Florece Dorita

Ya va para 71 a?os, admite con una sonrisa. Menuda y muy bien conservada, a¨²n retiene el brillo de la belleza que fue. Dorita Aguilar Cabrera, Dorita la Algabe?a, siempre ha sido consciente de su destino: "Yo nac¨ª p¨¢ cantar. Nunca dej¨¦ de hacerlo, porque es lo que m¨¢s me ha gustado en la vida. Subo escaleras cantando y cantando las bajo. As¨ª me ech¨® mi madre al mundo. Me retir¨¦ de los escenarios, pero no del cante". La artista, con una veintena de discos, volver¨¢ a actuar en el teatro Lope de Vega de Sevilla el 10 de octubre, donde recibir¨¢ un homenaje a su carrera, dentro del ciclo Sevilla y la copla, en el que participan Mar¨ªa Jos¨¦ Santiago, Patricia Vela, Carlos Cano, Pasi¨®n Vega, Charo Reina, Mar¨ªa Vidal y Diego Benjumea.Dorita subir¨¢ de nuevo al teatro (en esta ocasi¨®n con los finalistas del IV Certamen de la Copla para J¨®venes Int¨¦rpretes que organiza el Ayuntamiento) donde estuvo por ¨²ltima vez hace seis a?os, "en un homenaje a los ni?os parapl¨¦jicos", pero hace mucho que no canta profesionalmente- salvo en ocasiones espor¨¢dicas en su pueblo natal, La Algaba-, desde 1957. "Lleg¨® el flechazo con mi marido y me retir¨¦", comenta esta mujer siempre dispuesta a sonre¨ªr.

Ten¨ªa entonces 28 a?os y una carrera que le hab¨ªa llevado por pueblos de toda Andaluc¨ªa, Marruecos, Argentina y Uruguay. "He trabajado con Pepe Pinto, la Ni?a de los Peines, Antonio El Sevillano, El Farina...", recuerda Dorita, que recorr¨ªa andando el camino entre La Algaba y Sevilla para estudiar en una academia de canto. "Yo trabajaba en una panader¨ªa haciendo recados y siempre estaba cantando. Ten¨ªa 13 ¨® 14 a?os, y un d¨ªa el sargento de la Guardia Civil Amante Carrillo, que ten¨ªa a la novia al lado de la panader¨ªa, me oy¨® cantar, pregunt¨® qui¨¦n era y pidi¨® escucharme directamente", relata con memoria precisa. El sargento le abri¨® la puerta de su sue?o: le ofreci¨® la posibilidad de formar su voz. "Yo no ten¨ªa dinero para pagarme una academia, porque aunque mi padre era impresor, entonces los sueldos eran muy chicos, pero me dijo que no me preocupara...".

As¨ª empez¨® a ir a la sevillana calle Conde Torrej¨®n. "Como mi pap¨¢ no ten¨ªa para pagarme el coche, me iba andando de La Algaba a 'la Europa', por ah¨ª detr¨¢s de la Alameda, todos los d¨ªas". Despu¨¦s de tres a?os de aprendizaje la contrataron para actuar en el cine de verano de su pueblo. De ah¨ª, a las giras por los pueblos, "en las tourn¨¦s de verano como se llamaban entonces". Con cinco o seis artistas se mov¨ªan de un pueblo a otro. "Cuando terminaba, yo me volv¨ªa a las tres de la ma?ana, con mi madre, andando pa La Algaba".

Su matrimonio la llev¨® a Madrid, donde nacieron sus tres hijos, pero la profesi¨®n de su marido la trajo de vuelta a Sevilla, y a su pueblo, donde le entr¨® de nuevo "el gusanillo" de cantar para los dem¨¢s. "Eso es lo que har¨¦ el d¨ªa 10 en el Lope de Vega, que es una bombonera, con un vestido amarillo, mis palillos, porque sin ellos no s¨¦ hacer nada, y mi mantilla", anuncia plet¨®rica de volver all¨ª y convencida de que "la artista se hace en el escenario".

La Algabe?a lamenta la escasa promoci¨®n que las casas discogr¨¢ficas hacen de la copla, un g¨¦nero que, sostiene, "est¨¢ a la altura de cualquier canci¨®n". En su actuaci¨®n, interpretar¨¢ la primera canci¨®n de su ¨²ltimo disco, Florece la canci¨®n, un ¨¢lbum de recuerdo que grab¨® hace cuatro a?os, y cuatro coplas nuevas con letra suya y m¨²sica de Manuel Alonso Borri?o. "A ver si tienen sabor", dice ilusionada.