Gore busca el voto ¨²til de los 'verdes' y acusa a su rival de querer recortar el derecho al aborto
En un pen¨²ltimo esfuerzo por movilizar la totalidad del voto progresista, y en particular el de las mujeres, Al Gore y sus partidarios presentaban ayer a George W. Bush como una amenaza para el derecho al aborto. Esta campa?a era muy intensa en Estados como Oreg¨®n y Washington, donde Ralph Nader, el candidato del Partido Verde, puede obtener un apoyo significativo y abrirle de modo indirecto las puertas de la Casa Blanca a Bush. Invocando que Gore garantiza el derecho al aborto, los dem¨®cratas y los grupos feministas ped¨ªan a los partidarios de Nader que se inclinen por el voto ¨²til.
El derecho al aborto est¨¢ recogido en una hist¨®rica sentencia de 1973 del Tribunal Supremo de EE UU, y se calcula que cada a?o lo emplean m¨¢s de un mill¨®n de norteamericanas. Pero el mecanismo por el que Bush podr¨ªa cambiar esta situaci¨®n es la designaci¨®n de jueces del Supremo, que corresponde al presidente. Es muy posible que dos o tres de sus nueve miembros sean renovados en el pr¨®ximo cuatrienio.Las cadenas de televisi¨®n difund¨ªan anuncios de La Liga Nacional del Derecho al Aborto pidiendo una masiva asistencia de mujeres a las urnas para impedir que Bush "anule el derecho a escoger". Esos anuncios se multiplicaban en los Estados en los que Nader cuenta con muchos votantes potenciales. Advert¨ªan que votar por Nader podr¨ªa suponer una derrota de Gore, lo que dar¨ªa a Bush la oportunidad de nombrar jueces para el Supremo contrarios al aborto.
"Muchos votantes no se creen que Bush, si llega a la Casa Blanca, har¨¢ todo lo posible por acabar con la mayor¨ªa de las formas legales de aborto", confes¨® la muy inquieta Kate Michelman, presidenta de la Liga Nacional para el Derecho de Aborto. Y es que el gobernador de Tejas ha sido muy cauteloso en esta materia. Antes de lanzarse a la carrera hacia la Casa Blanca, pact¨® con la derecha republicana, incluido el poderoso sector de Coalici¨®n Cristiana, que el aborto y otros espinosos asuntos ¨¦ticos y religiosos no formar¨ªan parte de su campa?a. Les convenci¨® de que lo importante es desalojar a los dem¨®cratas.
"Bush", dice David Garrow, historiador de Emory University, "ha hecho un gran trabajo para evitar asustar a los votantes partidarios del derecho de la mujer a escoger". En su primer debate televisado, en Boston, Gore intent¨® hacerle decir que nombrar¨ªa para el Supremo a jueces opuestos al aborto. El republicano vio la trampa y respondi¨® que su ¨²nico criterio de designaci¨®n de magistrados ser¨ªa "una interpretaci¨®n estricta de la Constituci¨®n" de EE UU. Citando su historial en Tejas, precis¨® que jam¨¢s nombrar¨ªa a un juez que "use su puesto para escribir pol¨ªtica social". Y sentenci¨® que en esta materia "puede haber discrepancias entre buena gente".
Una cuesti¨®n de candidatos
Gore, por el contrario, es claro en esta materia: sus candidatos para el Supremo ser¨ªan partidarios de la hist¨®rica decisi¨®n de 1973. El Supremo est¨¢ compuesto ahora por cinco magistrados conservadores, incluido su presidente, William Rehnquist, y cuatro liberales. Esa mayor¨ªa es muy corta para permitir alteraciones sustanciales en asuntos, como el aborto, en los que el pa¨ªs est¨¢ profundamente dividido. Todos los miembros del Supremo ejercen sus cargos de modo vitalicio, pero tres de ellos tienen edades que oscilan entre los 70 y los 80 a?os, por lo que la hip¨®tesis de su sustituci¨®n, por fallecimiento o jubilaci¨®n voluntaria, es probable en el pr¨®ximo cuatrienio.Bush no oculta que es enemigo del derecho al aborto excepto en los casos de violaci¨®n, incesto y peligro para la vida de la madre, y ha declarado que sus dos jueces favoritos en el Supremo son Antonin Scalia y el afroamericano Clarence Thomas, los m¨¢s conservadores. Este ¨²ltimo, cuyo nombramiento por el padre de Bush despert¨® una gran pol¨¦mica al ser acusado de acoso sexual, ha confirmado que algunos de sus colegas se retirar¨¢n pronto y que las presidenciales tendr¨¢n influencia en la composici¨®n de este organismo.
En lo que s¨ª coinciden Gore y Bush es en prometer que incorporar¨¢n a un hispano al Supremo. En caso de victoria presidencial dem¨®crata, ¨¦ste podr¨ªa ser Jos¨¦ Cabranes, juez de un tribunal de apelaciones de Nueva York. El republicano se inclinar¨ªa por el magistrado de Nueva Orle¨¢ns Emilio Garza. "Ya hay mujeres y afroamericanos en el Supremo y nuestra comunidad agradecer¨ªa la presencia de uno de los nuestros en ese organismo", declar¨® ayer Rafael Santiago, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Abogados Hispanos.
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