Ciencia
Llevo semanas asistiendo, estupefacta, al chaparr¨®n de noticias calamitosas sobre la situaci¨®n de la ciencia en nuestro pa¨ªs. Investigadores que no tienen quince m¨ªseros millones de pesetas para poder patentar sus descubrimientos, becados que no reciben el dinero de las becas, cient¨ªficos j¨®venes y brillantes que emigran en masa a otros pa¨ªses porque aqu¨ª no se comen una piruleta, especialistas que reh¨²san dirigir importantes proyectos europeos porque carecen de medios. Eso s¨ª, de los magros fondos presupuestados para Investigaci¨®n y Desarrollo, un suculento pellizco se dedica a las armas. En tanques y pistolas a lo mejor somos unos genios (que me parece que tampoco), pero en la ciencia de verdad la caspa nos llega hasta las cejas.Resulta lastimoso, porque es en estas cosas en donde se mide el aut¨¦ntico progreso de un pueblo. Mucho postinear por esos mundos con que si en la Espa?a democr¨¢tica somos muy modernos y con lo guapos y altos que nos hemos puesto, y luego, a poquito que se rasca, seguimos teniendo la misma burricie de la Espa?a ancestral bajo un mero maquillaje de apariencias. Y as¨ª, nos duele much¨ªsimo haber sacado alguna medalla menos en los Juegos Ol¨ªmpicos, que lucen tanto en la tele y son tan sentidos cuando los atletas se suben al caj¨®n y suena la chundarata. Pero nos importa un pimiento no haber obtenido jam¨¢s un Premio Nobel de F¨ªsica o de Qu¨ªmica, ni que nuestro nivel cient¨ªfico sea poco m¨¢s o menos como el de Andorra (es un poner: no conozco el tema, y tal vez Andorra nos supere). Como dec¨ªa Unamuno, "que inventen ellos", que nosotros seguimos aferrados a la esencias.
Pero yo me niego a creer que esas esencias sean inmutables, porque ya hemos conseguido cambiar otros usos penosos de esta tierra. Para favorecer la cosa, propongo que los peri¨®dicos publiquen todos los d¨ªas un dibujito semejante al que se utiliza para medir las reservas de agua, pero que en este caso reflejara por d¨®nde va nuestro nivel de incompetencia cient¨ªfica, con el n¨²mero de proyectos perdidos cada jornada. Lo podr¨ªamos llamar, por ejemplo, el casp¨®metro. A ver si as¨ª se nos ablanda este caletre espeso y empezamos a saber lo que es importante.
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