Fox promete abrir los archivos de la matanza de Tlatelolco

El presidente electo de M¨¦xico, Vicente Fox, ha prometido revisar la matanza del 2 de octubre de 1968 en la plaza de las Tres Culturas, una fecha tr¨¢gica y libertaria en la que cerca de 300 manifestantes murieron. Ese d¨ªa, por ejemplo, la soci¨®loga Diana Rivera encontr¨® a su hermano con el est¨®mago destrozado por una bala expansiva. Tendido en una comisar¨ªa, tres polic¨ªas borrachos jugaban a la pelota casi pisando el cad¨¢ver. Fox tratar¨¢ de identificar a los culpables de una represi¨®n todav¨ªa impune. Por primera vez, un presidente impulsa las investigaciones.El triunfador de las elecciones del 2 de julio, que hoy llega a Espa?a en visita oficial, respondi¨® un cuestionario sobre la matanza enviado por la revista Proceso, y se declar¨® dispuesto a la apertura de archivos oficiales, a compartir la informaci¨®n guardada en los cajones o cajas fuertes de los cuerpos de seguridad, Ej¨¦rcito, ministerios o despachos particulares. Queda por ver cu¨¢nta recibe, qu¨¦ grado de colaboraci¨®n es capaz de conseguir en instancias oficiales, pol¨ªticos y jefes militares jubilados hasta ahora esquivos. Las comisiones encargadas de averiguar la verdad de unos hechos ocurridos a diez d¨ªas de la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico no han podido completar su trabajo ni establecer a ciencia cierta las responsabilidades. Seg¨²n fuentes oficiales, hubo 40 muertos, pero fue tanta la sangre derramada en la plaza del barrio de Tlatelolco, que fueron necesarias mangueras de bomberos.

Al atardecer del d¨ªa de autos, atestada la plaza de las Tres Culturas, presente una nutrida representaci¨®n de la prensa extranjera, entre ella Oriana Fallaci, la gente escucha a los oradores. Cayeron tres bengalas. Se escucharon los disparos de la provocaci¨®n, efectuados desde posiciones elevadas por francotiradores del misterioso Batall¨®n Olimpia; acto seguido, fusileros del Ej¨¦rcito barrieron la explanada a balazos. Algunos soldados disparaban hacia los balcones, y otros no sab¨ªan hacia d¨®nde hacerlo. La operaci¨®n fue perversa, y el escarmiento, probablemente superior a lo previsto. Varios testigos contaron hasta 200 cad¨¢veres en un galp¨®n forense: adultos, ni?os, ni?as, mujeres embarazadas o escolares de quince a?os, como Guillermo Rivera. Una m¨¢s entre las miles de personas que ayer reclamaban justicia por las calles de la capital federal, Diana Rivera, soci¨®loga de la Universidad Aut¨®nonoma Nacional de M¨¦xico (UNAM), se manifiesta esc¨¦ptica: "Sus muertes fueron bastante in¨²tiles. Seguimos viviendo en un Estado represivo y dependiente, donde el neoliberalismo, con el triunfo de Vicente Fox, ha terminado de completar su obra". Rosario Ibarra, directora del Comit¨¦ Eureka, considerar¨¢ a Fox c¨®mplice si no investiga a fondo la suerte de los aproximadamente 500 compatriotas desaparecidos durante la guerra sucia de los setenta, atropellando leyes y derechos, contra la guerrilla de Lucio Caba?as, o el mismo 2 de octubre. Formalmente nada le pedir¨¢n hasta el 1 de diciembre, d¨ªa de su investidura. "No queremos quitarle la responsabilidad al ¨²ltimo de los presidentes pri¨ªstas ".

Sin pretender una cacer¨ªa de brujas ni agotar los seis a?os de su mandato lamiendo heridas, Fox recabar¨¢ de la Secretar¨ªa (ministerio) de Defensa los datos disponibles sobre la represi¨®n del movimiento estudiantil de 1968, una sublevaci¨®n contra el orden establecido inspirada en el mayo franc¨¦s. No hubo tolerancia en M¨¦xico y el 2 de octubre actu¨® a tiros el Gobierno de Gustavo D¨ªaz Ordaz (1964-1970), perteneciente el Partido Revolucionario Institucional (PRI), derrotado por Vicente Fox despu¨¦s de 71 a?os en el poder y unas instancias judiciales sometidas o prevaricadoras. Luis Echeverr¨ªa era entonces ministro de Interior y sucedi¨® al difunto Ordaz. Presidente, ministros y generales, todos culpables en mayor o menor grado, se proclamaron inocentes, ajenos a la orden de abrir fuego contra una multitud que recibi¨® palos y balazos desde las cuatro esquinas de la plaza.