El panorama bancario sigue cambiando ANTONIO ARGANDO?A
"?Qu¨¦ te ha parecido el anuncio de entrada de La Caixa en el capital del Banco Sabadell?", me pregunt¨® un amigo. Le contest¨¦ sobre la marcha. Pero luego se me ocurri¨® que valdr¨ªa la pena hacer alg¨²n comentario m¨¢s amplio. Y aqu¨ª va.Suponga el lector que es el presidente de un banco mediano, que vale, digamos, 750 miles de millones de pesetas. S¨ª, ya s¨¦ que esto le supone un dif¨ªcil ejercicio de imaginaci¨®n, pero... ?no ha so?ado nunca con ser multimillonario, o con vivir en Beverly Hills? Pues, ?¨¢nimo! Es usted el presidente de un grupo bancario catal¨¢n, y est¨¢ haciendo la carta a los Reyes para su entidad.
Despu¨¦s de poner lo de beneficios elevados, buena reputaci¨®n comercial, ser bien visto por las autoridades nacionales y auton¨®micas (lo que no es ninguna tonter¨ªa, sobre todo en este negocio), etc¨¦tera, seguramente se le ocurrir¨ªa pedir una buena defensa contra OPA: por ejemplo, la entrada de un socio estable en el capital. Porque el mundo financiero est¨¢ de lo m¨¢s movido: unos buscan tama?o, como si ¨¦sa fuese la clave del ¨¦xito, y otros buscan buenas oportunidades de negocio. Y su banco tiene un tama?o digerible y es atractivo: saneado, bien implantado en el pa¨ªs, con beneficios, bien dirigido... Si pretende salir a Bolsa dentro de unos meses, le conviene ir protegido por un "n¨²cleo duro" que dificulte que un competidor importante tome al asalto su entidad.
"Pero, ?para qu¨¦ quiere usted protegerse de una OPA? Si le pagan bien,... ?venda!".
Esta ser¨ªa la visi¨®n "anglosajona" del negocio, cuando lo ¨²nico que interesa a los accionistas es vender caro lo que compraron barato. Pero tambi¨¦n es probable que esos accionistas aportaran su dinero buscando algo m¨¢s. Cuando uno compra una casa no piensa s¨®lo en ladrillos y tejas por valor de unos cuantos millones, sino en un lugar para vivir, con unas comodidades, un ambiente grato, la localizaci¨®n adecuada... Pues bien, cuando uno contribuye al capital de una entidad financiera, sobre todo en su constituci¨®n, no piensa s¨®lo en la rentabilidad que obtendr¨¢, sino tambi¨¦n en c¨®mo ser¨¢, su manera de hacer negocios, su filosof¨ªa de las relaciones con el cliente...
"?Oh, vamos! ?Pretende usted hacerme creer que los accionistas de un banco tienen una visi¨®n rom¨¢ntica de la entidad?".
Bueno, quiz¨¢ muchos de los accionistas actuales piensen de otro modo, pero la rentabilidad no es incompatible con esa concepci¨®n personal del banco, sobre todo en una entidad que no cotiza en Bolsa. Y, l¨®gicamente, son el consejo, los directivos y los trabajadores -sobre todo los empleados "de toda la vida"- los que desarrollan esa filosof¨ªa, lo que ahora llaman la "misi¨®n" del banco.
"S¨ª, claro, porque, adem¨¢s, se juegan su puesto, si hay una OPA".
?sta es una raz¨®n m¨¢s para tratar de defender el banco de una OPA hostil. Pero entiendo que uno tiene tambi¨¦n derecho a defender "su" proyecto, ?no?
En este tipo de operaciones ocurre como en la vida real, a la hora de encontrar marido o mujer: una -o uno- se hace el retrato robot de su media naranja ideal, se lanza a la calle en su b¨²squeda, y... ?nada!: hay que rebajar las condiciones. Tal como est¨¢ el mundo financiero, no es f¨¢cil encontrar el socio ideal. Basta, habitualmente, con que sea un socio adecuado. Y parece que La Caixa y el Banco Sabadell lo son. Con reservas, claro.
?Son complementarios o competidores? M¨¢s bien esto ¨²ltimo. ?Se trata, pues, de un matrimonio de conveniencia? Todos lo son: nos casamos porque estamos rendidamente enamorados... y porque nos conviene a los dos. ?Supondr¨¢ una reducci¨®n de la competencia? No lo creo. Y si el lector tiene alguna duda, d¨¦ una vuelta por las calles y plazas alrededor del mercado m¨¢s pr¨®ximo, y cuente el n¨²mero de entidades bancarias all¨ª afincadas: no se puede hablar de posici¨®n dominante.
?Se quedar¨¢ La Caixa fuera del Consejo del Banco Sabadell durante muchos a?os? No lo s¨¦. Yo no lo har¨ªa, pero yo no he firmado el contrato. ?Estamos, pues, ante un acuerdo inestable? Todos lo son: incluso los matrimonios m¨¢s avenidos se tiran los trastos a la cabeza alg¨²n d¨ªa. Pero el mundo de las entidades financieras es suficientemente vol¨¢til como para que no podamos predecir el futuro de las alianzas y fusiones. Este tipo de operaciones, aunque parezcan "para toda la vida", el muy largo plazo puede ser de s¨®lo unos pocos a?os. No porque piensen separarse, sino porque aparecer¨¢n nuevas oportunidades de fusiones, de alianzas, de separaciones.
El grupo Sabadell sigue siendo atractivo, sobre todo ahora, que se ha convertido en el cuarto grupo bancario espa?ol. No se ha acabado la ola de fusiones, sobre todo entre esos bancos medianos que, como el Sabadell, necesitan redefinir su estrategia en un mundo cambiante. Y por redefinir la estrategia entiendo no cambiar la naturaleza del negocio, los clientes a los que sirve o los productos que ofrece, cosas en las que el Sabadell est¨¢ bien posicionado, sino plantearse preguntas como: ?debo crecer, o es mejor que me quede peque?o toda la vida? Si eres peque?o, en un mundo en que los nichos de mercado son cambiantes, y en el que no se pueden mantener mucho tiempo las ventajas competitivas, ser¨¢s carne de OPA. Por tanto, has de crecer.
?Puedes hacerlo solo? No. ?Puedes comprar otros bancos medianos? No es f¨¢cil. ?Dejarte comprar? No quieres. ?Sales a Bolsa? Debes protegerte, si no quieres que te compren. Y eso es lo que ha hecho el Banco Sabadell, en una operaci¨®n que parece favorable a ambos socios, pero que no tiene por qu¨¦ ser la ¨²ltima para ellos. Porque la vida sigue.
Antonio Argando?a es profesor de Econom¨ªa del IESE.
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