Navarra tiene cadenas
Repasa el autor las relaciones entre el Pa¨ªs Vasco y Navarra a ra¨ªz de la ¨²ltima pol¨¦mica sobre el escudo de Ajuria Enea.
"Navarra tiene cadenas / por adentro y por afuera. / Las del escudo son nuestras / las de fuera son impuestas", cantaba Ferm¨ªn Valencia en los a?os de la Transici¨®n y miles de navarros le hac¨ªamos coro. Para rato imagin¨¢bamos que el trofeo arrebatado por el Rey Fuerte al moro Miramamol¨ªn se convertir¨ªa en la sempiterna manzana de la discordia entre los gobiernos de Pamplona y de Vitoria.Tras varios lustros de rifirrafes, el pasado 5 de octubre fueron retiradas las cadenas de Navarra del escudo de la balconada principal del Palacio de Ajuria Enea. Vaya por delante que me parece leg¨ªtimo que una comunidad aut¨®noma reivindique democr¨¢ticamente territorios fuera de sus fronteras. Pero los partidos que apoyan al Gobierno de Vitoria tienen que entender que mientras mantengan su pretensi¨®n de incorporar Navarra a la entidad denominada -por metonimia- "Pa¨ªs Vasco", la mayor¨ªa de los navarros seguir¨¢ viendo con recelo cualquier acercamiento entre las dos comunidades forales.
El Gobierno de Pamplona est¨¢ sustentado en un partido cuya ¨²nica se?a de identidad ideol¨®gica es precisamente la negaci¨®n hasta la paranoia de todo v¨ªnculo con Euskadi. Si la Jaurlaritza renunciara de una vez a toda tentaci¨®n irredentista, el navarrismo antivasco -porque hubo otro navarrismo, el de Campi¨®n, Aranzadi, los ¨¦uskaros y tantos otros- perder¨ªa su raz¨®n de ser y podr¨ªa iniciarse una nueva edad de relaciones entre las anta?o hermanadas Cuatro Provincias. La supresi¨®n de toda referencia a Navarra por parte de las instituciones de la Vasconia Occidental contribuir¨ªa sobremanera a ello.
La decisi¨®n sobre las cadenas, aunque tard¨ªa, es un paso en la direcci¨®n correcta. El acuerdo del Consejo General Vasco de 1978 sobre el escudo de la comunidad en ciernes no inclu¨ªa los blasones de las provincias vascofrancesas de Labort y Sola porque era obvio que quedar¨ªan fuera de la futura regi¨®n aut¨®noma. Fue un error mantener el de Navarra cuando con la aprobaci¨®n del Amejoramiento (1982) qued¨® claro que el Viejo Reyno constituir¨ªa una autonom¨ªa uniprovincial. Para acabar con las suspicacias de los navarristas m¨¢s exaltados me atrevo incluso a sugerir que se suprima tambi¨¦n el cuartel inferior derecho del escudo oficial de Euskadi, en el que, sin las cadenas, sigue apareciendo el campo de gules de Navarra. Para justificar mi postura no me voy a remontar a sucesos acaecidos en el siglo XII o en el XVI -peculiar costumbre muy arraigada en el pa¨ªs-. Tampoco necesito apelar a la sentencia del Tribunal Constitucional de 1985.
Mi argumento es mucho m¨¢s contundente: la voluntad de la gran mayor¨ªa de los navarros, demostrada elecci¨®n tras elecci¨®n, de constituir una entidad separada de ?lava, Guip¨²zcoa y Vizcaya. Pero creo tambi¨¦n que ya va siendo hora de normalizar las relaciones entre dos comunidades aut¨®nomas que comparten multitud de v¨ªnculos culturales, jur¨ªdicos y ling¨¹¨ªsticos. De los partidos abertzales reclamo realismo, s¨ª, pero tambi¨¦n patriotismo de verdad, porque mientras mantengan sus est¨¦riles reivindicaciones el euskara y los vascohablantes de Navarra seremos considerados por nuestras propias instituciones como una quinta columna del imperialismo euskadiano (sic).
Pol¨ªtica es, ante todo, el arte de lo posible. Saber distinguir entre la realidad y un proyecto, por muy respetable e ilusionante que sea. Los nacionalistas vascos deber¨ªan comprender que en la actual coyuntura es imposible la unidad pol¨ªtica de Vasconia. ?Qu¨¦ sentido tiene entonces ostentar el escudo de Navarra, con o sin cadenas? La respuesta es, dicha sin rodeos: puro folclore, algo de lo que tanto abertzales como navarristas entienden un rato. El excesivo valor otorgado a los s¨ªmbolos sigue siendo un obst¨¢culo para la normalizaci¨®n de este pa¨ªs que no pudo ser. Y, por descontado, la normalizaci¨®n de Vasconia pasa por la distensi¨®n entre sus dos comunidades aut¨®nomas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.