De mal colegio a centro p¨²blico de lujo
El King's College of the Arts and Technology es el primer colegio estatal brit¨¢nico asociado a una firma comercial
De no haber sido por la compa?¨ªa 3E's Entreprises, el instituto de secundaria brit¨¢nico King's Manor School de Surrey (al sur de Inglaterra) estar¨ªa hoy cerrado. Sus pobres resultados acad¨¦micos, la mala fama local y una cr¨ªtica inspecci¨®n educativa pusieron en 1999 contra las cuerdas a las autoridades locales; para no dejar a 400 alumnos en la calle, ¨¦stas pidieron ayuda al sector privado con el benepl¨¢cito del Ministerio de Educaci¨®n. El correspondiente concurso p¨²blico ha cedido durante la pr¨®xima d¨¦cada a 3E's la gesti¨®n del King's College of the Arts and Technology, el nuevo nombre del primer colegio estatal brit¨¢nico asociado a una firma comercial.Su suerte est¨¢ a¨²n por ver, pero el experimento iniciado en Surrey servir¨¢ de ejemplo para otros institutos igualmente fallidos del Reino Unido. Mientras las empresas interesadas en acceder al sector educativo carezcan de af¨¢n de lucro, el Gobierno no pondr¨¢ reparos en cederles la gesti¨®n diaria de centros situados en los ¨²ltimos puestos de las listas de excelencia escolar. Al igual que sus competidores en la puja por el King's College de Surrey, 3E's piensa obtener beneficios, pero no para sus accionistas. Al ser la rama comercial de otro colegio, el Kingshurst City Technology College de Solihull (Birmingham) ha asegurado que invertir¨¢ todo lo ganado en la mejora de ambos. Unas intenciones de lo m¨¢s razonables para el laborismo, que incluso ver¨ªa bien la presencia privada en escuelas con buenas notas.
"No es lo mismo hablar de beneficios empresariales que de una cuota en concepto de gerencia como la que el Gobierno pagar¨¢ a 3E's por su labor en Surrey", ha se?alado Estelle Morris, secretaria de Estado de Educaci¨®n. La compa?¨ªa recibir¨¢ tambi¨¦n gratificaciones si consigue reclutar m¨¢s alumnos, reducir el absentismo y, desde luego, mejorar las notas. Antes incluso de que dichas sumas lleguen a sus arcas, el municipio aport¨® 1,6 millones de libras (440 millones de pesetas) para renovar las instalaciones del instituto. Convertido ahora en un centro especializado en arte y tecnolog¨ªa, se ha puesto mucho ¨¦nfasis en dotarle de salas de ordenadores, una conexi¨®n a Internet que engloba todos los servicios internos, un ciberrestaurante con m¨¢s computadoras y un nuevo laboratorio para ciencias. El cambio de nombre no ha hecho m¨¢s que subrayar la amplitud de la reforma.
"Estamos ante otro centro que ocupa el mismo espacio que el antiguo King's Manor", seg¨²n Mary Watts, su portavoz. Aunque cauta a la hora de ponderar el ¨¦xito que esperan obtener, afirma que tanto la comunidad como los alumnos han apoyado resueltos los cambios. "Contamos con nuevos profesores y 400 alumnos, de los cuales 129 han accedido atra¨ªdos por la nueva oferta. En cuanto a nuestro director, David Crossley, lo encontramos en Brunei, despu¨¦s de haber buscado a fondo al candidato adecuado", afirma. Otra de sus innovaciones consiste en impartir en Bachillerato Internacional en los dos a?os (de 16 a 18) anteriores al acceso a la universidad. Watts mantiene que su mayor n¨²mero de asignaturas y su reconocimiento internacional allanar¨¢n la ruta acad¨¦mica.
Uno de los mayores riesgos del experimento fue despejado con algunas dificultades por Educaci¨®n antes de autorizarlo. Se trata de la posible selecci¨®n del alumnado en funci¨®n de sus habilidades. Para muchos directores, los controles de calidad educativa s¨®lo pueden superarse a base de elegir a los mejores ni?os. Como los institutos estatales tienen prohibida la criba de sus aspirantes, y la mayor¨ªa de los centros fallidos est¨¢n en zonas deprimidas del pa¨ªs, el ministerio no quer¨ªa ser acusado de rendir sus responsabilidades al sector privado. "Atiendan bien: no habr¨¢ selecci¨®n", dijo David Blunkett, hoy titular de Educaci¨®n, cuando el laborismo estaba a¨²n en la oposici¨®n.
Teniendo en cuenta que la idea de atraer a las empresas para gestionar escuelas p¨²blicas la tuvieron los conservadores, Blunkett no quer¨ªa que el proyecto le estallara en las manos al hacerlo suyo por permitir la selecci¨®n. Con todo, los institutos p¨²blicos pueden escoger hasta un 15% de sus inscritos en funci¨®n de su val¨ªa. Para los cr¨ªticos, en el caso del King's College of the Arts and Technology, ello podr¨ªa resultar decisivo. Ahora es un instituto especializado que, a la larga, espera atraer a estudiantes interesados en ambos terrenos. Una forma menos controvertida de seleccionar. De momento, sin embargo, los 400 menores que ocupan este curso las repintadas aulas, "abarcan un amplio arco de aptitudes porque no se ha apartado a nadie", seg¨²n Mary Watts.
El centro cuenta, de momento, con el benepl¨¢cito de padres y gobernantes, y su buen funcionamiento supondr¨ªa una inyecci¨®n de moral para el Ministerio de Educaci¨®n. Aunque esta vez la ayuda provenga del sector privado, el ¨¦xito del King's College dar¨ªa en cierto modo la raz¨®n a David Blunkett, abanderado de la renovaci¨®n de escuelas estatales fallidas para evitar su cierre. Hasta la fecha, ha intentado sacar del pozo -seg¨²n la jerga ministerial-, sin recurrir a fondos privados, a 11 institutos de secundaria. Un esfuerzo apreciado por padres, docentes y sindicatos que no ha dado a¨²n los resultados esperados.
Repartidos por Inglaterra y Gales, dichos centros han cambiado su nombre, cuentan con nuevos directores y un mayor presupuesto, as¨ª como una oferta educativa m¨¢s amplia. A pesar de ello, cuatro de sus directores dimitieron a finales del pasado curso cansados de la falta de apoyo de las autoridades locales. Una explicaci¨®n parad¨®jica para este otro tipo de experimento fundado tambi¨¦n en la colaboraci¨®n de todos los implicados: docentes, padres, alumnos y gobernantes. Seg¨²n los sindicatos, el problema es que los municipios esperan resultados de inmediato, y "ning¨²n concejal de educaci¨®n, por mucho que maneje las cuentas escolares, puede pretender que los sobresalientes lluevan en un solo curso". Para salvar el plan, el ministerio ha prometido poner este a?o a disposici¨®n de los directores, sin pasar por las autoridades, parte de los nuevos fondos destinados a cada escuela para que los inviertan directamente en su mejora.
La presencia de empresas privadas en la educaci¨®n estatal no es nueva. Ni siquiera es brit¨¢nica, a pesar de que es un mercado evaluado en 500 millones de libras (137.500 millones de pesetas).En Estados Unidos, la compa?¨ªa de gerencia Edison acaba de salir a Bolsa y est¨¢ obligada a obtener buenos resultados a cambio del dinero del contribuyente. Entre sus especialidades figura el espa?ol obligatorio entre 5 y 11 a?os, la posibilidad de llevarse un ordenador a casa y una jornada de estudio m¨¢s larga. Una idea, ¨¦sta ¨²ltima, adoptada por el brit¨¢nico King's College of the Arts and Technology al permanecer abierto por las noches para uso de la comunidad.
Edison puj¨® sin ¨¦xito por el contrato del centro de Surrey y, seg¨²n sus oponentes, tiende a aumentar el n¨²mero de ni?os por clase y elige a los que presentan menos problemas de aprendizaje. Una cr¨ªtica rechazada por sus responsables, que no esperan beneficios a corto plazo en su aventura educativa.
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