El presidente filipino pierde apoyos en el Parlamento en una grave crisis pol¨ªtica
La crisis pol¨ªtica desencadenada por las acusaciones de corrupci¨®n contra el presidente de Filipinas, Joseph Estrada, se agudiz¨® ayer con una nueva oleada de deserciones entre sus principales aliados. Estrada, elegido a mediados de 1998 para un mandato de seis a?os, se mostr¨® dispuesto a resistir el acoso de la oposici¨®n y anunci¨® su voluntad de que el pueblo filipino decida sobre su futuro en un refer¨¦ndum.
La apertura de un proceso de destituci¨®n contra Estrada parece inevitable despu¨¦s de que el presidente de la C¨¢mara baja filipina, Manuel Villar, y otros 40 diputados anunciasen ayer la retirada de su apoyo a la coalici¨®n gubernamental. Las cosas tambi¨¦n se complicaron para Estrada en el Senado, cuyo presidente, Franklin Drilon, abandon¨® horas despu¨¦s las filas gubernamentales. "He examinado las pruebas [contra Estrada] y creo que es conveniente para el pa¨ªs hallar una soluci¨®n inmediata a esta crisis, especialmente en vista del deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica", afirm¨® Drilon, l¨ªder del partido conservador Lakas Masang Pilipino (LAMP), una de las formaciones que integran la coalici¨®n gubernamental.Estrada, que asumi¨® la Presidencia filipina tras una prol¨ªfica carrera de actor, ha ido perdiendo apoyos paulatinamente desde primeros de octubre, cuando su aliado pol¨ªtico y amigo personal Luis Singson, gobernador de la provincia de Ilocos, le acus¨® de haberse embolsado varios millones de d¨®lares procedentes del juego ilegal y de comisiones de una empresa tabacalera. La primera en abandonar a Estrada fue la vicepresidenta filipina, Gloria Macapagal-Arroyo, que dimiti¨® d¨ªas despu¨¦s de su cargo de ministra de Bienestar Social y se puso al frente de la oposici¨®n al presidente. A ella se sum¨® el pasado mi¨¦rcoles el ministro de Comercio, Manuel Roxas.
El presidente, que niega las acusaciones vertidas contra ¨¦l, declar¨® ayer que se resistir¨¢ a cualquier intento de destituci¨®n. "Creo que debemos consultar al pueblo", afirm¨® Estrada, quien culp¨® de todos sus males a quienes ¨¦l llama "los ruidosos de Makati" (barrio financiero de Manila). La crisis pol¨ªtica ha causado una acentuada ca¨ªda de la Bolsa de Manila y el hundimiento del peso filipino frente al d¨®lar.
Para poner en marcha el proceso de destituci¨®n es preciso el apoyo de 73, o un tercio, de los 218 diputados que integran la C¨¢mara Baja. En caso de que la propuesta fuese aprobada, Estrada ser¨ªa juzgado por el Senado, donde la oposici¨®n necesitar¨ªa el apoyo de dos tercios de los 22 senadores para destituir al presidente.
Los opositores a Estrada han convocado para hoy una gran manifestaci¨®n en las calles de Manila, a la que han anunciado su asistencia la ex presidenta filipina Coraz¨®n Aquino, el influyente arzobispo de la capital, cardenal Jaime Sin, y la propia vicepresidenta Macapagal-Arroyo, que asumir¨ªa autom¨¢ticamente el poder si cayera Estrada.
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