Lo mejor de Le Mans se re¨²ne en un disco para el mercado argentino
Ibon Errazkin
Muchos artistas reciben a t¨ªtulo p¨®stumo el reconocimiento que se les neg¨® en vida. Por tanto, no debe extra?ar que el p¨²blico argentino haya descubierto ahora, cuando han pasado dos a?os de su disoluci¨®n, las virtudes de Le Mans. Y ese repentino inter¨¦s ha forzado incluso la publicaci¨®n, por parte de la discogr¨¢fica ?ndice Virgen, de un disco que recopila las mejores composiciones de la banda donostiarra bajo el t¨ªtulo 1993-1998, los a?os entre los cuales registr¨® sus cuatro discos.Este ¨¢lbum destinado al mercado argentino ampl¨ªa la difusi¨®n internacional de un conjunto cuyas canciones ya est¨¢n disponibles en Jap¨®n, donde tambi¨¦n han sacado recopilaciones, y en Inglaterra y Estados Unidos, donde sus composiciones han visto la luz en un par de singles. De hecho, el pasado mes de mayo, la propia ?ndice Virgen puso en circulaci¨®n en Argentina un ced¨¦ que recog¨ªa cuatro de sus canciones y una adaptaci¨®n de Ama hil zaigu, de Mikel Laboa.
As¨ª, vuelve a constatarse el potencial de una formaci¨®n que dio cuerpo y consistencia al llamado Donosti sound junto a vecinos como La Buena Vida y Family. Entre todos construyeron una escena reducida y uniforme que practicaba un pop mesurado y na?f, ant¨ªtesis de la estridencia y el alboroto, que alcanz¨® repercusi¨®n durante la reciente ¨¦poca dorada del pop indie espa?ol. Aunque Le Mans acab¨® flirteando con la m¨²sica de baile m¨¢s sutil.
El lanzamiento de 1993-1998 ha llevado a los compositores Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz al otro lado del Atl¨¢ntico con el fin de promocionarlo. Sin embargo, no est¨¢ previsto que Le Mans vuelva a los escenarios, entre otras cosas porque Errazkin ha iniciado una carrera en solitario que acaba de dar como primer fruto un compacto de ocho canciones instrumentales. Para sorpresa de muchos, lo m¨¢s pop del trabajo editado por Elefant Records es la portada, un collage que muestra al guitarrista donostiarra bajo un simple paraguas en medio del oleaje. Pero al poner el disco uno no escucha el viento jugueteando en el interior de una enorme caracola marina, sino ecos casi circenses, sonidos propios de marchas y paradas iconoclastas, referencias al spaghetti western te?idas de cierto aire fant¨¢stico, ritmos de feria y mucha m¨²sica te?ida de nostalgia que invita a una escucha detenida y atenta. Todo ello conjugado con cierta sobriedad, sin el desarrollo alocado que cabr¨ªa esperar poniendo dichos ingredientes en manos, por ejemplo, de Mano Negra o de Mastretta.
"Es verdad que me gustan las verbenas. Cuando voy a Andaluc¨ªa en Semana Santa, por ejemplo, suelo seguir las procesiones. Me atrae el punto de desafinaci¨®n de todo ello. En la m¨²sica popular hay ese componente tr¨¢gico y festivo a la vez, que tambi¨¦n se refleja en el disco", corrobora Errazkin, quien tambi¨¦n ha formado parte de Aventuras de Kirlian y Daily Planet.
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