Estrenar piso en el espacio
Lo primero que se hace al estrenar piso es abrir las cajas y embalajes que han dejado los de la mudanza e ir colocando todas las cosas en su sitio. En este sentido, William Shepherd, Yuri Guidzenko y Serguei Krikaliov ser¨¢n tres inquilinos normales de una casa nueva. Pero los de la mudanza no han llegado en cami¨®n sino que han sido los colegas astronautas que en los ¨²ltimos meses han llevado material a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) en vuelos cortos, de una semana o poco m¨¢s, para montar estructuras y hacer las primeras reparaciones. Bater¨ªas, agua, comida, trajes espaciales y ordenadores son algunos de los utensilios que all¨ª les esperan.Una vez que se hayan acomodado en el m¨®dulo ruso Svezda -una especie de segmento pricipal de la estaci¨®n rusa Mir, pero muy modernizado, con los sistemas de navegaci¨®n y control de la estaci¨®n imprescindibles-, los tres astronautas de la primera tripulaci¨®n permanente iniciar¨¢n las tareas que se les ha encomendado. Tendr¨¢n que dedicarse, sobre todo, a operaciones de activaci¨®n y comprobaci¨®n de equipos y sistemas. Para los dos rusos, no es una novedad pasar varios meses en el espacio; de hecho las estancias prolongadas han sido el eje de la actividad espacial sovi¨¦tica y rusa desde hace a?os. Para Shepherd, dado que el programa tripulado de la NASA se ha dedicado exclusivamente a viajes cortos a bordo de los transbordadores, la larga estancia en la ISS ser¨¢ completamente novedosa. Los estadounidenses reconocen que la experiencia y los conocimientos rusos en misiones espaciales de meses tienen un valor incalculable. En cambio, las habilidades americanas han servido, sobre todo, para mejorar los equipos rusos adem¨¢s de desarrollar los propios.
Realmente es muy diferente ir en un transbordador unos d¨ªas a quedarse a vivir en ¨®rbita unos meses, puntualizan los expertos. Es la misma diferencia que hay entre un corto viaje de trabajo a una ciudad y quedarse a vivir all¨ª una temporada. Por ejemplo, cuando siete astronautas van en una misi¨®n corta de la NASA tienen un programa apretad¨ªsimo, con todas las actividades especificadas al minuto. Cuando tres personas viven cuatro meses en una estaci¨®n espacial hay que dejar un cierto margen a la improvisaci¨®n y hay que contar con descansos, fines de semana libres y actividades de ocio de los astronautas
Mirar por las ventanillas (algo que todos los astronautas destacan cuando se les pregunta qu¨¦ es lo que m¨¢s les gusta de los viajes orbitales), comunicarse con los familiares en Tierra, o¨ªr m¨²sica, hacer fotograf¨ªas, adem¨¢s de las rutinas de mantenimiento de la nave y de ellos mismos (higiene, comidas, gimnasia y descanso), ocupar¨¢n muchas horas de la jornada de Gidzenko, Krikaliov y Sheperd.
En pocos d¨ªas estar¨¢n habituados perfectamente a desplazarse por los m¨®dulos empuj¨¢ndose s¨®lo con un dedo en una pared y sin darse demasiado impulso para no estrellarse en la contraria; a pegar con cinta velcro todo objeto que no tengan sujeto; a encontrarse en cualquier momento con la cabeza de un compa?ero flotante que prefiere trabajar con los pies en el techo, a jugar con alg¨²n l¨ªquido que forma bolitas suspendidas en el aire en condiciones de ingravidez... en fin, a hacer todas esas cosas que los astronautas cuentan habitualmente de su rutina en el espacio.
En cuanto al trabajo, Shepherd, Gidzenko y Krikaliov har¨¢n sobre todo de fontaneros, ocup¨¢ndose de operaciones de montaje, porque a estos primeros inquilinos de la ISS les han mandado al nuevo piso cuando a¨²n est¨¢ muy lejos -a seis a?os vista- el final de las obras. En realidad su misi¨®n es como ocupar tres contenedores c¨®modos y adaptados para vivienda en un solar donde habr¨¢ despu¨¦s un conjunto de locales interconectados de una urbanizaci¨®n espacial que sumar¨¢ tanto espacio habitable como un avi¨®n Boeing 747 Jumbo.
El grueso de los experimentos que se quieren hacer en la ISS, incluidos estudios prolongados acerca del efecto de las condiciones de microgravedad en el organismo humano, se quedan para el futuro, para cuando aquello est¨¦ ya en marcha.
Visitas no van a faltar a Shepherd, Gidzenko y Krikaliov en los cuatro meses de la misi¨®n. Llegar¨¢ primero un transbordador, dentro de un mes, con varios colegas y estructuras del sistema de alimentaci¨®n el¨¦ctrica que hay que montar. Despu¨¦s, hacia febrero, ir¨¢, tambi¨¦n en un transbordador, el m¨®dulo laboratorio estadounidense Destiny, que habr¨¢ que conectar al complejo. Entre los astronautas que har¨¢n un viaje r¨¢pido (poco m¨¢s de una semana) a la nueva estaci¨®n estar¨¢ el italiano Umberto Guidoni, el primer europeo en ir a la ISS.
Dentro de cuatro meses llegar¨¢ el relevo de Gidzenko, Krikaliov y Shepherd. Ser¨¢n el astronauta ruso Yuri Usachev y los estadounidenses Susan Helms y Jim Voss. En el transbordador de la NASA que les llevar¨¢ regresar¨¢n a la Tierra los tres primeros inquilinos de la ISS.
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