Montenegro obstaculiza la labor de Kostunica para formar un nuevo Gobierno en Yugoslavia
Montenegrinos de todas las tendencias zancadillean todo lo que pueden al nuevo presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica. El Gobierno prooccidental de Montenegro, de Milo Djukanovic, le da calabazas y se niega a colaborar en un futuro Ejecutivo federal, aunque se muestran dispuestos a seguir el di¨¢logo. Los montenegrinos del Partido Socialista Popular (SNP), seguidores del ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic, exigen la participaci¨®n del Partido Socialista de Serbia (SPS) en el Gobierno federal. La Oposici¨®n Democr¨¢tica de Serbia (DOS) considera esto un "chantaje inaceptable".
Tras resolver la crisis en Serbia, con elecciones anticipadas al 23 de diciembre y formaci¨®n de un Gobierno de transici¨®n, a Kostunica y la DOS se le presenta como un hueso duro de roer la formaci¨®n del Gobierno de Yugoslavia. La visita de ayer a Podgorica, la antigua Titogrado, capital de Montenegro, le trajo a Kostunica las calabazas del Gobierno de Montenegro a su proyecto de un Ejecutivo integrador de todas las fuerzas pol¨ªticas con relevancia en Serbia y Montenegro: la DOS, el Partido Democr¨¢tico de los Socialistas (DPS) del presidente montenegrino, Djukanovic, y los del SNP, hasta ahora sucursal de Milosevic en la menor de las rep¨²blicas yugoslavas.Son chiquitos, pero matones. Montenegro, con 650.000 habitantes, 12 veces menos poblada que Serbia, se empe?a en seguir en sus trece ahora contra un presidente democr¨¢tico de Yugoslavia. A Kostunica le esperaba en el aeropuerto s¨®lo un viceprimer ministro de Montenegro. Djukanovic, con collar¨ªn como consecuencia de un reciente accidente de coche, le recibi¨® en la sede de la presidencia de Montenegro. En el comunicado sobre las conversaciones se dice que fueron "francas y muy abiertas", que es la f¨®rmula usual para indicar que s¨®lo falt¨® que se mentaran las respectivas madres. Al menos, el comunicado se refiere a Kostunica como "presidente de Yugoslavia", y no como "representante elegido de las fuerzas democr¨¢ticas de Serbia". ?sta era la f¨®rmula escogida hasta ahora por el Gobierno de Montenegro para dejar en entredicho la legitimidad de Kostunica.
El Gobierno de Montenegro boicote¨® las elecciones del 24 de septiembre por considerar ilegal la reforma constitucional de Milosevic de elegir por sufragio universal al presidente de Yugoslavia, que antes se votaba de forma indirecta por las dos C¨¢maras del Parlamento Federal.
La noche del lunes, las conversaciones de Kostunica con el SNP de los seguidores montenegrinos de Milosevic tambi¨¦n embarrancaron. El SNP exige que entre en el Gobierno federal el SPS de Milosevic.
Propuesta inaceptable
Esto resulta inaceptable para Kostunica y la DOS, porque equivaldr¨ªa a la vuelta, por la v¨ªa parlamentaria, del r¨¦gimen derrotado en las urnas y las calles. El problema para Kostunica es que el SNP, con sus 28 diputados en la C¨¢mara de los Ciudadanos de un total de 138 esca?os y 19 de los 40 en la C¨¢mara de las Rep¨²blicas, puede ejercer el papel de partido bisagra y controlar el Parlamento Federal. Todo ello logrado con una insignificante participaci¨®n electoral del 28% el pasado 24 de septiembre en Montenegro. Gracias al boicoteo de Djukanovic y los suyos, los seguidores montenegrinos de Milosevic han recibido casi gratis una cuota de poder decisiva en Yugoslavia.
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