La reforma del teatro romano de Sagunto es ilegal, seg¨²n el Supremo La obra es defendible acad¨¦micamente, pero contraria a la norma, dice el fallo

El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso del Ayuntamiento de Sagunto contra la sentencia del Tribunal Superior de Valencia que anul¨® en 1993 el proyecto de restauraci¨®n del Teatro Romano. La sentencia, que fija un plazo de dos meses para su ejecuci¨®n, fue recibida ayer con cautela por el Gobierno valenciano del PP, que desde la oposici¨®n impuls¨® el pleito contra las obras y ahora se ve en la tesitura de aplicarla.

El Supremo ratifica en su sentencia que la restauraci¨®n y rehabilitaci¨®n, obra de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli por encargo de la Consejer¨ªa de Cultura, entonces gobernada por los socialistas, "supone una reconstrucci¨®n" del Teatro Romano y, en algunos casos, "una simple construcci¨®n de un teatro romano que ignora la forma que los elementos reales ten¨ªan". El alto tribunal explica que la reconstrucci¨®n se hizo sobre unos presupuestos metodol¨®gicos "plenamente defendibles en el plano art¨ªstico o acad¨¦mico, pero enfrentados a un criterio normativo, el del art¨ªculo 39.2. de la Ley del Patrimonio Hist¨®rico, que es el que debe vincular a la Administraci¨®n P¨²blica".

El an¨¢lisis del expediente y el contenido mismo del proyecto revelan que en realidad, se iba a acometer una operaci¨®n de "reconstrucci¨®n" del teatro, "sin el uso de piezas originales de probada autenticidad". Esa intervenci¨®n fue "radical en la escena, sobre cuyos restos actuales se levantar¨ªa nada menos que un completo y en gran parte nuevo, edificio teatral".

Ayer, el presidente del Consell, el popular Eduardo Zaplana, expres¨® su satisfacci¨®n por el contenido de la sentencia pero y record¨® que la rehabilitaci¨®n fue "una barbaridad". Sin embargo, se mostr¨® cauto respecto a las posibilidades de demoler las obras realizadas en el Teatro Romano de Sagunto y apel¨® al criterio de especialistas y cient¨ªficos.

El impulsor de la demanda, el abogado y ex diputado auton¨®mico del PP Juan Marco Molines tambi¨¦n se mostr¨® prudente y abog¨® porque sean ahora los t¨¦cnicos de la Consejer¨ªa de Cultura quienes decidan si la rehabilitaci¨®n tiene vuelta atr¨¢s. Marco Molines puso el ¨¦nfasis en que la sentencia del Supremo crea un precedente, aunque no doctrina, para evitar que se act¨²e sobre otros elementos arquitect¨®nicos del Patrimonio Nacional como se hizo en el Teatro Romano de Sagunto.

El letrado que representa los intereses del Ayuntamiento de Sagunto Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Morales indic¨® que la sentencia no es recurrible y que ahora las partes afectadas deber¨¢n estudiar como se puede ejecutar la sentencia del Supremo. Por su parte, la portavoz socialista de Cultura en las Cortes Valencianas, Trinidad Amor¨®s, cuyo partido impuls¨® y realiz¨® la rehabilitaci¨®n del teatro, indic¨® que su partido acata la sentencia, aunque recalc¨® que en la argumentaci¨®n se destaca que el trabajo de reconstrucci¨®n y rehabilitaci¨®n es perfectamente defendible desde el punto de vista art¨ªstico y acad¨¦mico.

El Teatro Romano de Sagunto, que data de la ¨¦poca del emperador Tiberio, entre los a?os 14 y 37 d.c, cuenta con varias mutilaciones documentadas ya en el siglo XIX. Sus ruinas fueron deteriorandose con el paso del tiempo hasta que en 1932, se realizaron reparaciones puntuales orientadas a su conservaci¨®n. En 1984, la Consejer¨ªa de Cultura encarg¨® a los arquitectos Portaceli y Grassi el proyecto de restauraci¨®n del teatro, que en 1986 se declar¨® monumento nacional. La intervenci¨®n gener¨® una agria pol¨¦mica que llev¨® a Marco Molines a recurrir a los tribunales en 1991.