Manifestaciones y latencias
Como nos ense?¨® el viejo Freud, en casi todo acto o discurso el contenido latente es m¨¢s importante que el manifiesto. Trat¨¢ndose de acciones del PNV, cuya tortuosidad s¨®lo es comparable con la de sus maestros jesu¨ªticos, esta regla adquiere car¨¢cter apod¨ªctico. As¨ª, si la exitosa manifestaci¨®n del s¨¢bado en Bilbao persegu¨ªa los objetivos que muestra su eslogan, Paz. Eta no, toda ella aparece sobredeterminada por otros fines latentes. El deseo de recobrar la calle tras la manifestaci¨®n de San Sebasti¨¢n; un lehendakari arrinconado y en minor¨ªa frente a una oposici¨®n parlamentaria que le ha ganado m¨¢s de 30 votaciones; pero, sobre todo, la inminencia de unas elecciones deseadas ya por la mayor¨ªa de los vascos y de resultado incierto. La manifestaci¨®n apuntaba, pues, contra ETA, pero disparaba tambi¨¦n contra el duro aislamiento al que el PP ha sometido al PNV y pretende ganar tiempo que permita a ¨¦ste recomponer sus maltrechos apoyos sociales.Por todo ello es m¨¢s que comprensible que el PP se negara a participar. Y, sin embargo, tambi¨¦n el PSOE hizo bien en tomar distancias y apuntarse a la manifestaci¨®n. Para comenzar, porque se trababa, sin duda, de una manifestaci¨®n claramente contra ETA con un lema que, por vez primera, hu¨ªa de la equidistancia. Adem¨¢s, sabiendo que iba a ser un ¨¦xito, no se deb¨ªa permitir que el PNV se pusiera ahora a la cabeza del frente antiterrorista; aunque s¨®lo fuera por robar protagonismo, el PSOE deb¨ªa participar y los populares deb¨ªan haber pactado con los socialistas esta distribuci¨®n de papeles en lugar de recriminarles agriamente que participasen cuando, previamente, ni les consultaron las medidas antiterroristas ni su voluntad de no acudir a la cita de Bilbao.
Pero es que, adem¨¢s, a lo largo de la ultima semana, de modo m¨¢s latente que manifiesto, pero sin perder un ¨¢pice de su importancia, el PNV ha venido reorientando sus posiciones en una clara ruptura no ya con Lizarra o EH, sino con el soberanismo, y no soy tan ingenuo como para pensar que esta reorientaci¨®n carece de conexiones con la decisi¨®n del PSOE de participar o con las encuestas que muestran que la formula de gobierno preferida de los vascos sigue siendo el tripartito. El pasado martes, el PNV se sum¨® a una declaraci¨®n del Parlamento espa?ol que, tras reconocer que los Estatutos de Autonom¨ªa han plasmado la capacidad de autogobierno de las distintas comunidades aut¨®nomas, conclu¨ªa se?alando: As¨ª ha sucedido en el Pa¨ªs Vasco desde la aprobaci¨®n del Estatuto de Gernika de 1979. La declaraci¨®n a?ad¨ªa que el di¨¢logo y la discusi¨®n pol¨ªtica deben producirse... en ese marco constitucional y estatutario y su ¨²ltimo p¨¢rrafo, sugerido por el propio PNV, remachaba: Es en el respeto a ese marco en el que cabe defender las propuestas que unos y otros queremos trasladar a nuestros conciudadanos. Esta otra "manifestaci¨®n" fue a¨²n m¨¢s importante que la del s¨¢bado, aunque la prensa no la resalt¨® suficientemente. Pues, bien, dos d¨ªas mas tarde, esta vez en el Parlamento de Vitoria, Ibarretxe defendi¨® la virtualidad de la adicional segunda de la Constituci¨®n para el desarrollo auton¨®mico reconduciendo el proyecto nacionalista al marco legal aunque sea por una v¨ªa m¨¢s que discutible. Y el d¨ªa siguiente el mismo Parlamento se solidarizaba con el Foro Ermua y con todas las asociaciones y ciudadanos amenazados se?alando a ETA como la ¨²nica culpable del proceso de asesinatos que se est¨¢ viviendo en nuestro pa¨ªs.
El desarrollo de la manifestaci¨®n del s¨¢bado parece confirmar ese giro democr¨¢tico del nacionalismo. El respeto a los ausentes, la ausencia de gritos de apoyo a Ibarretxe, la escasez de ikurri?as, la composici¨®n de la cabeza de la manifestaci¨®n, la lectura del comunicado final por la viuda de J¨¢uregui, todo ello parece reafirmar un compromiso publico nuevo. Podr¨ªa ser, pues, como dijo Maribel Lasa, la hora de la unidad.
La respuesta de ETA a esta petici¨®n ha sido un nuevo asesinato. La del PP, aunque dosificada al ritmo que marquen los compromisos p¨²blicos del PNV (cuya volatilidad es tan alta como el car¨¢cter mercurial de sus l¨ªderes), debe manifestarse ahora en una doble direcci¨®n: desescalar la agresiva ret¨®rica antinacionalista al tiempo que refuerza la pr¨¢ctica policial antiterrorista, de magros resultados hasta ahora.
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