C¨®mo ganar a Ruiz-Gallard¨®n
Ha aparecido en prensa en las ¨²ltimas semanas una falsa pol¨¦mica, no precisamente elegante ni de inter¨¦s ciudadano, y que debe de haber producido tranquilidad en la derecha, acerca de qui¨¦n har¨¢ el debate del Estado de la Regi¨®n en el Grupo Parlamentario PSOE-Progresistas. Estas noticias han provocado confusi¨®n y una posici¨®n previa menos s¨®lida en el portavoz, sea cual fuere ¨¦ste.Pero ?tiene alguna base s¨®lida dicho cuestionamiento? Sorprende leer en la prensa que los resultados electorales de la lista PSOE-Progresistas encabezada por Cristina Almeida no fueron satisfactorios, cuando se obtuvo la mayor subida porcentual y en diputados de los tres grupos parlamentarios, pasando de 32 a 39 diputados.
Se ha escrito tambi¨¦n acerca de una supuesta cat¨¢strofe cuando Cristina interpela a un irritad¨ªsimo Ruiz-Gallard¨®n sobre los contenidos de la programaci¨®n en Telemadrid. Y, sin embargo, ahora, a iniciativa del Gobierno, van a cuidarse con esmero dichos contenidos desde el Consejo de lo Audiovisual. ?Qui¨¦n ten¨ªa raz¨®n?
Finalmente ha prevalecido lo que era obvio desde el principio: que la persona que tuvo la responsabilidad de encabezar la lista y obtuvo un sustancial avance en los resultados electorales, y que es la Presidenta de todo el grupo parlamentario, tenga la responsabilidad sobre el debate m¨¢s importante en nuestra regi¨®n.
A estas razones evidentes a?adir¨ªa otra que me parece relevante: se trata de la persona de cualquiera de los grupos de oposici¨®n a quien m¨¢s teme el Presidente de la Comunidad de Madrid, como pone de manifiesto el nerviosismo que en ¨¦l genera, el que le lleva a perder literalmente los papeles, sacando una agresividad innata en ¨¦l pero que trabajosamente controla en aras de la imagen centrista que tan cuidadosamente cultiva.
Pero esta discusi¨®n lleva a una reflexi¨®n sobre un problema pol¨ªtico de importante calado: ?cu¨¢l es la mejor manera de articular una mayor¨ªa social que permita cambiar el signo pol¨ªtico del gobierno en nuestra regi¨®n? ?Son los acuerdos con Nueva Izquierda una herencia del pasado? ?Puede el Partido Socialista, que sin duda es el hegem¨®nico en la izquierda, ganar en solitario las elecciones?
Todo en la vida es opinable, por supuesto, pero los datos de que disponemos parecen se?alar la enorme dificultad, por no decir casi imposibilidad salvo en coyunturas muy especiales, de que un solo partido de izquierdas consiga ganar las elecciones. Desde luego eso no ha ocurrido jam¨¢s en Madrid municipio y s¨®lo en el a?o 1983 sucedi¨® en la Comunidad. Tampoco parece que suceda en Francia, Italia o Alemania, por poner ejemplos de pa¨ªses de nuestro entorno. A ello conviene a?adir el fen¨®meno de aparici¨®n y crecimiento de fuerzas de izquierdas auton¨®micas. ?Son accidentes transitorios o responden a una estructura de las sociedades modernas, y muy concretamente de la madrile?a, en la que las personas progresistas en general poseen una pluralidad de ideas que se niega a ser encorsetada en un solo partido?
Probablemente, el fracaso electoral del acuerdo PSOE-IU en las ¨²ltimas elecciones generales ha enturbiado el panorama e impide reflexionar con claridad al respecto. Pero habr¨ªa que analizar en serio, lo que no he visto escrito hasta el momento, las razones de dicho fracaso.
Apuntar¨¦ muy brevemente mi opini¨®n sobre dichas razones. La convergencia de la izquierda es un instrumento no s¨®lo necesario, yo dir¨ªa que imprescindible, pero insuficiente por s¨ª mismo. Debe ir acompa?ado de unas propuestas novedosas y ajustadas a la sociedad actual y adem¨¢s debe ser cre¨ªble. La falta de credibilidad fue una de las razones del fracaso de dicho acuerdo, al plantearse exclusivamente sobre la ideolog¨ªa y la memoria hist¨®rica, sin propuestas concretas y viables, entre dos partidos que no se hablaban hasta el d¨ªa anterior.
Sin embargo, por contraposici¨®n -y eso ahora parece haberse olvidado-, el acuerdo entre el PSOE y Nueva Izquierda para las elecciones auton¨®micas y municipales funcion¨® notablemente bien. La subida del PSOE-Progresistas fue debida, en gran medida, a este hecho. A la aportaci¨®n num¨¦rica de votos y a la percepci¨®n de que se ofertaba algo m¨¢s, que los acuerdos supon¨ªan una actitud m¨¢s amplia en la que pod¨ªan sentirse reflejadas m¨¢s personas progresistas.
Sin embargo, ni el PSOE ni Nueva Izquierda hicimos la pertinente valoraci¨®n al respecto. A partir de ah¨ª, todos hemos cometido errores. Hablar¨¦ s¨®lo de los propios. El principal de ellos ha sido la subalternidad pol¨ªtica adoptada durante el ¨²ltimo periodo, temerosos de plantear p¨²blicamente reflexiones o propuestas pol¨ªticas diferenciadas, lo que ha hecho, al final, que nuestro perfil se difuminara.
Pero que Nueva Izquierda haya cometido errores no cambia la argumentaci¨®n central de la reflexi¨®n. Averiguar cu¨¢l es la mejor manera de representar pol¨ªticamente a ciudadanos con ideas diferentes y plurales que consideran un objetivo fundamental favorecer un cambio de gobierno en la Comunidad de Madrid, en colaboraci¨®n y no en confrontaci¨®n, ser¨¢ la clave del arco de esa victoria. Y el partido hegem¨®nico de la izquierda, el PSOE, no deber¨ªa poner trabas a ello. Las f¨®rmulas de colaboraci¨®n pueden ser diversas. Desde acuerdos electorales previos hasta coaliciones de gobierno u oposici¨®n posteriores. En el caso de Madrid, parece evidente que los acuerdos previos entre el PSOE y Nueva Izquierda ilusionaron a un n¨²mero importante de ciudadanos, pero el hundimiento de IU impidi¨® alcanzar la posibilidad de un gobierno de izquierdas para nuestra Comunidad.
En el ¨¦xito de esta apuesta va la capacidad de poner en pr¨¢ctica pol¨ªticas que mejoren la vida de m¨¢s ciudadanos que las actuales pol¨ªticas de derechas que, a lo que se ve en los ¨²ltimos tiempos, parecen dirigidas fundamentalmente a mejorar mucho la vida de un n¨²mero peque?o de los mismos.
Eso y no otra cosa es lo que Nueva Izquierda de Madrid est¨¢ defendiendo pol¨ªticamente. Se trata de que los hombres y mujeres de nuestra regi¨®n vean que es posible una alternativa unitaria y a la vez plural, sostenida en el tiempo, con visiones diferentes y matices distintos, con la que puedan sentirse identificados ciudadanos progresistas de opiniones muy diversas, y todo ello puesto al servicio de un objetivo ¨²nico: que es posible gestionar el casi bill¨®n y medio de pesetas de presupuesto de la Comunidad de Madrid con una mayor rentabilidad social para m¨¢s ciudadanos de lo que lo hace la actual mayor¨ªa absoluta popular.
Teresa Nevado Bueno es secretaria general de Nueva Izquierda de Madrid y diputada regional del Grupo Parlamentario PSOE-Progresistas.
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