Desertores del asfalto
Soplan vientos de bonanza econ¨®mica y demogr¨¢fica en San Agust¨ªn de Guadalix: los indicadores dicen que el municipio es el segundo de la Comunidad en lo que se refiere al producto municipal bruto y que tambi¨¦n ocupa la segunda posici¨®n en el ¨ªndice de natalidad, con m¨¢s de un tercio de poblaci¨®n menor de 20 a?os. Con semejantes datos y perspectivas, no es extra?o lo bien que le luce el pelo al joven alcalde popular de la localidad en la foto que figura en la presentaci¨®n de su municipio en Internet. San Agust¨ªn de Guadalix es, en palabras de su primer edil, Mariano Berzosa Cosa, un pueblo con alta calidad de vida y bienestar social. "Hagas lo que hagas", concluye su introducci¨®n en la red, "San Agust¨ªn invita a vivir, lo comprobar¨¢s como internauta, pero acabar¨¢s deseando venir a vernos. Te esperamos".
La evoluci¨®n del censo (6.553 habitantes en agosto de 2000), que se ha duplicado en los ¨²ltimos a?os, indica que la invitaci¨®n del alcalde ha sido tomada al pie de la letra, y tal vez de la hipoteca, por muchos madrile?os de ciudad que han instalado en San Agust¨ªn su primera residencia, generalmente en urbanizaciones de chal¨¦s adosados, pareados o ensamblados en un cintur¨®n que rodea el pueblo y va estrechando el cerco sobre las empinadas y angostas calles del casco hist¨®rico, rematadas por gr¨²as y entoldadas de andamios.
El sector servicios y, en menor grado, el de la construcci¨®n se convirtieron hace tiempo en las principales fuentes de riqueza de un pueblo de tradici¨®n agr¨ªcola y ganadera. Las 800 reses de ganado vacuno que pacen en la privilegiada dehesa de Moncalvillo, reserva de la biosfera y tesoro ecol¨®gico de la villa, son vestigios de un tiempo en el que los 35 kil¨®metros que separan a San Agust¨ªn de la capital marcaban una frontera radical entre dos modos de vida, entre dos culturas: la urbana y la rural.Gentes del campo hicieron la ciudad y hoy gentes de ciudad, descendientes de aquellas, urbanizan el campo. La autov¨ªa de Burgos, que transcurre en sus inicios bajo un aerodin¨¢mico laberinto de puentes y nudos, acerc¨® San Agust¨ªn a Madrid y el pueblo cambi¨® de fisonom¨ªa y de costumbres.El pasado de San Agust¨ªn de Guadalix est¨¢ presente en la sencilla y hermosa portada renacentista de su templo parroquial, que domina el casco desde lo alto de la cuesta de la Iglesia. Pero la patrona es la Virgen de Valdezarza, advocaci¨®n de origen medieval, una de esas v¨ªrgenes de leyenda tan aficionadas a las apariciones buc¨®licas y sorpresivas ante pastorcillos o agricultores preadolescentes. Siglos antes de que el fervor religioso y la iniciativa comercial de sus fieles alentaran los emporios de Lourdes o F¨¢tima, los campos de Espa?a produc¨ªan milagrosas cosechas de v¨ªrgenes "aparentes" y de cristos "aparecidos" en una era, entre matorrales o en medio de los surcos del arado. Im¨¢genes, por lo general, caprichosas que insist¨ªan en no moverse del sitio y exig¨ªan que les construyeran una ermita all¨ª mismo sin darse cuenta de las disputas territoriales que a menudo se originaban entre dos pueblos lim¨ªtrofes por su posesi¨®n. La Virgen de Valdezarza tuvo su pleito, que ganaron los de San Agust¨ªn frente a sus eternos rivales de Pedrezuela.
El pasado de la villa se hace patente tambi¨¦n en los colores (rojo, blanco y verde) de su flamante bandera. En la franja blanca central, m¨¢s amplia, figura un imponente escudo blasonado, y no homologado, con las armas de sus antiguos se?ores. Hasta el siglo XVIII no se sacudi¨® San Agust¨ªn de Guadalix el yugo de los Arias D¨¢vila, linaje de un se?or de horca y cuchillo que obtuvo grandes mercedes y concesiones por haberse puesto de parte del bando imperial en la guerra de los comuneros.
Las fiestas de San Agust¨ªn, con sus festejos taurinos, encierros y corridas, se celebran a finales de septiembre y gozan de merecido renombre en la comarca; su inicio lo marca el traslado a su residencia de oto?o-invierno de la imagen de la Virgen, que desde el mes de mayo habitaba en su cercana ermita, donde antes iba a bendecir las cosechas y las faenas del campo y hoy debe velar por la conservaci¨®n del medio ambiente, la flora y la fauna.
En el tabl¨®n de anuncios de la Casa de la Cultura, junto al Ayuntamiento, se anuncia un festival de rock en el que intervendr¨¢n, entre otros, los grupos Se Ven y Le Ven, Los Guardianes de Baco y Los Hijos del Jefe; tambi¨¦n figuran las listas de las alumnas y alumnos admitidos en la escuela municipal de danza y de m¨²sica. En el sector tradicional de las fiestas hay torneo de mus y de ajedrez, y una c¨¦lebre carrera pedestre cuesta arriba para atletas resistentes.
Para reponer fuerzas, la oferta gastron¨®mica tiene como referencia de prestigio Casa Araceli y su competencia en Juaneca. Las buenas carnes puede que vengan de las vacas de la dehesa, o al menos del matadero local, una de las primeras industrias de la poblaci¨®n.
De toda esta actividad dan cuenta las muchas p¨¢ginas de Internet dedicadas al municipio, donde se percibe la mano del primer teniente de alcalde y concejal de Cultura, el periodista de amplia y reconocida trayectoria, cronista local y entusiasta Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez Aguado.
San Agust¨ªn de Guadalix goza de excelentes comunicaciones en todos los sentidos. Es una aldea global y urbanizada que espera alcanzar en breve los 15.000 habitantes y que cifra su progreso en las cifras del progreso inmobiliario y de sus clientes, desertores del asfalto, tr¨¢nsfugas del sem¨¢foro que llevan la ciudad a cuestas.
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