Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez revisa el lado m¨¢s vulnerable de Juana la Loca

Sobre esta hija de los Reyes Cat¨®licos, la m¨¢s atractiva, que por una carambola del destino lleg¨® a ser reina (por escalaf¨®n no le tocaba), no abunda la bibliograf¨ªa. Esta escasez, y un encargo de la Diputaci¨®n de Palencia hace unos a?os, anim¨® al historiador y autor de libros de ¨¦xito sobre historia Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez (Madrid, 1921) a escribir una biograf¨ªa sobre esta figura conmovedora y reina que nunca lleg¨® a gobernar: Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas (Espasa).Fern¨¢ndez ?lvarez se ha centrado en los lados m¨¢s vulnerables de esta mujer, que no estaba tan loca como indica el apodo. Por lo pronto, antes de casarse a los 16 a?os con Felipe el Hermoso ("parece que no tan hermoso y un pose¨ªdo de s¨ª mismo", dice el historiador) no daba s¨ªntoma alguno de locura. Es cierto que contaba con alg¨²n antecedente en su familia, su abuela materna sufri¨® depresi¨®n, como Juana, pero esto s¨®lo no explicar¨ªa, a juicio del historiador, una locura.

Pero hubo dos sucesos desencadenantes que de no haber ocurrido el destino podr¨ªa haber sido muy diferente, seg¨²n el autor de Felipe II y su tiempo: uno, que Juana de Castilla (Toledo, 1479-Tordesillas, 1555) fue alejada de su familia a una edad muy temprana para irse a casar a los Pa¨ªses Bajos -"esa separaci¨®n fue muy grave"; y dos, y m¨¢s importante, que acab¨® locamente enamorada de un marido casquivano. "Nos encontramos con esa furia de amor que ya es un poco desequilibrante porque no se ve compensado. Su marido, con el que tuvo seis hijos, tiene otros amor¨ªos y eso empieza a provocar en ella su inestabilidad. Hasta entonces nadie puede decir que hubiera un germen de locura. Pero ten¨ªa hacia ¨¦l una pasi¨®n er¨®tica tan fuerte que incluso el marido lleg¨® a sentir miedo de ella", cuenta este historiador, que lleva m¨¢s de medio siglo dedicado a la investigaci¨®n de la Espa?a del siglo XVI.

Fern¨¢ndez ?lvarez llega a la conclusi¨®n, ayudado de sus amigos psiquiatras, de que esta mujer enferma de soledad no recibi¨® el tratamiento adecuado que podr¨ªa haber evitado su enajenaci¨®n final. "Y no hablo ya de tratamientos farmacol¨®gicos, sino simplemente que no cont¨® con la compa?¨ªa y afecto m¨ªnimo que necesita cualquier ser".

Otro de los aspectos que m¨¢s ha interesado a este historiador es la relaci¨®n de Juana con su hijo Carlos V, el comportamiento del emperador para con su madre. Juana la Loca, una muy guapa mujer, seg¨²n el retrato que le hizo Juan de Flandes hacia 1497 y que acompa?a a esta biograf¨ªa, fue encerrada en Tordesillas en 1507, durante 48 a?os, y el hijo lo consinti¨®. Una actitud que fue muy duramente juzgada. Sin embargo, Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez la matiza. "La conducta de Carlos V no ha sido muy esclarecida, pero hay que tener en cuenta que el encierro de su madre fue una situaci¨®n que el hijo hered¨®, porque el art¨ªfice de esa situaci¨®n fue el padre de Juana, Fernando el Cat¨®lico. Esa situaci¨®n que parece tan dura, la madre recluida y el hijo reinando, es una situaci¨®n impuesta".

Sin voluntad de gobernar

El historiador tambi¨¦n discrepa de algunos juicios formulados por algunos colegas. "Hay quien dice, y no est¨¢ muy bien informado, que Carlos V s¨®lo visit¨® a su madre en Tordesillas dos veces, y no es as¨ª. Yo llevo documentadas por lo menos una docena de visitas y lo primero que hace Carlos V cuando en 1517 llega a Espa?a a hacerse cargo del reinado es visitar a su madre, luego tambi¨¦n pasar¨ªa con ella unas navidades".En realidad, esta mujer que pase¨® por media Castilla el cad¨¢ver de su marido (todo parece indicar que hab¨ªa sido antes embalsamado), nunca mostr¨® voluntad de gobernar, seg¨²n este profesor em¨¦rito de la Universidad de Salamanca, ciudad en la que reside. "Cuando pudo hacerlo y era animado por sus consejeros no quiso hacerse cargo. Muerto su marido no quer¨ªa saber nada del mundo".

Acostumbrado a que sus libros sobre personajes hist¨®ricos acaben en superventas, Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez dice que la f¨®rmula del ¨¦xito es "poner un poco de l¨ªrica en los libros de historia". El pr¨®ximo libro que guarda en la rec¨¢mara es uno sobre la mujer en el siglo XVI.