Urra pide a Educaci¨®n que frene las extorsiones que sufren alumnos por parte de compa?eros

El defensor del Menor, Javier Urra, ha pedido a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n que frene las extorsiones que sufren algunos alumnos por parte de sus compa?eros. Urra ha recibido este curso escolar abundantes denuncias de j¨®venes, atemorizados por las amenazas que reciben. El defensor envi¨®, con fecha 20 de octubre, una carta al viceconsejero de Educaci¨®n, Juan Carlos Doadrio, en la que le comunica los hechos, relata algunas situaciones concretas y facilita la relaci¨®n de los colegios e institutos en los que se han producido estos chantajes. Esta informaci¨®n tambi¨¦n ha sido remitida a la fiscal¨ªa.

En la carta remitida por el defensor del Menor al viceconsejero de Educaci¨®n se relatan "las situaciones de violencia" que han sufrido alumnos en centros escolares por parte de sus compa?eros, hechos que en muchos casos "han sido confirmados por los inspectores de la zona y admitidos por los directores de los centros escolares". Urra solicita en su escrito que se investiguen en profundidad las 19 denuncias recibidas hasta ahora y se adopten las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad de los menores. Esta informaci¨®n tambi¨¦n ha sido enviada a la Fiscal¨ªa para que a su vez d¨¦ cuenta de ello a la polic¨ªa.En declaraciones a EL PA?S, Urra ha mostrado su preocupaci¨®n por el aumento de las amenazas registradas en este curso escolar, "que han dejado de ser situaciones aisladas". "Los extorsionadores suelen actuar en grupo, aunque siempre hay un l¨ªder. Son alumnos que someten a sus compa?eros a chantaje para lograr su objetivo, que suele ser obtener dinero, zapatillas o ropa de deporte de marca y cazadoras, entre otras cosas".

N¨²cleos familiares rotos

Las denuncias efectuadas por los alumnos, y en ocasiones tambi¨¦n por sus padres, tienen como protagonistas tanto a chicas como a chicos -"quiz¨¢ han aumentado algo las de las chicas", dice Urra-. Las amenazas no llegan siempre de compa?eros de m¨¢s edad, sino tambi¨¦n de j¨®venes del mismo curso. "En casi todos los casos las extorsiones llegan de chicos con n¨²cleos familiares desintegrados, con dificultades sociales", afirma Urra. "Son problemas complejos que no parece que se puedan resolver s¨®lo desde el ¨¢mbito educativo", a?ade."Los centros en los que se han registrado estos hechos est¨¢n situados tanto en la capital como en pueblos de la regi¨®n. En muchos casos las amenazas suelen ser de muerte", se?ala Urra. "Hay chavales verdaderamente atemorizados por estas situaciones".

Amador S¨¢nchez, director general de Centros Docentes, ha expresado su "preocupaci¨®n" por la carta enviada por Javier Urra y anunci¨® que ha convocado una reuni¨®n con los directores de ¨¢reas territoriales del Sur y de Centro de Madrid, que es donde han detectado mayor n¨²mero de extorsiones, para estudiar si los casos aludidos por el Defensor del Menor son habituales o tienen un car¨¢cter excepcional de principio de curso.

"El inicio de curso es un caldo de cultivo para las novatadas y gamberradas con los alumnos nuevos. Adem¨¢s, los padres l¨®gicamente se asustan cuando su hijo de 12 a?os pasa al instituto, donde est¨¢ con otros estudiantes que pueden tener hasta 20 a?os", manifest¨® Amador S¨¢nchez.

En cualquier caso, el aumento de problemas de convivencia en los centros "no es nada nuevo", seg¨²n la Consejer¨ªa. Comenzaron a aparecer a mediados de los a?os noventa, cuando la implantaci¨®n de la ense?anza secundaria obligatoria (ESO) empez¨® a ser representativa.

"El aumento en dos a?os de la escolarizaci¨®n obligatoria implica que los problemas que antes s¨®lo se ve¨ªan en los barrios se trasladan ahora tambi¨¦n al centro de la ciudad", dijo S¨¢nchez. Y es que con anterioridad a la Logse s¨®lo acud¨ªan a los institutos los alumnos mayores de 14 a?os con un expediente razonable y que quer¨ªan continuar en la universidad, en su mayor parte.

Ahora, adem¨¢s de tener alumnos de 12 a?os, hay estudiantes del segundo ciclo de la ESO (de 14 a 16) que hubieran dejado de estudiar. "Los profesores estaban acostumbrados a su funci¨®n docente, pero en muchas ocasiones, no estaban preparados para las nuevas tareas que tienen que afrontar con este nuevo alumnado", seg¨²n S¨¢nchez.

La Consejer¨ªa puso, en colaboraci¨®n con el Ministerio de Educaci¨®n, en el curso 1995-96 un programa denominado Convivir es vivir, destinado precisamente a paliar el aumento de violencia escolar descubierto en los centros y que todav¨ªa sigue en marcha.

S¨¢nchez explic¨® que el programa implica el desarrollo de dos acciones: primero, formar a los docentes para que aprendan a resolver conflictos y, segundo, una mayor coordinaci¨®n entre todas las administraciones para que los docentes sepan d¨®nde acudir cuando sus alumnos tienen alg¨²n problema que no es meramente educativo, pero que repercute negativamente en la clase. Por ejemplo, un alumno que sufre alg¨²n abuso en casa, o con problemas psiqui¨¢tricos.

Adem¨¢s, en algunos centros "catalogados como de compensaci¨®n" -como los de los distritos del sureste de Madrid-, donde se concentra una alto porcentaje de alumnos procedentes de familias desestructuradas y de muy bajo nivel econ¨®mico, "se han reforzado las actividades de formaci¨®n y las actuaciones de mediaci¨®n".