Aventura espa?ola en Escocia
Siete espa?oles desembarcan en el modesto Airdrieonians para tratar de cambiar el modelo anticuado de su f¨²tbol
"?Cambio de planes! ?Entrenamos en el estadio!". A trav¨¦s de las colinas verdes, a 80 kil¨®metros por hora, Salvador Capin, Javier S¨¢nchez Broto, Miguel Alfonso, David Fern¨¢ndez, Antonio Calder¨®n, Mariano Aguilar, Jes¨²s Garc¨ªa Sanju¨¢n, Fabrice Moreau y Mart¨ªn Prest recorren el laberinto de carreteras que unen un pueblito con otro: Motherwell con Ardrie, los campos de entrenamiento con el estadio Excelsior. Dos localidades rurales en el cintur¨®n de influencia de Glasgow y la cuenca industrial del Clyde, al oeste de Escocia, que desde hace tres meses son un paisaje familiar para los nuevos fichajes del Airdrieonians Football Club, de Segunda Divisi¨®n. Un equipo con toque hisp¨¢nico en el pa¨ªs de los elfos.Siete espa?oles, un franc¨¦s que pas¨® por el Rayo (Moreau) y un argentino que jug¨® en el Manchego (Priest), han sido implantados en el Airdrie con objetivos m¨²ltiples: futbol¨ªsticos y lucrativos. E incluso "acad¨¦micos", como reconoce el padre de la idea, Steve Archibald, que quiere "ense?ar" a los j¨®venes escoceses a jugar un f¨²tbol m¨¢s elaborado que el que se estila en su pa¨ªs. Goleador del Barcelona entre 1984 y 1987, Archibald sac¨® al Airdrie de la quiebra hace unos meses y ahora dirige las operaciones de su nueva empresa, desde su lujoso despacho del estadio Excelsior, con vistas a un campo cuidado con el mimo de un jard¨ªn ingl¨¦s. Archibald es el propietario del club, el director general deportivo, y el primer entrenador. Sobre la hierba, uno de sus tres ayudantes, Bob, canturrea uno de los ¨¦xitos de Billy Paul -Ahora puedo ver claramente, la lluvia ha cesado...- mientras acomoda los petos y los jugadores comienzan a entrenar.
En realidad, las nubes todav¨ªa no se han disipado del horizonte del Airdrie: el club, que quebr¨® la pasada temporada, todav¨ªa est¨¢ sometido a la inspecci¨®n de un liquidador del Estado y actualmente es pen¨²ltimo en la clasificaci¨®n. "Jugamos mejor que nadie pero perdemos como siempre", es el estribillo de los espa?oles, que sin embargo han alcanzado la final de la Copa Challenge, que jugar¨¢n contra el Livingstone el mes que viene. Esto, a pesar de que apenas han tenido tiempo de adaptarse. "Llegamos de Espa?a un jueves y el domingo jugamos el primer partido", recuerda Garc¨ªa Sanju¨¢n. "Muchos ven¨ªamos de pasar meses sin jugar, incluso como yo, en el paro, sin club, y s¨®lo tuvimos dos d¨ªas para aclimatarnos". No hubo tiempo para frenar. En un pa¨ªs que congel¨® su estilo de juego desde la primera mitad del siglo pasado, el choque cultural fue traum¨¢tico, seg¨²n Broto, ex portero del M¨¢laga: "Descubrimos que aqu¨ª todo era mucho m¨¢s directo, que llegan arriba con dos toques y que cada bal¨®n que el rival ten¨ªa en su poder lo tiraba a la olla... y luego las patadas que dan. Cuando quisimos espabilar nos estaban machacando".
Sacar a nueve futbolistas de Espa?a, que nunca han jugado juntos, para lanzarlos como paracaidistas en la Segunda Divisi¨®n escocesa y convertirlos en un equipo exitoso es poco menos que una temeridad. Adem¨¢s, la campi?a de Glasgow es calificada como "un lugar mon¨®tono en el que no hay a d¨®nde ir", seg¨²n Broto. El gris perenne de los d¨ªas, el fr¨ªo, y la comida a base de salm¨®n a la plancha, sopas de hongos y filetes ins¨ªpidos, tampoco ayudan. Pero los muchachos parecen gente acostumbrada a las aventuras, como refleja la an¨¦cdota de Mariano Aguilar, miembro de la plantilla que gan¨® el doblete con el Atl¨¦tico, y que el a?o pasado hizo una incursi¨®n en el f¨²tbol chino. "Estaba en el C¨¢diz y me fui a Pek¨ªn, a firmar por el Guan, el club m¨¢s poderoso del pa¨ªs", relata. "Me llevaron al norte, a una especie de campo de concentraci¨®n donde los 15 equipos de la Liga china hac¨ªan la pretemporada todos juntos. Hab¨ªa miles de chinos a prueba. Algunos entrenadores estaban locos y entrenaban a las siete de la ma?ana. Dorm¨ªamos en unos barracones llenos de ratas y el ¨²nico lujo era que a los extranjeros nos daban la posibilidad de comer en un restaurante comida occidental".
Aguilar no tard¨® en abandonar el Extremo Oriente. Pero antes se llev¨® una sorpresa. En uno de aquellos barracones, "y comiendo comida china como un chino m¨¢s", se encontr¨® a Fabrice Moreau, que tras su paso por el Paris Saint Germain, el Marsella, el Rayo Vallecano y el Numancia, probaba aires nuevos. El martes pasado, ya de regreso a occidente, Moreau expon¨ªa conceptos como un perfecto escoc¨¦s. "Aqu¨ª intentan provocarte a ver si respondes", dice. "Te dan patadas y durante la primera vuelta, los primeros rivales nos han tomado por sorpresa. Pero hemos respondido y en la segunda vuelta ya nos conocer¨¢n y sabr¨¢n que nosotros tambi¨¦n damos patadas". Habr¨¢ lugar hasta para cuatro represalias sucesivas, dado que la Liga de Segunda en Escocia est¨¢ compuesta por diez equipos que deciden el campeonato en cuatro vueltas.
Aprender la lengua vital para aclimatarse. Los entrenadores hablan en ingl¨¦s y los peligros se anuncian en ese idioma. David Fern¨¢ndez, ex jugador del Deportivo, ya maneja los t¨¦rminos propios del delantero que pretende esquivar golpes: "Si tus compa?eros te gritan ?time!, quiere decir que tienes tiempo para recibir y darte la vuelta. Si te gritan ?man-on! es que tienes un marcador encima. Si es ?again!, te avisan que descargues r¨¢pido porque si no te la quitan... y si te gritan ?change! es para que cambies el juego de orientaci¨®n, a otra banda". Aguilar interrumpe a David con un inciso ir¨®nico: "Eso no hace falta decirlo porque aqu¨ª hace tres a?os que no cambian el juego de banda".
Decir que ha pasado tanto tiempo desde la ¨²ltima vez que un escoc¨¦s dio un pase largo bien dado parece una exageraci¨®n latina. Pero es cierto que las diferencias t¨¦cnicas entre espa?oles y locales son evidentes. De ah¨ª que Garc¨ªa Sanju¨¢n, que es el l¨ªbero en una defensa de tres, reconozca su labor did¨¢ctica: "Aqu¨ª te sientes valorado como futbolista y como persona. Nuestros compa?eros escoceses tienen entre 21 y 22 a?os de media, son j¨®venes y les ayudamos a que comprendan mejor el juego. Aqu¨ª, cada vez que reciben la pelota levantan la cabeza a ver a qui¨¦n se la dan. En Espa?a eso se sabe antes de recibirla, generalmente. Aqu¨ª, al principio cog¨ªan el bal¨®n y se iban para arriba a toda leche con la ¨²nica explicaci¨®n de que la porter¨ªa estaba enfrente. Nosotros les decimos que a veces, para llegar al gol m¨¢s r¨¢pido hay que dar m¨¢s pases horizontales, hay que tocar m¨¢s el bal¨®n".
Todo es primigenio en el f¨²tbol escoc¨¦s. S¨¢nchez Broto lo comprob¨® cuando vio que los porteros se pon¨ªan vaselina en las cejas para evitar los cortes, por codazos, cuando iban por arriba. O cuando, en medio del "duelo psicol¨®gico" de un penalti, su contrincante le mir¨® fijo y le permiti¨® hacer un descubrimiento: "Me sonri¨®, se sac¨® el protector bucal y me lo mostr¨®. ?Los delanteros escoceses usan protector bucal como los boxeadores!".
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