El cient¨ªfico que no quiere ser una isla
"Yo soy un hombre del cuerpo carot¨ªdeo; en ning¨²n caso soy hombre de Parkinson. He llegado hasta aqu¨ª casi por azar; ha sido el proceso recorrido por mis investigaciones el que me ha ido empujando a interesarme por la degeneraci¨®n neuronal", aclara Jos¨¦ L¨®pez Barneo, que acaba de recibir una ayuda a la investigaci¨®n b¨¢sica de 150 millones de pesetas de la Fundaci¨®n Juan March. La historia viene de lejos. L¨®pez Barneo comenz¨® hace 25 a?os a estudiar los canales i¨®nicos (mol¨¦culas que participan en la regulaci¨®n del flujo de iones en las c¨¦lulas a trav¨¦s de la membrana). Y esto le llevar¨ªa a convertirse en un experto en el manejo de los complejos mecanismos que intervienen en la regulaci¨®n del ox¨ªgeno en la sangre, y de ah¨ª, "a machacar", dice ¨¦l, el cuerpo carot¨ªdeo.
Hoy, sus trabajos sobre esta gl¨¢ndula son referencia obligada para el mundo cient¨ªfico. Pero ¨¦l no quiere convertirse en una isla en el desolado panorama investigador espa?ol: "Desde hace 10 a?os estamos parados. En el fondo, aqu¨ª, nadie se cree lo de la investigaci¨®n. Todav¨ªa subyace la idea de que investigar es un lujo. Que inventen ellos dec¨ªa Miguel de Unamuno... Pues seguimos igual. Los pol¨ªticos no se creen que investigar sea rentable, aunque luego hablen constantemente del tema...". Del desinter¨¦s de la Administraci¨®n da fe el hecho de que nadie del Gobierno, ni del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, se haya puesto en contacto con L¨®pez Barneo tras recibir la ayuda a la investigaci¨®n b¨¢sica, equivalente, por su cuant¨ªa, a un Premio Nobel.
Lo cierto es que el 0,7% del PIB que Espa?a destina a la investigaci¨®n permanece estancado desde hace 10 a?os, si no decrece. Esa aspiraci¨®n de llegar al 2,5% o al 3% que dedican a esta parcela los pa¨ªses de un desarrollo similar al espa?ol queda lejos. L¨®pez Barneo insiste y se?ala que la investigaci¨®n en Espa?a es "rid¨ªcula y embrionaria". Luego a?ade que mientras no se dote a la ciencia de una estructura s¨®lida jur¨ªdicamente, con organismos reconocidos e implantados en universidades y hospitales, dotados de recursos inmuebles, tecnol¨®gicos y humanos propios, y con investigadores bien pagados, no habr¨¢ nada que hacer.
En lo personal, sus aspiraciones son m¨¢s modestas: "Seguir profundizando en la sensibilidad del ox¨ªgeno e identificar, a nivel molecular, cu¨¢les son los mejores lectores de ox¨ªgeno en el organismo, d¨®nde se dan y qu¨¦ funci¨®n tienen". De esta investigaci¨®n, piensa ¨¦l, podr¨ªan salir nuevos f¨¢rmacos para tratar patolog¨ªas neurol¨®gicas o cardiovasculares.
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