Isabel la Cat¨®lica, ?otro centenario?

Las ef¨¦merides son, l¨®gicamente, un motivo de reflexi¨®n para los historiadores. Cualquier personaje, hecho o periodo hist¨®rico del que se cumpla un aniversario significativo es motivo para que las instituciones dedicadas a la historia o las revistas especializadas programen actividades o n¨²meros especiales. En los ¨²ltimos a?os, adem¨¢s, se ha desarrollado entre nosotros el fen¨®meno espec¨ªfico de las conmemoraciones, entendiendo por tales la organizaci¨®n de m¨²ltiples y ambiciosas celebraciones, respaldadas por cantidades importantes de dinero p¨²blico. A¨²n reciente la conmemoraci¨®n del cuarto centenario de la muerte de Felipe II, y en plena celebraci¨®n de los 500 a?os del nacimiento de su padre, el emperador Carlos V, se anuncia la efem¨¦ride del fallecimiento de Isabel I de Castilla, la reina Cat¨®lica -bisabuela y abuela, respectivamente, de los dos citados-, del que se cumplir¨¢ el medio milenio el a?o 2004.

Aparte de otras caracter¨ªsticas y particularidades de cada uno de ellos, los tres monarcas citados, de fuerte personalidad y notable acci¨®n pol¨ªtica, fueron claves en la construcci¨®n de la monarqu¨ªa de Espa?a, estructura pol¨ªtica sobre la que se sustent¨® el mundo hisp¨¢nico en los primeros siglos de la Edad Moderna y principal referencia hist¨®rica en el imaginario ideal de lo hispano o espa?ol. No en vano las conmemoraciones eligen personajes o hechos capaces de suscitar alg¨²n tipo de identificaci¨®n, en detrimento de otros menos atractivos. El caso de Carlos II, de cuya desaparici¨®n se cumplen dentro de un mes los trescientos a?os, es la mejor prueba de ello, pues ning¨²n organismo p¨²blico ha mostrado inter¨¦s por recordar su desmedrada y poco atractiva figura.

Es evidente que la historia no debe moverse a golpe de conmemoraciones -y afortunadamente no ocurre as¨ª-, como tambi¨¦n lo es que las conmemoraciones promovidas o respaldadas por los poderes p¨²blicos aportan una notable financiaci¨®n, algo tan dif¨ªcil de conseguir habitualmente por los historiadores. Por ello ser¨ªa absurdo adoptar actitudes puristas que nos impidieran aprovechar tales circunstancias.

Seguramente, la fuerza y el inter¨¦s de la personalidad de Isabel I de Castilla har¨¢n que su figura y su reinado sean objeto, en los pr¨®ximos a?os, de importantes conmemoraciones. Un centro de investigaci¨®n, como es el Instituto Universitario de Historia Simancas, que re¨²ne a los historiadores de la Universidad de Valladolid, ha programado toda una serie de actividades, desde el a?o 2000 al 2004.

Luis Ribot, catedr¨¢tico de Historia Moderna, es director del Instituto Universitario de Historia Simancas.