"Si existieran las Olimpiadas culturales, saldr¨ªamos mucho peor que en Sydney"
Jos¨¦ Luis G¨®mez, considerado como uno de los grandes actores espa?oles y dedicado hace a?os a la direcci¨®n esc¨¦nica, vuelve a subir a los escenarios, esta vez al del Teatro de la Abad¨ªa, un centro esc¨¦nico de formaci¨®n y exhibici¨®n de espect¨¢culos fundado por ¨¦l hace cuatro a?os desde el que ha dinamizado la vida teatral madrile?a, algo que viene avalado por los numerosos premios recibidos en tan corto periodo de tiempo.Quien le ha empujado de nuevo a la interpretaci¨®n ha sido el ¨²ltimo presidente de la II Rep¨²blica espa?ola, Manuel Aza?a, y una selecci¨®n de textos suyos no pertenecientes a su escas¨ªsimo teatro.
G¨®mez, que celebra sus 40 a?os en la profesi¨®n y coquetea con el cine, se mete los fines de semana de octubre en la piel de Manuel Aza?a, por el que profesa una profunda admiraci¨®n, y logra poner en pie a unos espectadores entregados al actor y al pol¨ªtico.
Pregunta. ?Su aventura del Teatro de la Abad¨ªa hubiera sido m¨¢s f¨¢cil si los pol¨ªticos contempor¨¢neos propugnaran la cultura que Aza?a defend¨ªa?
Respuesta. S¨ª, hubiera sido evidentemente m¨¢s f¨¢cil. Se ha recibido ayuda, no puedo decir otra cosa, pero no se nos ha apoyado en la medida de los logros y la virtualidad del proyecto. S¨®lo habr¨ªa que comparar la programaci¨®n nuestra de este a?o, o los otros a?os, y el resto de las programaciones que existen en Madrid. Pero tambi¨¦n me digo que a la vida no se le puede pedir tanto.
P. ?Qu¨¦ sentimiento le produce dar un repaso a la cartelera teatral madrile?a en los ¨²ltimos tiempos?
R. Me har¨ªa ilusi¨®n que hubiera m¨¢s gente que luchara por un teatro comprometido con el arte, con su sociedad, con su lengua, m¨¢s exigente, y que ese compromiso se plasmase en las elecciones, en los procesos y en los resultados. A veces uno echa de menos m¨¢s compa?¨ªa en ese sentido, me gustar¨ªa que hubiera m¨¢s Abad¨ªas, que los responsables de la cultura fueran m¨¢s permeables y estuvieran m¨¢s interesados por el tema... Es un gran dolor salir por ah¨ª y comparar, no ya con el extranjero, sino con Barcelona...; aunque uno tiene obligaci¨®n de entender a los dem¨¢s y no juzgarlos.
P. ?A qu¨¦ achaca esa diferencia entre Madrid y Barcelona?
R. Las iniciativas del equipo municipal de Barcelona animan la vida cultural de la ciudad y protegen un teatro de calidad y los intercambios culturales.
P. Si las Olimpiadas no fueran s¨®lo deportivas, sino tambi¨¦n culturales, ?c¨®mo saldr¨ªamos parados?
R. Mal, mucho peor que en Sydney. Siento una notable desaz¨®n cuando pienso que la cultura sigue sin estar bien encauzada y me asombra el desamor a las cosas y la falta de continuidad. Ahora se tiran de los pelos por el estrepitoso fracaso de Sydney, pero nadie quiere establecer continuidad en el cuidado de ciertas cosas. Por ejemplo, la Abad¨ªa tiene toda la capacidad t¨¦cnica y art¨ªstica para hacerlo, pero no los medios; ¨¦stos nos los dan, pero para que sigamos existiendo. Es la falta de voluntad de suturar las rupturas continuas que ha sufrido Espa?a la que nos ha llevado a esta situaci¨®n.
P. ?Pero algo se ha hecho desde la llegada de la democracia?
R. S¨ª, pero han faltado maestros. Cada generaci¨®n se alimenta del legado de las anteriores, pero tiene la obligaci¨®n de dejar la impronta y el esp¨ªritu de su tiempo, y eso falla; adem¨¢s, hay una gran soledad entre las gentes de la escena, poco trasvase de pr¨¢cticas, t¨¦cnicas, investigaciones o hallazgos... Este medio es m¨¢s un mundillo que un mundo profesional y art¨ªstico.
P. ?Qui¨¦n es Aza?a para usted?
R. Es un hombre insustituible, desde sus ideas, desde su emoci¨®n por la democracia y por su pa¨ªs, desde su idea de tolerancia y su lealtad institucional, sin olvidar c¨®mo fue eso expresado en palabras dif¨ªcilmente repetibles. Es un hombre con el halo de la santidad c¨ªvica.
P. ?No cree que se ha distorsionado el concepto de patriotismo que Aza?a y otros republicanos defend¨ªan?
R. Ha habido demasiadas dejaciones. Ahora resulta que no se puede ser espa?ol, porque entonces se es espa?olista. Y si uno va y ama a su pa¨ªs, resulta que es nacionalista y patriotero. En ning¨²n caso. La idea de patria y naci¨®n en Aza?a tiene que ver con la legalidad constitucional y exige lealtad del ciudadano hacia el Estado. Quiz¨¢ el problema es que faltan pol¨ªticos capaces de articular palabras de convivencia suficientemente eficaces.
P. ?Qu¨¦ soluci¨®n hay?
R. No quiero dar lecciones a nadie, pero siento como ciudadano que una acci¨®n cultural vinculante, por parte del Estado, no impositiva, sino inductora, de todo aquello que nos vincula, era necesaria desde el momento en que se proclam¨® el estado de las autonom¨ªas. Lo importante es que no nos releguen a la funci¨®n de mudos testigos de lo que ocurre.
P. ?Qu¨¦ le parece que la figura de Aza?a sea hoy reivindicada por la derecha?
R. Una de las tragedias de la guerra es que acab¨® con el centro. ?l era un hombre moderado, dem¨®crata cien por cien, de centro izquierda, por lo que el que desde la izquierda moderada y desde la derecha se quiera utilizar la palabra de Aza?a me parece bien; si se impregnan de ella, nos vendr¨¢ a todos bien, y ser¨¢ bueno si sus palabras hacen mella en unos y otros.
P. ?Cree que la guerra civil hay que olvidarla?
R. En ning¨²n caso. Si se olvida, puede volver a ocurrir. Pero s¨ª es necesaria la actitud de la reconciliaci¨®n y de la compasi¨®n.
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