El parricida de Valdebernardo estaba convencido de que su esposa le era infiel
Jos¨¦ Antonio Pa?os, el bombero de 42 a?os que el mi¨¦rcoles por la tarde degoll¨® a su esposa, Eva Barahona, de 38 a?os, cre¨ªa que ¨¦sta le era infiel. ?sa es la versi¨®n que mantiene la polic¨ªa tras analizar la denuncia del supuesto homicida de que Telef¨®nica le hab¨ªa cobrado de m¨¢s en los ¨²ltimos recibos. El bombero intu¨ªa que las altas facturas se deb¨ªan a que su c¨®nyuge hac¨ªa frecuentes llamadas a un tercero.
7.000 pesetas de diferencia
Pa?os denunci¨® el d¨ªa anterior al parricidio en la comisar¨ªa de Ciudad Lineal (la m¨¢s pr¨®xima al parque de bomberos de Manuel Becerra, donde trabajaba) que no pudo ver los recibos de Telef¨®nica de los meses de enero y febrero hasta finales de julio. Su esposa, Eva Barahona, no se los quiso ense?ar, seg¨²n consta en la denuncia. El bombero busc¨®, aun as¨ª, por su domicilio, pero no encontr¨® m¨¢s que la primera hoja, donde s¨®lo consta la cantidad de llamadas realizadas y el importe que se adeuda. Las p¨¢ginas posteriores, en las que aparecen los n¨²meros de tel¨¦fono a los que se ha llamado, no aparecieron. Entonces llam¨® al servicio de atenci¨®n al cliente de Telef¨®nica para que le mandara un duplicado. El problema, seg¨²n Pa?os, se repiti¨® en la factura de julio y agosto. En esos dos meses tuvo que pagar m¨¢s de 22.000 pesetas de tel¨¦fono. Las cuentas no le sal¨ªan al supuesto parricida, ya que el recuento de las llamadas mediante el servicio autom¨¢tico a los n¨²meros que ¨¦l conoc¨ªa supon¨ªan s¨®lo un gasto de 8.800 pesetas, frente a las 15.700 que le cobr¨® la compa?¨ªa Telef¨®nica. Los recibos podr¨ªan haber sido manipulados y su mujer, Eva Barahona Ede, podr¨ªa estar tras las falsificaciones, ya que trabajaba en Telef¨®nica, seg¨²n sospecha el bombero.
Fuentes de la investigaci¨®n creen que Pa?os desconfiaba de su esposa y se tem¨ªa que le ocultara las facturas para que no viera las llamadas que hac¨ªa. ?stas no ser¨ªan locales, ya que no quedan registradas en el recibo. Lo m¨¢s probable, seg¨²n la polic¨ªa, es que fueran a tel¨¦fonos m¨®viles, lo que implica la diferencia de m¨¢s de 7.000 pesetas respecto a los c¨¢lculos de Pa?os.La supuesta ocultaci¨®n de parte de las facturas fue, seg¨²n los investigadores, lo que desencaden¨® la disputa del mi¨¦rcoles que acab¨® con la muerte de Barahona. La polic¨ªa calcula que transcurrieron alrededor de 45 minutos desde que Pa?os mat¨® a su esposa y avis¨® a la polic¨ªa. En esos minutos le dio tiempo de llevar a su hija de ocho a?os a casa de unos vecinos con los que le un¨ªa una relaci¨®n estrecha y volver a su domicilio. "He matado a mi mujer. Estoy en la calle de los Juglares, 14", fue lo que le dijo al operador del 091.
Cuando los agentes llegaron, Jos¨¦ Antonio les estaba esperando en la calle. Un polic¨ªa se qued¨® con ¨¦l en el rellano y otro entr¨® hasta el dormitorio. La mujer estaba tapada con una manta y s¨®lo le sobresal¨ªan los pies. Estaba vestida con el pantal¨®n de un ch¨¢ndal y una camiseta. "He puesto fin a dos meses de aut¨¦ntico infierno", confi¨® a los agentes. En el fregadero de la cocina hab¨ªa dos cuchillos. El cad¨¢ver de Eva Barahona presentaba varias heridas en el abdomen y en el pecho, adem¨¢s de un corte en la garganta.
Pa?os, que se ha negado a declarar ante la polic¨ªa, pas¨® ayer a disposici¨®n judicial. Su esposa fue sepultada ayer.
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