Una cadena de errores judiciales facilit¨® la fuga de Espa?a del mafioso italiano Giovanni Greco
Los jueces acordaron su prisi¨®n a los 48 d¨ªas de desaparecer y la polic¨ªa lo busc¨® 51 d¨ªas despu¨¦s
Una larga cadena de errores judiciales y policiales allan¨® el camino para la fuga de Giovanni Greco, capo (jefe) de la Cosa Nostra cuya extradici¨®n concedi¨® el Gobierno espa?ol el pasado mes de agosto. Seg¨²n documentaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S, la Audiencia Nacional decret¨® su prisi¨®n provisional 48 d¨ªas despu¨¦s de que dejara de comparecer en los juzgados de Manacor, donde estaba obligado a presentarse cada d¨ªa. La polic¨ªa decret¨® su b¨²squeda a los 51 d¨ªas de su incomparecencia judicial, pero Greco, el mafioso por el que Italia hab¨ªa mostrado m¨¢s inter¨¦s, ya hab¨ªa volado.
El pasado 12 de junio, lunes, una llamada telef¨®nica trunc¨® la pl¨¢cida vida de Giovanni Greco, de 44 a?os; de su esposa, ?ngela Ficano, y de sus hijos, Salvatore, Antonella y Miguel, en su discreta casa de Cala Llombarts, colgada de un precioso acantilado en el municipio de Santany¨ª, a 59 kil¨®metros de Palma de Mallorca.Ese d¨ªa, el Tribunal Constitucional estim¨® parcialmente el recurso de Greco y anul¨® su extradici¨®n a Italia, que antes hab¨ªa concedido la Audiencia Nacional, por una condena en ausencia de 27 a?os por intento de homicidio y asociaci¨®n mafiosa. Pero el fallo dej¨® abierta la puerta para que fuera entregado por dos asesinatos por los que todav¨ªa no hab¨ªa sido juzgado.
El 13 de junio, Giovanni Greco, el simp¨¢tico italiano, bajito, de anchas espaldas y brazos de boxeador, que cada ma?ana aparcaba su todoterreno en la plaza de Manacor y estampaba su firma en el juzgado n¨²mero tres de esa localidad, no apareci¨®. A partir de esa fecha sus ausencias fueron un clamor y quedaron reflejadas en los formularios de presentaciones de estos tranquilos juzgados cuyo decanato ostenta Victoria Pelufo.
Era la primera vez que el afable jefe de la Cosa Nostra, un aut¨¦ntico l¨ªder entre los j¨®venes de Cala Llombarts con los que jugaba al f¨²tbol, cocinaba pizzas gigantes y sal¨ªa a pescar calamares, fallaba a su obligada y diaria cita judicial. La primera vez que se ausentaba desde que el 10 de febrero de 1999, la Secci¨®n Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que preside Siro Garc¨ªa, decretara su libertad provisional bajo fianza de un mill¨®n de pesetas.
Una cantidad insignificante para las arcas del italiano al que no se le ha conocido trabajo alguno, salvo su afici¨®n a la pesca de emperadores, desde que en 1982 se refugi¨® en Espa?a huyendo de la justicia de su pa¨ªs y de sus rivales de la propia Mafia que le buscan sin ¨¦xito. Fue detenido en Ibiza en octubre de 1997.
Los juzgados de Manacor remit¨ªan cada semana a dicha Sala de la Audiencia las presentaciones de Greco, tal como les exigi¨® el propio tribunal, seg¨²n se?ala la secretaria del juzgado. Las comprendidas hasta el 13 de junio se recibieron en Madrid el 21 de ese mismo mes. Pero a partir de esa fecha no se envi¨® ninguna m¨¢s al tribunal, seg¨²n aseguran fuentes de este ¨²ltimo.
Los tres magistrados de la Audiencia que le hab¨ªan otorgado la libertad provisional, despu¨¦s de que permaneciera quince meses en prisi¨®n, con la condici¨®n de su presentaci¨®n diaria en los juzgados de Manacor, no modificaron su situaci¨®n de libertad provisional. Y los d¨ªas fueron corriendo a favor del killer (asesino), apodo con el que bautiz¨® a Greco la prensa italiana.
El jefe mafioso, acusado por un juzgado de Palermo de los asesinatos de Salvatore Mazzola y Giacomo Palazzolo, acribillados a tiros en 1983 en Cinisi (Italia), hab¨ªa aprovechado la oportunidad que le brindaba el que nadie alertara de sus ausencias.
El 10 de julio, 27 d¨ªas despu¨¦s de que Greco dejara de acudir a los juzgados de Manacor, los magistrados Garc¨ªa, Manuela Fern¨¢ndez Prado y Antonio D¨ªaz Delgado dictaron un auto en el que declararon procedente su extradici¨®n para ser juzgado por los dos asesinatos.
La Sala mand¨® un exhorto a los juzgados de Manacor para que notificara su auto a Greco y ¨¦stos no pudieron entregarlo porque en la tranquila casa de Cala Llombarts ya no estaba el hombre por el que m¨¢s inter¨¦s hab¨ªa mostrado Italia en las reuniones bilaterales celebradas para combatir a la Mafia en Espa?a.
El 28 de julio la fiscal¨ªa reaccion¨® por primera vez y dirigi¨® un escrito a la Sala en la que pidi¨® que se decretara la prisi¨®n preventiva extradicional condicional de Greco. El fiscal Ignacio Pel¨¢ez informaba de una comunicaci¨®n de la Polic¨ªa Judicial seg¨²n la cual Greco "pudiera estar preparando su salida de Espa?a, evitando as¨ª la acci¨®n de la justicia". La fiscal¨ªa resaltaba que no hab¨ªa ning¨²n obst¨¢culo para su entrega y ped¨ªa que se solicitara al Consejo de Ministros autorizaci¨®n para su entrega.
El 1 de agosto, 48 d¨ªas despu¨¦s de la incomparecencia de Greco, tres magistrados de la Audiencia que integraban la Sala de vacaciones dictaron un auto en el que acordaron su prisi¨®n provisional y solicitaron al Gobierno autorizaci¨®n para su entrega. En el mismo se?alaban que Greco estaba ilocalizable y a?ad¨ªan que "se ha constatado que no realiza presentaciones desde el 13 de junio". Esta constataci¨®n la tuvo la sala 24 horas antes al notificar Manacor que no hab¨ªa podido entregar a Greco el auto que le enviaron.
El 4 de agosto, P¨ªo Cabanillas, portavoz del Gobierno, anunciaba a bombo y platillo la inminente entrega del capo y la enmarcaba en el ¨¦xito del acuerdo bilateral firmado poco antes por el ministro de Justicia, ?ngel Acebes, y su hom¨®logo italiano, Piero Fassino. Pero el killer de la Cosa Nostra estaba desaparecido hac¨ªa 53 d¨ªas.
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