La gran batalla por la sucesi¨®n de Anguita
Frutos pierde apoyos por la izquierda mientras se enfrenta a Llamazares, favorito para suceder a Anguita en IU
Francisco Frutos, secretario general del PCE, lo llama ir¨®nicamente la "Santa Alianza". Gaspar Llamazares, el otro gran candidato para suceder a Julio Anguita al frente de Izquierda Unida (IU), sencillamente la "nueva mayor¨ªa renovadora". Lo cierto es que, desde que Frutos decidi¨®, en contra de lo que hab¨ªa prometido durante meses, presentarse como aspirante, se ha unido contra ¨¦l, y contra el aparato del PCE que dirige, toda una compleja amalgama de peque?as fuerzas dentro de una ya debilitada IU.La coalici¨®n, pese a las expulsiones y escisiones de los ¨²ltimos a?os -Nueva Izquierda, Iniciativa per Catalunya- contin¨²a tremendamente dividida en peque?os grupos, muchos de los cuales no ejercen poder alguno: se mantienen s¨®lo por defender unas ideas distintas a los de sus compa?eros de coalici¨®n. Lo ¨²nico que hasta hace nada parec¨ªa compacto era el PCE. Aunque ni siquiera el hist¨®rico partido comunista ha aguantado el embate de la guerra por la sucesi¨®n de Anguita, pese a que el cuerpo central se ha mantenido fiel a Frutos.
Pero precisamente para luchar contra este cuerpo central, Llamazares se acerc¨® a todos esos grupos, muy cr¨ªticos con la direcci¨®n de los ¨²ltimos a?os y con Anguita, y a los coordinadores m¨¢s proclives a romper con el pasado y a tomar las riendas para cambiar completamente el rumbo de la coalici¨®n.
De entre las minor¨ªas, consideradas a la derecha de la coalici¨®n, en las que se apoy¨® el dirigente asturiano, destacan Tercera V¨ªa, liderada por Jos¨¦ Francisco Mendi, y Espacio Alternativo, encabezada por Jaime Pastor. Entre las dos, pueden sumar un 20% de la Asamblea.
Hasta el verano, todo discurr¨ªa seg¨²n lo previsto, esto es, las minor¨ªas y las federaciones m¨¢s cr¨ªticas con Anguita, especialmente Madrid y Valencia, estaban junto a Llamazares. Y Frutos, por otro lado, con sus fieles del PCE y de Andaluc¨ªa, la federaci¨®n controlada por Felipe Alcaraz, otro de los dirigentes que apostaban, como Frutos, por hacer una renovaci¨®n mucho m¨¢s tranquila y controlada, a medio plazo.
Pero entonces lleg¨® lo imprevisto: el apoyo descarado de Anguita a Llamazares, luego hecho p¨²blico. Desde entonces, todo se ha desmadrado. Llamazares ya no hace el discurso de la renovaci¨®n radical, no critica, como hace Frutos, los errores de Anguita.
La amalgama de apoyos en los que se basa eso que ¨¦l llama "mayor¨ªa renovadora" impide al asturiano, adem¨¢s, entrar a fondo en ninguno de los temas por temor a que alguno de esos sectores se le rebele. Paradigm¨¢tico es el caso del Pa¨ªs Vasco. Llamazares tiene el apoyo expl¨ªcito de Javier Madrazo y por eso, ante cualquier actuaci¨®n pol¨¦mica de ¨¦ste, como la negativa a asistir a la manifestaci¨®n de ?Basta Ya!, se limita a decir que hay que respetar la "autonom¨ªa" de esa federaci¨®n, mientras Frutos ataca con dureza al l¨ªder vasco. En una reciente entrevista con EL PA?S, Llamazares incluso lleg¨® a decir que defiende una "izquierda nacionalista".
La entrada en la jugada de Anguita ha logrado dos cosas fundamentales. La primera, que ?ngel P¨¦rez, coordinador de Madrid y enemigo declarado del l¨ªder de IU, cambie de rumbo y apueste ahora por Frutos, a quien aportar¨¢ buena parte de los delegados de Madrid, la segunda federaci¨®n, que cuenta con un 20% de los votos de la asamblea.
La segunda es que, sin restarle ning¨²n otro apoyo, ha logrado convencer a muchos de sus fieles en regiones peque?as para que voten a Llamazares, y esto, junto a los aciertos estrat¨¦gicos del asturiano y los pactos que ha ido desarrollando, especialmente en Andaluc¨ªa, donde ha logrado atraerse el apoyo de personajes clave como la alcaldesa de C¨®rdoba, Rosa Aguilar, le han convertido en el favorito para suceder a Anguita.
Una de las claves de su condici¨®n de favorito se la debe tambi¨¦n, al menos en parte, a Anguita. Porque es el auge del llamado sector cr¨ªtico, los radicales a la izquierda de la coalici¨®n, liderados por ?ngeles Maestro, lo que m¨¢s da?o ha hecho a Frutos en la elecci¨®n de los delegados. Porque el secretario general del PCE no pod¨ªa buscar su apoyo en sectores renovadores o aperturistas: ten¨ªa que encontrarlos dentro del propio partido, hegem¨®nico en la coalici¨®n.
Y Anguita, que seg¨²n los partidarios de Frutos no le perdona que le robara protagonismo, que apareciera como el salvador de IU y que pactara con el PSOE cuando el l¨ªder estaba a¨²n convalenciente de una operaci¨®n de coraz¨®n, ha removido en los ¨²ltimos meses todo un clima antipacto y fundamentalista que, si bien no es mayoritario, ha dado alas a un sector cr¨ªtico que ahora cuenta con alrededor de un centenar de delegados, casi un 12% del total. Si no fuera porque prometen votarse a s¨ª mismos, decidir¨ªan la Asamblea entre uno u otro candidato, teniendo en cuenta lo apretado de las cifras.
Es precisamente esta virulencia contra el pacto con el PSOE que mantiene Anguita lo que m¨¢s preocupa a quienes apoyan a Llamazares. ?ste se ha comprometido a desligarse del actual coordinador general y volar por libre en cuanto finalice la asamblea, si es que gana, pero nadie se f¨ªa del todo. A estas alturas, tampoco pueden retirarle el apoyo, pero s¨ª preocupa que el asturiano, mientras Frutos se presenta como m¨¢ximo defensor de los pactos, no diga ni una palabra de este asunto si no es para descartar un "acuerdo de fondo".
En realidad, todos asumen, aunque la mayor¨ªa s¨®lo en privado, que esta encarnizada batalla -que est¨¢ desangrando a una IU ya muy debilitada econ¨®mica, pol¨ªtica y organizativamente- se basa muy poco en discrepancias ideol¨®gicas de fondo y mucho m¨¢s en una lucha por el poder. Por ocupar el vac¨ªo que deja quien ha sido el l¨ªder indiscutido durante los ¨²ltimos 12 a?os pero se ha mostrado incapaz de gestionar con tranquilidad su sucesi¨®n.
Adem¨¢s, ya ni siquiera se puede hablar de renovadores contra la vieja guardia del PCE, porque entre los supuestos primeros est¨¢, y en el n¨²mero dos de la lista, Julio Anguita. Y entre los segundos, como puntal, ?ngel P¨¦rez, que no asiste hace meses a ninguna reuni¨®n del partido comunista.
En cualquier caso, al margen de qui¨¦n ser¨¢ el futuro coordinador general, lo que m¨¢s preocupa a los dirigentes de IU y se supone que a los militantes y a ese 1.250.000 personas que les votaron en las ¨²ltimas elecciones, es hacia d¨®nde va una coalici¨®n que, seg¨²n reconoce la mayor¨ªa, corre un serio riesgo de desaparici¨®n o de definitiva ca¨ªda en la marginalidad.
Y aqu¨ª es donde entran las cr¨ªticas de ambas partes hacia sus oponentes. Los de Llamazares aseguran que Frutos, si gana, se limitar¨ªa, con sus 61 a?os, a dar algo de continuidad al proyecto hasta que se hiciera la verdadera renovaci¨®n, dentro de tres a?os, con Rosa Aguilar como cartel electoral. Y sostienen que la renovaci¨®n en IU es ahora o nunca, porque la situaci¨®n de deterioro es demasiado fuerte como para poder permitirse una nueva pr¨®rroga.
Mientras, los que apoyan a Frutos sostienen que el asturiano tiene detr¨¢s de s¨ª a una amalgama tan compleja y se ha comprometido tanto con cada uno de los sectores que le ser¨¢ imposible gobernar la coalici¨®n y no dejar¨¢ de ser un t¨ªtere de Anguita. Las minor¨ªas y los coordinadores que apoyan a Llamazares, dicen, exigir¨¢n su cuota de poder si ¨¦ste gana, y todas esas hipotecas, sumadas a la fuerte oposici¨®n de Frutos y el PCE, conducir¨¢n al caos, sostienen. "Si gana Llamazares esto no dura de aqu¨ª a la esquina", coment¨® hace unos d¨ªas Frutos. Sus partidarios dicen contar con un bloque s¨®lido, muy distinto al del asturiano.
Llamazares parte como favorito, pero por muy poco margen. Nadie se atreve a lanzar un pron¨®stico. Pero si dif¨ªcil es aventurar qui¨¦n ganar¨¢, mucho m¨¢s complicado se antoja saber c¨®mo se van a coser las heridas abiertas.
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