?Promocionando accidentes?

Un publicista de encefalograma plano perpetra una campa?a para una conocida marca de yogures (ya se sabe, est¨®mago sano en cuerpo sano, la mente es otra cosa). Hay dos personajes: una ni?ita con vocaci¨®n de pulga, puesto que su aspiraci¨®n en la vida es saltar y saltar, y un inmaduro adolescente de 24 a?itos a quien su aspiraci¨®n es pasear y pasear en patines.La cosa no tendr¨ªa otra importancia que una promoci¨®n m¨¢s del modelo de juventud que necesitan y desean algunos adultos con poder, si el patinador no lo hiciese corriendo y esquivando coches, de forma l¨²dica y deportiva, por el centro de la calzada de una v¨ªa r¨¢pida. Una aut¨¦ntica barbaridad.

Y lo peor es que las autoridades de tr¨¢fico, tan preocupadas por los accidentes y que se gastan millones y millones en campa?as de prevenci¨®n, nada dicen de esta barbaridad por m¨¢s que promocione una suicida transgresi¨®n del C¨®digo de Circulaci¨®n; las televisiones, p¨²blicas y privadas, aparentemente tan preocupadas por los accidentes de tr¨¢fico en telediarios y reportajes llenos de grandes reflexiones, est¨¢n emitiendo, intensiva y extensivamente, el anuncio de marras por m¨¢s que vaya contra aquello que predican, y la marca que dio en su d¨ªa el visto bueno a esta barbaridad demuestra tener en aspectos de ¨¦tica el mismo encefalograma que el publicista a quien se lo encarg¨®.. .