La mujer marcha
El bronce de Mar¨ªa Vasco se convierte en la primera medalla de una atleta espa?ola en unos Juegos
La tradici¨®n espa?ola en las pruebas de marcha se remite a los a?os setenta, cuando la salud de nuestro atletismo era muy precaria. En aquellos d¨ªas, las esperanzas en los grandes campeonatos no estaban cifradas en las actuaciones de los mediofondistas o maratonianos. Por generaci¨®n casi espont¨¢nea surgi¨® en Catalu?a un grupo excepcional de marchadores, encabezado por Jordi Llopart y Josep Mar¨ªn. Sus ¨¦xitos tapaban las carencias en otras disciplinas. Su magisterio tuvo continuaci¨®n en especialistas como Valent¨ªn Massana, Daniel Plaza o Jes¨²s ?ngel Garc¨ªa Bragado. A estos nombres se a?adi¨® ayer el de Mar¨ªa Vasco, tercera en la prueba de 20 kil¨®metros y primera atleta espa?ola que consigue una medalla en los 104 a?os de Juegos Ol¨ªmpicos.El ¨¦xito de Mar¨ªa Vasco est¨¢ relacionado con el papel cada vez m¨¢s relevante que ha tomado la mujer en el deporte espa?ol. No ha sido f¨¢cil. Hasta la d¨¦cada de los sesenta, el franquismo impidi¨® el acceso de la mujer al deporte, rechazo basado en el cateto ideario del nacional catolicismo. Se ven¨ªa a decir que el deporte denigraba la femineidad, o lo que aquella gente entendiera por tal. El lugar de la mujer estaba en los fogones. El giro se produjo con la llegada de la democracia y con la determinaci¨®n de las mujeres por conquistar los espacios que ten¨ªan vetados. Uno de ellos era el deporte.
Su integraci¨®n ha sido formidable, desbaratando toda clase prejuicios. Hace tiempo que sus ¨¦xitos son habituales. En el tenis, en la vela, en la gimnasia, en casi todo el espectro del deporte. En apenas 20 a?os, han pasado de la marginaci¨®n a un protagonismo indiscutible. De alguna manera, la medalla de Mar¨ªa Vasco representa ese salto en la historia. Al ¨¦xito de la marchadora, tercera en una prueba dram¨¢tica por las decisiones de los jueces, se a?adi¨® el acceso del boxeador Rafael Lozano a la final de los minimoscas. Lozano se ha convertido en una garant¨ªa de fiabilidad. Fue tercero en los Juegos de Atlanta y ahora luchar¨¢ por la medalla de oro.
Fue un d¨ªa grande para Marion Jones, que gan¨® la final de 200 metros. Ya tiene dos oros, pero ahora le llega la empresa m¨¢s complicada: vencer en salto de longitud y en las dos pruebas de relevos. El positivo de su marido, el lanzador de peso C. J. Hunter, no ha afectado al rendimiento de la atleta estadounidense. Volvi¨® a abrir un abismo con respecto a sus rivales, en una demostraci¨®n de confianza que tendr¨¢ que revalidar en longitud, su potro de tortura. Los pron¨®sticos no dan a Jones como ganadora. Si en las carreras no encuentra oposici¨®n, en los saltos se enfrentar¨¢ a atletas de gran prestigio, como la alemana Heike Dreschler o la italiana Fiona May.
El cubano Iv¨¢n Pedroso ofreci¨® un recital de clase y capacidad competitiva. En un concurso hermos¨ªsimo, bati¨® al australiano Jai Taurima en el ¨²ltimo salto. Gan¨®, por tanto, en el ¨²ltimo minuto y en campo contrario, como el gran campe¨®n que es. As¨ª lo reconoci¨® la gente, que abandon¨® cualquier chauvinismo y salud¨® con entusiasmo la haza?a del atleta cubano.
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