quedar archivado como una an¨¦cdota m¨¢s. Los que lamentamos la progresiva derechizaci¨®n, en este mandato municipal, de la ciudad de Barcelona, pedimos con energ¨ªa que se depuren responsabilidades.s escritor.
Ignasi Riera e
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