El largo viaje hacia el catalanismo
Si cada giro catalanista que ha anunciado el Partido Popular de Catalu?a fuera realmente en serio, esta formaci¨®n deber¨ªa de ser como m¨ªnimo independentista. Desde la recuperaci¨®n de la democracia, el PP -antes Alianza Popular (AP)- ha tenido en Catalu?a su agujero negro electoral y la mayor parte de veces sus dirigentes han anunciado inminentes giros catalanistas como la mejor receta para poner fin a su debilidad electoral en esta comunidad y convertirse en alternativa de gobierno tambi¨¦n en Catalu?a.El congreso que el PP catal¨¢n inaugura ma?ana ratificar¨¢, a instancias del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦, un nuevo giro catalanista, aunque algo distinto de los dem¨¢s: por primera vez, el PP asumir¨¢ en sus documentos oficiales -si las enmiendas de Aleix Vidal-Quadras no lo impiden- una parte significativa del lenguaje empleado hist¨®ricamente por el catalanismo. Nunca antes el PP hab¨ªa hablado de Catalu?a como "pa¨ªs", reivindicado sus "derechos como pueblo" ni tildado al franquismo de "represivo y empobrecedor".
El primer presidente regional que el partido tuvo en Catalu?a fue, de hecho, el recientemente fallecido Laureano L¨®pez Rod¨®, uno de los principales ministros del general Franco y cerebro de la apertura econ¨®mica iniciada en los a?os sesenta. Pero tras su abrupta salida del partido, en 1979, la formaci¨®n -entonces con una estructura muy precaria- ya ensay¨® un giro catalanista, aunque s¨®lo de puertas a fuera: en las primeras elecciones auton¨®micas, en 1980, AP se present¨® ante los electores con el nombre de Solidaritat Catalana, uno de los referentes b¨¢sicos del catalanismo.
El truco sirvi¨® de poco a los seguidores de Manuel Fraga en Catalu?a. A pesar de adoptar el mismo nombre que emple¨® la plataforma unitaria del catalanismo que arras¨® en las elecciones de 1906, la Solidaritat Catalana bajo la que se ocult¨® AP qued¨® fuera del Parlamento catal¨¢n al reunir ¨²nicamente 64.000 votos y el 2,4% de los sufragios. Aquella candidatura, que encabez¨® el empresario Juan Echevarr¨ªa, inclu¨ªa a algunos pol¨ªticos que han participado activamente en el debate preparatorio del congreso que el PP celebrar¨¢ ma?ana: el ex diputado al Congreso Manuel Mili¨¢n Mestre, que baraj¨® hasta la semana pasada la posibilidad de optar a la presidencia, y el eurodiputado y ex l¨ªder regional Aleix Vidal-Quadras, que ha presentado 29 enmiendas a las tesis catalanistas que presentar¨¢ Piqu¨¦.
Desde entonces, los intentos de catalanizar el partido o de anunciar giros catalanistas no han cesado. Cogi¨® esta bandera Dom¨¨nec Romera al publicar el libro Una Catalu?a para todos (1984), pero jam¨¢s dio el salto a la presidencia regional y su etapa de dirigente provincial fue ef¨ªmera. El actual secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que dirigi¨® el partido entre 1987 y 1990, tambi¨¦n hizo expl¨ªcito su objetivo de catalanizar el partido e incluso la reincorporaci¨®n de Vidal-Quadras al proyecto popular se present¨® como un paso m¨¢s del proceso.
Vidal-Quadras fue el encargado de redactar la ponencia pol¨ªtica del 5? congreso regional, celebrado en 1987, y su mayor novedad fue, precisamente, su tono m¨¢s regionalista. Sus tesis provocaron reticencias en ciertos sectores del partido y los m¨¢s veteranos todav¨ªa recuerdan c¨®mo un entonces jovenc¨ªsimo Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, l¨ªder de Nuevas Generaciones, enarbol¨® el descontento.
El pen¨²ltimo intento de hacer visible un giro catalanista en el PP de Catalu?a fue la incorporaci¨®n a bombo y platillo de Josep Maria Trias de Bes, significado dirigente de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU). Trias de Bes fue presentado casi como si se tratara de la reencarnaci¨®n de Francesc Camb¨®, el hist¨®rico dirigente del catalanismo del primer tercio de siglo, pero sus resultados fueron una vez m¨¢s desalentadores: en 1996 encabez¨® la lista del PP por Barcelona, pero el partido qued¨® estancado. Trias de Bes pas¨® discretamente a un segundo plano y actualmente ni siquiera forma parte de los organismos de direcci¨®n regional.
El anhelo catalanista que en reiteradas ocasiones ha manifestado el PP catal¨¢n no se ha traducido nunca en un cambio en la organizaci¨®n interna del partido: el PP de Catalu?a no es ni siquiera una federaci¨®n, sino que es simplemente la organizaci¨®n del partido en Catalu?a. Todas las decisiones importantes -como la elaboraci¨®n de las candidaturas electorales- las toma estatutariamente la direcci¨®n nacional. La ponencia de Piqu¨¦ asume los postulados hist¨®ricos del catalanismo, pero en cambio no toca ni una coma de la organizaci¨®n interna del partido.
Parad¨®jicamente, las subidas m¨¢s espectaculares del PP de Catalu?a se han producido bajo el mandato de Aleix Vidal-Quadras, que adopt¨® una actitud de total confrontaci¨®n hacia el catalanismo de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Durante su gesti¨®n como presidente (1991-1996), el partido pas¨® de 7 a 17 diputados en el Parlamento catal¨¢n, aunque en un contexto de claro crecimiento del PP en toda Espa?a.
En el ¨²ltimo ciclo electoral, dirigido por Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, los resultados han sido muy desiguales. En las elecciones auton¨®micas de 1999, el PP perdi¨® cinco diputados. En las generales de este a?o, bajo el liderazgo de Piqu¨¦, gan¨® cuatro, super¨® el techo de votos que en su d¨ªa tuvo Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) y el partido logr¨® un buen puesto de salida en la pr¨®xima carrera del pospujolismo. Para afrontar con garant¨ªas esta esperada carrera, el PP dar¨¢ este fin de semana una nueva vuelta de tuerca a su giro catalanista.
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