El guardameta sin culpa El meta responsabiliza de los goles encajados a sus compa?eros
Nada m¨¢s encajar un gol de dudosa responsabilidad defensiva, un resorte impulsa al portero hacia su defensa, entre la que busca con grandes aspavientos una cabeza de turco, un culpable. ?Djukic? ?Pellegrino? ?Kily? Santiago Ca?izares, de 30 a?os, ha desarrollado en los ¨²ltimos a?os esta costumbre, tal y como mostr¨® el domingo en El Sadar: culp¨® al empedrado de un gol de Mateo que salv¨® limpiamente la barrera formada por la zaga del Valencia. No es la primera vez. Pellegrino sufri¨® los reproches de su compa?ero en el pasado curso ante el Lazio: el argentino despej¨® mal e Inzaghi marc¨® desde cerca. Broncazo a Pellegrino, que encaj¨® la reprimenda sin rechistar. Menos sumiso al respecto ha sido siempre Djukic, que no perdona los gritos que le dedic¨® el meta en el Bernab¨¦u el pasado ejercicio: el central yugoslavo sali¨® a tapar un centro desde la derecha y Ra¨²l cabece¨® solo en el punto de penalti. Ca?izares dio un recital de aspavientos y Djukic le retir¨® la palabra. Hasta hoy.Esta peculiar costumbre, sin embargo, no oculta la gran trayectoria de Ca?izares en el Valencia: campe¨®n de la Copa del Rey el primer a?o y finalista de la Liga de Campeones el segundo. Recogi¨® con firmeza el testigo de Zubizarreta. Ofreci¨® car¨¢cter y personalidad. Lleg¨® gratis del Madrid, aunque se cobr¨® el traspaso con un sueldo millonario. Hizo alarde de valencianismo en declaraciones muy valoradas por la hinchada. Pas¨® momentos cr¨ªticos cuando se lesion¨® del tobillo en Eindhoven, en septiembre pasado. Y en este lapso, mientras Palop respond¨ªa con solvencia a la titularidad, se ti?¨® el pelo de rubio, apareci¨® en programas radiof¨®nicos de m¨¢xima audiencia y lanz¨® frases inc¨®modas para su rival bajo los palos. Cre¨® un personaje que ha calado entre la gente: camiseta ajustada, solapa alzada y mirada desafiante. Cuando regres¨® a la titularidad, Ca?izares sufri¨® instantes de debilidad, de pitos en Mestalla que resolvi¨® con una ret¨®rica sorprendente: despu¨¦s de un estrepitoso fallo ante un disparo de Filipescu que acab¨® en gol, se?al¨®: ha sido como un amigo que ha tenido un grave accidente de coche, pero del que ha salido ileso.
Ahora Ca?izares -26 veces internacional- atraviesa un momento dulce y se siente maltratado por Camacho, que no lo ha vuelto a convocar tras su discreto paso por la Eurocopa. Ca?ete se ha ganado el respeto de sus compa?eros, aunque algunos no traguen con que se haya convertido en el portero sin culpa.
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