MIGUEL A. G?MEZ MART?NEZ Una cabeza llena de m¨²sica
Cu¨¢ntas ¨®peras caben en una cabeza? ?Y cu¨¢ntas sinfon¨ªas? Depende, pues hay cabezas y cabezas. La de Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez, el director granadino que ha estrenado la temporada de ¨®pera del teatro de la Maestranza con una versi¨®n de Il Puritani, no es voluminosa, sino mediana y de aspecto ahusado. Sin embargo, en su interior alberga un pozo sin fondo donde reposan 51 ¨®peras y no se sabe cu¨¢ntas sinfon¨ªas. La cabeza de G¨®mez Mart¨ªnez es una especie de c¨¢mara frigor¨ªfica que, adem¨¢s de kilos y kilos de partituras ajenas, almacena las composiciones propias a la espera de que el m¨²sico tenga tiempo suficiente y las ponga por escrito. En 1992, cuando termin¨® La sinfon¨ªa del Descubrimiento, G¨®mez Mart¨ªnez revel¨® que la hab¨ªa escrito en unas pocas semanas, en los tiempos muertos que pas¨® entre concierto y concierto a bordo de los aviones. "La ten¨ªa aqu¨ª", dijo se?alando la meninge con el pulgar, "s¨®lo ten¨ªa que buscar un rato para escribirla". Para G¨®mez Mart¨ªnez las partituras son elementos auxiliares de los que prescinde en las ejecuciones p¨²blicas.
La cabeza de G¨®mez Mart¨ªnez conoci¨® el mundo el 17 de septiembre de 1949. Su padre era instrumentista de la banda de m¨²sica de Granada y su madre pianista. A los cinco a?os ya fue capaz de rendir un examen en el Conservatorio Victoria Eugenia de Granada y a los siete se subi¨® al podio y no s¨®lo dirigi¨® con pulso firme a los profesores de banda municipal sino que incluso corrigi¨® varios errores que el transcriptor hab¨ªa deslizado en la partitura. El maestro de la banda, Jos¨¦ Faus, impresionado, se llev¨® las manos a su cabeza.
G¨®mez Mart¨ªnez naci¨® director de orquesta, igual que otros nacen notarios o registradores de la propiedad. El ambiente dom¨¦stico le fue adem¨¢s propicio. Al margen de la m¨²sica s¨®lo se le conoce una afici¨®n, el f¨²tbol. El ni?o G¨®mez Mart¨ªnez goleaba, tambi¨¦n sin partitura, las porter¨ªas imaginarias de la plaza de Mariana Pineda, cerca de la casa familiar.
En 1964 se traslad¨® a Madrid y obtuvo el diploma de primera clase en el curso final. Su deb¨² como director est¨¢ datado en Viena, en 1973, y a continuaci¨®n actu¨® en Lucerna y Berl¨ªn, donde dirigi¨® Fidelio, de Beethoven. En Espa?a se present¨® por primera vez en 1975, en el Festival de M¨²sica y Danza de Granada. A partir de ah¨ª comenz¨® una carrera que le llev¨® a dirigir a las filarm¨®nicas de Viena, Baviera y la Radio de Berl¨ªn. Entre 1984 y 1987 fue director de la Orquesta de la RTVE. En la actualidad est¨¢ al frente de las de Valencia y la ¨®pera de Berna.
Desde hace decenas de a?os G¨®mez Mart¨ªnez viaja siempre con dos sombras: la propia y la de su madre. El director granadino, soltero, tiene en su madre su principal colaboradora. Quien esto escribe puede jurar que nunca lo ha visto solo. Tras la separaci¨®n de sus padres, la madre se convirti¨® en una ayuda polivalente. En los ensayos generales, por ejemplo, la madre recorre los grader¨ªos y comprueba el sonido. Ocasionalmente fue su solista en alg¨²n concierto para piano, y lo acompa?a en las ruedas informativas y comparecencias.
Su relaci¨®n con Granada ha sido agridulce. Su ¨²ltima actuaci¨®n en el Festival de M¨²sica y Danza se registr¨® en 1996 y con la Orquesta Ciudad de Granada ha actuado una vez. En 1992 mantuvo una agria pol¨¦mica con Juan de Udaeta, entonces director de la orquesta y del certamen musical granadino. De Udaeta se neg¨® a incluir el estreno de La Sinfon¨ªa del Descubrimiento. Aleg¨® que respetaba a G¨®mez Mart¨ªnez como director pero como compositor era otra cosa.
Gabriel D¨ªaz Berbel, poco despu¨¦s de lograr la alcald¨ªa, lo present¨® en una inesperada comparecencia como el asesor musical del nuevo Ayuntamiento del PP, pero de G¨®mez Mart¨ªnez no se supo nada m¨¢s. En aquella aparici¨®n el director coment¨® que ten¨ªa prisa pues ten¨ªa que tomar el avi¨®n al d¨ªa siguiente ya que estaba citado en su casa de Morges, en Suiza, cerca del lago de Ginebra y a pocos kil¨®metros de Montreux, con un tapicero para elegir el color de las cortinas de su casa.
Aquella referencia al cortinaje le vali¨® numerosas chuflas. ?Un avi¨®n para escoger el tono las cortinas? Pues s¨ª. G¨®mez Mart¨ªnez ha decorado su casa de Suiza con m¨²ltiples referencias a Granada, y despu¨¦s de sus visitas a su ciudad natal, suele regresar cargado de elementos decorativos para sus amigos. Aunque en realidad en su casa suele pasar al a?o entre 15 y 20 d¨ªas. El resto es un ir y venir continuo, siempre en avi¨®n.
Un ejemplo: el pasado mes de mayo tuvo que ensayar una ¨®pera en el Teatro Real de Madrid y dirigir en Valencia. Alquil¨® un avi¨®n que lo trasladaba por la ma?ana a un podio y por la tarde a otro. Quiz¨¢ durante el viaje anotaba alguna composici¨®n almacenada en su cabeza o, qui¨¦n sabe, pensaba en renovar el color las cortinas de su casa.
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