"Me gusta hacer literatura de estereotipos porque el lector se reconoce en ellos"
La segunda novela del escritor sevillano, S¨®lo una cosa no hay, es un thriller que a¨²na las claves del g¨¦nero, la intriga psicol¨®gica y los mundos fant¨¢sticos. Una trama de aventuras que se desarrolla entre iglesias y bibliotecas, con sectas sat¨¢nicas de por medio, de una Sevilla oscura y enigm¨¢tica envuelta en la atm¨®sfera densa de la literatura fant¨¢stica y de terror.
Profesor de Filosof¨ªa en un instituto, Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973) es un entusiasta de las novelas de misterio, un defensor apasionado del follet¨ªn, pero culto. Ruiz, que gan¨® el primer premio de novela corta de la Hispalense con El criterio de las moscas, vuelve a escribir sobre el g¨¦nero que marc¨® sus primeras lecturas en S¨®lo una cosa no hay (Alfaguara) . La obra, en la que ha empleado a?o y medio, es un homenaje a sus autores de cabecera: Borges, Poe, Lovecraft, Cort¨¢zar, Calvino...
Pregunta. El t¨ªtulo del libro es una frase de Borges ("S¨®lo una cosa no hay. Es el olvido"). ?Lo cree as¨ª?
Respuesta. S¨ª, es un poema de Borges que me gustaba y lo ten¨ªa metido en la cabeza, una referencia al personaje principal, que no puede olvidar su pasado. He tomado la idea borgiana de la imposibilidad del olvido, porque la memoria es lo m¨¢s importante de la identidad de una persona. Lo que somos es memoria. La protagonista quiere cambiar y ser otra persona, olvidando su identidad, sus recuerdos. Querer cambiar es querer olvidar lo que somos y eso es imposible, porque entonces ser¨ªamos todos los d¨ªas personas diferentes.
P. ?C¨®mo naci¨® la novela?
R. Me asalt¨® la duda de si varias personas pod¨ªan so?ar lo mismo. De esa duda naci¨®. ?sa es la base metaf¨ªsica de la novela. El tema del sue?o y la realidad es muy filos¨®fico. Bertrand Russell dec¨ªa que no tenemos criterios reales para saber si so?amos o no, que nuestra vida pod¨ªa ser un largu¨ªsimo sue?o sin despertar. Me interesa explorar el m¨¢s all¨¢, lo que hay en la trastienda, la metaf¨ªsica, porque la realidad no se acaba en lo que percibimos de ella. Los sue?os representan un conocimiento m¨¢s all¨¢ de los racional.
P. ?En qu¨¦ manera le influye su formaci¨®n como fil¨®sofo?
R. La parte que m¨¢s me interesa de la filosof¨ªa es la fant¨¢stica, no la l¨®gico-anal¨ªtica. La filosof¨ªa tiene muchas cosas que se puede aprovechar literariamente, sobre todo la metaf¨ªsica, la parte que deja m¨¢s lugar a la imaginaci¨®n. Lo que me interesa de ella no suele estar en los manuales, las filosof¨ªas anternativas, del s¨ªmbolo, del Renacimiento y el Barroco, que han sido muy poco estudiadas. Borges dec¨ªa que la filosof¨ªa es la rama fant¨¢stica de la literatura. La verdad es que no s¨¦ si la estudi¨¦ porque me gustaba la literatura fant¨¢stica o leo ¨¦sta porque me gusta la primera.
P. Usted sostiene que el g¨¦nero polic¨ªaco es el ¨²ltimo reducto del racionalismo.
R. A partir del siglo XX est¨¢ en boga la novela de confesiones, amorfa. En la novela polic¨ªaca las cosas suceden como tienen que suceder. Es el ¨²ltimo reducto del orden Hay un sistema preestablecido. El criminal juega su papel como tiene que jugarlo. Tiene un esquema racional muy marcado, cada personaje est¨¢ muy bien colocado. La novela polic¨ªaca es una novela de estereotipos y eso es el orden. En las psicol¨®gicas, los personajes se diluyen m¨¢s, son m¨¢s ambiguos. He procurado insertar la psicolog¨ªa en la racionalidad del misterio.
P. ?Qu¨¦ tiene de real la secta sat¨¢nica de Los Conjurados? En el libro la relaciona con Rodrigo Borgia, el papa Alejandro VI.
R. Tiene m¨¢s de real de lo que parece. Hay mucha ficci¨®n, desde luego. Pero hubo un caso de satanismo muy famoso, en el siglo XVIII, en la Francia de Luis XIV, la Chambre ardente. Un grupo de personas allegadas al rey se reun¨ªan para celebrar misas negras y org¨ªas en iglesias. Fueron ejecutados. Lo que he hecho ha sido aprovechar datos hist¨®ricos sobre conjuras sat¨¢nicas, injert¨¢ndolos en una historia falsa. De todas formas, los papas del Renacimiento eran muy inquietos, recib¨ªan y proteg¨ªan a personajes que practicaban el ocultismo, la astrolog¨ªa, la alquimia.
P. ?Qu¨¦ le parece que le comparen con P¨¦rez Reverte?
R. Que me comparen me parece bien. P¨¦rez Reverte ha hecho una aportaci¨®n al castellano con la novela de aventuras que hasta ¨¦l nadie se hab¨ªa atrevido a tocar. Ambos hacemos novelas de aventuras, aunque sus intereses son distintos a los m¨ªos. Pero hay gente que me viene con mala leche con la historia del padrinazgo [¨¦l fue miembro del jurado del certamen que gan¨® mi primera novela] y me dice 'As¨ª que es tu padrino, ?eh?'. Eso me toca las narices. La palabra padrino es cojonera, suena a palmadita en la espalda.
P. ?Y qu¨¦ me dice del follet¨ªn?
R. Soy un defensor a ultranza del follet¨ªn, me gusta much¨ªsimo. Lo que ocurre es que parece una palabra despectiva.Cuando uno dice que es autor de folletines parece que tiene un tono despectivo. No me ofende. Carecen de cierto valor literario, que trato de conservar.
R. ?Aspira a que sus obras sean best sellers?
R. M¨¢s que best sellers, trato de hacer una literatura amplia, que pueda leer todo el mundo y que a la vez no renuncie a la calidad. ?stos adolecen de estilo, con personajes planos. Intento corregir eso. Es un g¨¦nero agradecido para el lector. Mi literatura es de diversi¨®n, trato de distraer, no de disuadir a nada. Me lo paso bien escribiendo y quiero que el lector se lo pase bien leyendo. Mis grandes ratos de lectura son esas novelas de misterio. Quer¨ªa imitar lo que le¨ªa y me gustaba.
P. ?Cree que hay novelistas que escriben m¨¢s para la gran pantalla que para los lectores?
R. S¨ª, claro. Algunos est¨¢n muy mediatizados. Hay quienes hacen una transposici¨®n novelesca de un gui¨®n de pel¨ªcula. De ah¨ª viene muchas veces un problema de calidad.
P. Las antig¨¹edades, los criptogramas, los manuscritos y palimpsestos son elementos recurrentes en muchas obras.
R. Recurro a ellos porque parto de la novela g¨®tica, madre del g¨¦nero de terror. En el siglo XVIII, este tipo de novela habla de fantasmas, castillos y antig¨¹edades. Trato de utilizar ese tipo de estereotipos. Hacer literatura de estereotipos es muy jugoso porque juegas con las expectativas del lector. Me gusta que el lector se reconozca en lo que lee. En literatura es muy dif¨ªcil ser original; la originalidad estriba en el modo en que uno utiliza los estereotipos.
P. ?Le atrae el mal?
R. Como materia literaria s¨ª, le doy el sesgo de una entidad metaf¨ªsica y no moral, el de las novelas g¨®ticas, que inciden en el tema fant¨¢stico, con personajes malvados. El mal en la vida cotidiana pierde mucho, el literario es mucho m¨¢s aristocr¨¢tico. Para hacer el mal hay que tener arte. El diablo tiene mucha enjundia. Yo le hago un homenaje entre comillas.
P. La atm¨®sfera de la novela es densa. Sevilla parece una ciudad sofocante, en sombras.
R. Quer¨ªa que la historia fuese bastanta tensa. Es un homenaje a Edgar Allan Poe, que he le¨ªdo desde peque?o. Una de sus grandes creaciones fue el ambiente. Es lo que he intentado imitar en la novela, los ambientes cerrados, densos.
P. Parece que Sevilla se ha puesto de moda como escenario de novelas de aventuras.
R. Me parece interesante para quitarle el muermo del folclore. Es positivo que las cosas vayan por ah¨ª.
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