Mart¨ªnez logra un puesto de mucho peso
El lanzador acaba sexto con una marca de 20,55 metros
Ha tardado un a?o, pero Manolo Mart¨ªnez ya ha puesto las cosas en orden. Sexto en la final de lanzamiento de peso, bati¨® el r¨¦cord de Espa?a (20,55 metros) y regres¨® al estado anterior a su grave lesi¨®n de rodilla. Todav¨ªa no ha adquirido una seguridad completa en sus movimientos, pero este resultado indica que est¨¢ en condiciones de atacar la barrera de los 21 metros, como pretend¨ªa antes de romperse el ligamento cruzado anterior en un partido de baloncesto. "Durante el calentamiento fui a por un rebote y ca¨ª desestabilizado. Enseguida supe que era una lesi¨®n grave". Manolo Mart¨ªnez pasaba por el mejor momento de su carrera deportiva. Se sent¨ªa fino y r¨¢pido, a punto de alcanzar su objetivo, los 21 metros que marcan la divisoria en las grandes competiciones. Por encima de esa raya, las medallas est¨¢n casi aseguradas. Los tres primeros en la competici¨®n de ayer -el finlandes Harju y los estadounidenses Nelson y Godina- fueron los ¨²nicos que lanzaron m¨¢s de 21 metros. Manolo Mart¨ªnez se qued¨® a medio metro de los estadounidenses, convencido de que ha salido del t¨²nel.Se dec¨ªa de Mart¨ªnez que era un poco bajo para competir con las grandes estrellas de la especialidad. Con 1,85 metros y casi 130 kilos de peso, siempre ha usado su velocidad de movimientos para atajar la desventaja de potencia con respecto a los lanzadores de gran talla. Sin embargo, Manolo Mart¨ªnez cree que el nuevo modelo de lanzador se acerca cada vez m¨¢s a su biotipo. "Harju (el ganador) tiene mi estatura y Adam Nelson es un poco m¨¢s bajo que yo. Son lanzadores muy r¨¢pidos, como yo". La diferencia con ellos est¨¢ en el estilo. Los tres primeros utilizaron la t¨¦cnica de giro, frente a la lineal del espa?ol. "No creo que eso signifique nada especial. Esta vez han ganado, pero no veo nuestra inferioridad. Si acaso, con el giro quiz¨¢ es m¨¢s facil pillar un gran tiro, pero suelen ser lanzadores m¨¢s irregulares".
Hasta el momento, sus mejores actuaciones se hab¨ªan producido en pista cubierta, en la temporada invernal. Su r¨¦cord al aire libre -20,27 metros- estaba 52 cent¨ªmetros por debajo de su mejor marca bajo techo. "Siempre me he preguntado por qu¨¦ esa diferencia y s¨®lo se me ocurre una respuesta. Me va el fr¨ªo", dijo tras la final. A primera hora de la noche en Sydney, la temperatura hab¨ªa descendido hasta los 17 grados. Perfecta para el lanzador espa?ol, que ven¨ªa satisfecho de sus entrenamientos en la ciudad de Adelaida.
En la final se sinti¨® fino en el primer tiro. "Cuando la cadena de movimientos se hace sin fallos, la bola -siete kilos- no pesa nada. No la sientes en la mano", se?al¨®. Sin embargo, el efecto de la bola de hierro en las manos de los lanzadores es evidente. Casi todos tienen deformados los dedos ¨ªndice, medio y pulgar, como consecuencia de la salvaje exigencia de los tiros. En ocasiones, los esguinces en los dedos se hacen cr¨®nicos y determinan el declive de los lanzadores.
Despu¨¦s del primer lanzamiento -19,87 metros-, Mart¨ªnez se equivoc¨® en el segundo. "Me aceler¨¦ demasiado en la parte final de los movimientos". El tercer tiro fue aceptable, en su opini¨®n. Estaba clasificado en s¨¦ptima posici¨®n, con el derecho a participar en otros tres lanzamientos. "Decid¨ª que era mejor comenzar la prueba de nuevo, como si no hubiera ocurrido nada antes. Hice una serie de ejercicios de calentamiento y busqu¨¦ la manera de hacer lo que me hab¨ªa salido bien en el primer intento: un lanzamiento tranquilo, con calma, sin apresurarme. En el quinto intento todo sali¨® bien". Mart¨ªnez define esa situaci¨®n como una l¨ªnea perfecta de energ¨ªa, "la manera de encontrar el camino correcto de todas las fuerzas aplicadas al cuerpo y al peso".
"Supe que era un buen lanzamiento en cuanto sali¨® el peso de mi mano", a?adi¨® el atleta espa?ol para calificar el tiro que le dio el sexto puesto, el mejor jam¨¢s logrado por un lanzador espa?ol en los Juegos Ol¨ªmpicos.
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