Misterios del Prado EUGENIO SU?REZ
Son de otro jaez que los del Louvre, lejana algarab¨ªa, hervir de opiniones, un rumor urbano que, de cuando en cuando, alguien airea y otros sofocan, como con el latir del tr¨¢fico rodado al cerrar la ventana. Concierne al acreditado Museo del Prado y su entorno. Como algo fatal, inexorable, progresa el terco prop¨®sito de alterar la lograda armon¨ªa del barrio donde se encuentra ubicado, dando o¨ªdos sordos a la opini¨®n de muchos de sus habitantes y al criterio de personas, por lo menos tan cualificadas en la oposici¨®n a las reformas, como quienes las llevan adelante, con tenacidad sospechosa.Queda supuesta la necesidad o aspiraci¨®n a que la pinacoteca sea engrandecida, prop¨®sito inobjetable. Tambi¨¦n, dicen otros, que la empresa desborda la intr¨ªnseca idoneidad de las reformas, con un coste desmedido: m¨¢s de 60.000 millones de pesetas, en inicial estimaci¨®n, que siempre se desboca.
Algo as¨ª como si en nuestra casa quisi¨¦ramos jubilar el desvencijado sof¨¢ y contrat¨¢ramos los servicios del mejor y m¨¢s caro decorador disponible.
El meollo estuvo -ya lo ha superado- en la disposici¨®n del claustro de la iglesia de los Jer¨®nimos, hay que reconocer que en estado lastimoso, a causa del paso del tiempo y, quiz¨¢, de una calculada desidia de los propietarios.
Se le solapa lo que llaman otro cubo de Moneo; parecido lance lesion¨® para siempre la bella perspectiva de la Zurriola, en San Sebasti¨¢n. Hubo all¨ª descontento ciudadano ante la arbitrariedad, heredera de la que, durante el denostado r¨¦gimen anterior, propici¨® el derribo del casino Gran Kursaal. La prosperidad de aquella villa marinera se debi¨® al establecimiento de la Corte de Mar¨ªa Cristina, con la llegada de los grandes chefs que ense?aron los secretos de la cocina elaborada. Y la presencia de los jugadores, los grandes saraos y las fastuosas recepciones palaciegas.
Seg¨²n datos coincidentes de las varias asociaciones -demasiadas para oponer un frente s¨®lido y eficaz- nacidas para defender el museo y sus aleda?os, son flagrantes y antit¨¦ticas las irregularidades que se est¨¢n cometiendo. Un punto de vista afirma que se vulnera la Ley del Patrimonio, subordin¨¢ndola a la Ley del Suelo, aunque otros paladines sostienen su fundamento.
Se cuestiona la licitud de la venta, la cesi¨®n o la expropiaci¨®n del claustro jer¨®nimo, aunque no aparece la necesidad de realizar esa operaci¨®n, ni que est¨¦ justificada la casi rid¨ªcula suma de 1.050 millones a cambio de la desvencijada columnata, los ¨¢rboles ya talados y la pesadumbre de hipotecar la otra cifra astron¨®mica.
?Competencia del Ayuntamiento, de la Comunidad Aut¨®noma? Misterio, acrecentado por la perplejidad de ¨ªndole pol¨ªtica. Se ha puesto de relieve que el asunto fue iniciado por administraciones p¨²blicas socialistas, y seguido por el actual dominio de los populares.
Un an¨¢lisis m¨¢s serio descarta que el eje, la causa y el prop¨®sito sean s¨®lo achacables al arquitecto Moneo y los dichosos cubos. Excesivo, el pulso entre un gabinete profesional y la disposici¨®n de parcelas de inter¨¦s general, supuestamente protegidas y con un porcentaje considerable de ciudadanos en contra.
Alguien recuerda que hubo consenso en la ¨²ltima transici¨®n de poderes para no utilizar la ampliaci¨®n del Prado como instrumento partidista. ?Por qu¨¦ alguien iba a hacerlo, cuando no parecen implicados intereses relevantes generales, ni siquiera particulares?
No es s¨®lo mantener el adefesio de ladrillos incrustado en un paisaje urbano muy diferente, sino el proyecto de edificar, en la parte de atr¨¢s del museo -para que nadie pudiera verlo- un b¨²nker que tapa la luz y la visi¨®n del primer piso, desde la calle de Espalter a la de Felipe IV.
?Ampliaci¨®n de la pinacoteca? Los planos indican la residencia de oficinas, cafeter¨ªas, archivos y pocas paredes donde colgar cuadros arrumbados. Como emprender una costosa y cruenta guerra para conquistar un desierto, o poco m¨¢s.
?Qui¨¦n o qu¨¦ hay detr¨¢s? ?La CIA, el Opus, la Mafia, el KGB, el Bar?a??Qui¨¦n y para qu¨¦ nos compran este misterio?
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