La desvirtuaci¨®n de una iniciativa legislativa popular abre una crisis en el Grupo Socialista

La votaci¨®n de la iniciativa legislativa popular ecologista que persegu¨ªa la prohibici¨®n de la incineraci¨®n de residuos s¨®lidos provoc¨® ayer la primera crisis en el gobierno alternativo de Pasqual Maragall. Dos de sus miembros, los diputados Josep Maria Vall¨¨s y Antoni Siurana, expresaron su desacuerdo con la desnaturalizaci¨®n de la iniciativa, que en el tr¨¢mite parlamentario ha sido convertida en una ley que consagra la incineraci¨®n. Justo lo contrario de lo que propon¨ªan sus promotores, que aportaron 107.000 firmas. Ambos diputados optaron por no participar en la votaci¨®n a pesar de que estaban en el hemiciclo. Ello provoc¨® las iras de una parte del Grupo Socialista y el desconcierto de la otra.

Vall¨¨s y Siurana no son dos diputados de perfil pol¨ªtico bajo. El primero es presidente de Ciutadans pel Canvi. En el gobierno en la sombra de Maragall lleva la cartera de presidencia y justicia. Siurana es alcalde de Lleida y en el gobierno alternativo se ocupa de las carteras de gobernaci¨®n e interior. Y en el PSC es una figura tan destacada como para haber sido propuesto como presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias.La actuaci¨®n de estos diputados fue considerada "inaceptable" e "injustificada" por Joan Ferran, que es el responsable de la actuaci¨®n de los miembros del grupo parlamentario. Y como ¨¦l, por otros diputados socialistas. "Esto no puede quedar as¨ª", afirmaban algunos. Su indignaci¨®n proven¨ªa de que Vall¨¨s y Siurana no hab¨ªan expresado anteriormente en las reuniones del grupo parlamentario ninguna disconformidad con la posici¨®n adoptada en este asunto.

Tras la votaci¨®n, Vall¨¨s explic¨® que no hab¨ªa querido participar en ella para ser consecuente con su concepci¨®n del ejercicio de la iniciativa legislativa popular. Si la mayor¨ªa de la C¨¢mara no quer¨ªa aceptar la propuesta de los ecologistas, dijo, deb¨ªa haberla rechazado. Pero lo que en este caso ha sucedido es que una mayor¨ªa parlamentaria, formada por CiU, PSC-Ciutadans pel Canvi y PP, enmend¨® el proyecto de manera que, al final, lo que se aprob¨® promueve lo contrario de lo pretendido por los ciudadanos que presentaron la iniciativa. A Vall¨¨s y Siurana esto les result¨® inasumible.

En esto, ambos diputados socialistas coincid¨ªan con una parte de lo que acababan de defender en el plenario Bet Font, de Iniciativa-Verds, y Xavier Vendrell, de Esquerra Republicana (ERC), cuyos grupos parlamentarios votaron en contra del proyecto. La primera consider¨® "un fraude" el resultado de la tramitaci¨®n parlamentaria de la iniciativa legislativa popular. Y el segundo, una "perversi¨®n". En esta posici¨®n abundaron tambi¨¦n los miembros de la plataforma ecologista promotora de la iniciativa que asist¨ªan a la sesi¨®n, Merc¨¨ Girona y Josep Mun¨¦. ?stos mostraron su "profunda decepci¨®n" y calificaron el debate de "ocasi¨®n perdida".

Para colmo de paradojas, Vall¨¨s puntualiz¨® tambi¨¦n que, en cuanto al contenido de la ley en que al final se ha convertido la propuesta, ¨¦l est¨¢ m¨¢s de acuerdo con lo votado por la mayor¨ªa que con la petici¨®n de los ecologistas.

Pero una cosa es el debate sobre la incineraci¨®n de residuos y otra el problema de las formas alternativas de facilitar la participaci¨®n pol¨ªtica de los ciudadanos. En este caso era una propuesta que lleg¨® al Parlament hace un a?o y medio con el apoyo de 107.000 firmas, laboriosamente recogidas por entidades ecologistas, sindicatos y la federaci¨®n de asociaciones de vecinos.