?Un nuevo Reagan?
El verdadero sue?o del gobernador George Bush era ser presidente de la Liga Nacional de B¨¦isbol
Si George W. Bush hubiera materializado el verdadero sue?o de su vida, ser presidente de la Liga Nacional de B¨¦isbol, jam¨¢s habr¨ªa competido por la Casa Blanca. A comienzos de los noventa, cuando era propietario de los Rangers de Tejas, maniobr¨® para hacerse con el cargo, pero su candidatura no cuaj¨®. Bush tuvo que optar por la soluci¨®n alternativa y se concentr¨® en la lucha por el puesto de gobernador del Estado de Tejas, lo que consigui¨® en 1994, en una gran victoria electoral frente a la dem¨®crata Ann Richards, y, para su asombro, se convirti¨® en la estrella en ascensi¨®n en el Partido Republicano, hu¨¦rfano de respuestas eficaces ante la popularidad del presidente Bill Clinton y su equipo.En 1998, cuando estaba claro que iba a conseguir por aplastante mayor¨ªa la reelecci¨®n como gobernador, empez¨® a ver c¨®mo desfilaban por su domicilio decenas de correligionarios que le instaban a prepararse para la batalla presidencial de 2000.
El clintonismo estaba malherido por una serie de esc¨¢ndalos -entre ellos, el caso Lewinsky-, pero la extremista direcci¨®n republicana de entonces, con Newt Gingrich a la cabeza, parec¨ªa incapaz de darle la estocada. Los republicanos necesitaban un rostro nuevo que, al mismo tiempo, entroncara con la optimista tradici¨®n reaganiana, y Bush, reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica pero hijo de ex presidente, era el hombre perfecto.
Para ofrecer una imagen m¨¢s centrista y moderada del Partido Republicano tambi¨¦n eran excelentes sus credenciales de persona agradable, conciliadora y con buenas relaciones con negros e hispanos, las minor¨ªas clave en unas elecciones.
Tras un largo camino, Bush se encontraba ayer en el umbral de la Casa Blanca; no ten¨ªa ganadas las elecciones, pero s¨ª la campa?a electoral. Como dec¨ªa con sarcasmo el candidato verde, Ralph Nader, el biso?o y balbuciente Bush ya ten¨ªa mucho m¨¦rito por colocar contra las cuerdas a un candidato como Al Gore, vicepresidente durante ocho a?os de un Estados Unidos en paz y prosperidad, veterano de la guerra de Vietnam, de intachable vida familiar, gran conocedor de los asuntos de gobierno y de una inteligencia y memoria poco comunes.
Bush ha crecido mucho durante la campa?a. Gore, Clinton, la prensa liberal, los programas humor¨ªsticos de la televisi¨®n y los chistes de Internet le han golpeado en el h¨ªgado una y otra vez por su simpleza a lo Ronald Reagan, su falta de experiencia de gobierno, su evasi¨®n de la guerra de Vietnam al alistarse en la Guardia Nacional tejana, su desconocimiento de los nombres de los l¨ªderes internacionales o sus confusiones con los nombres de los pa¨ªses, sus constantes tropiezos con la lengua inglesa, su metedura de pata al insultar a un periodista de The New York Times, el error de sus publicistas al deslizar la palabra "ratas" en un anuncio contra los dem¨®cratas y su poca afici¨®n a la lectura, frente a su pasi¨®n por el b¨¦isbol.
La revista Vanity Fair lleg¨® a decir en octubre que hab¨ªa sido un ni?o disl¨¦xico, y en Europa ha sido identificado esencialmente con el terrible r¨¦cord de ejecuciones que ostenta la prisi¨®n tejana de Huntsville.
El gobernador de Tejas, no obstante, ten¨ªa ayer tantas posibilidades de ganar las elecciones como el perfecto, quiz¨¢ demasiado perfecto, Gore. Se convertir¨ªa en ese caso en el segundo hijo de presidente -el ¨²nico precedente es John Quincy Adams, en 1825- en conquistar la Casa Blanca. Y es que desde que en febrero comenz¨® la carrera en las nieves de New Hampshire, Bush ha demostrado tener tripas de hierro y buen humor para aguantar el bombardeo.
Primero se quit¨® de encima al peligros¨ªsimo rival republicano John McCain, luego libr¨® re?ida batalla con Gore y, por ¨²ltimo, encaj¨® el descubrimiento de que fue detenido por conducir bebido hace 24 a?os. En el oto?o de 1998, Bush confes¨® a este corresponsal, en una conversaci¨®n en Waco (Tejas), que la principal raz¨®n que le hac¨ªa dudar sobre su candidatura presidencial era el miedo a que sus dos hijas resultaran da?adas por las revelaciones sobre su pasado.
Uno de los capitales de Bush frente a Gore ha sido su mayor semejanza al com¨²n de los estadounidenses. Fue detenido con unas copas de m¨¢s al final del verano de 1976, como lo han sido millones de sus compatriotas, y siempre ha dicho, sin querer entrar en detalles, que llev¨® una vida golfa hasta que a los 40 a?os le regeneraron su esposa, Laura, y el redescubrimiento de la religi¨®n. Jesucristo, afirma ahora, es su fil¨®sofo favorito. Frente al sabiondo Gore, Bush gan¨® la batalla de la imagen en el conjunto de los tres debates presidenciales. Apareci¨® como alguien m¨¢s modesto, m¨¢s sincero y m¨¢s encantador incluso en sus deficiencias.
A diferencia de su padre, un arrogante y despreciativo patricio de Nueva Inglaterra, 'W' o 'Dubya', como le llama todo el mundo, es muy tejano, o sea, un meridional c¨¢lido, propenso al contacto f¨ªsico y feliz de estar entre la gente. Su cari?o por los hispanos y por M¨¦xico es sincero, como lo es su voluntad de gobernar por consenso entre republicanos y dem¨®cratas.
De 54 a?os de edad, casado con la maestra de escuela y bibliotecaria Laura y padre de dos gemelas adolescentes, Jenna y Barbara, Bush ha ido redondeando una imagen presidenciable en los ¨²ltimos meses. No ha rematado la faena y ayer persist¨ªan dudas sobre su inteligencia, su experiencia y su capacidad para asumir el principal puesto pol¨ªtico del planeta, y esas dudas eran lo ¨²ltimo que se interpon¨ªa en su camino hacia la Casa Blanca.
Por lo dem¨¢s, los analistas le conced¨ªan el m¨¦rito de haber suavizado, con la ret¨®rica del "conservadurismo con compasi¨®n", la imagen de un Partido Republicano situado en los l¨ªmites del ultraderechismo en los noventa.
Tambi¨¦n el de haber presentado una visi¨®n pol¨ªtica sencilla pero coherente. Bush ha pretendido convertir en virtud su falta de experiencia en un Washington descrito como un nido de partidismo y burocracia. Con ¨¦l en la Casa Blanca, los estadounidenses recibir¨ªan una rebaja de impuestos, el Gobierno reducir¨ªa su peso, se concentrar¨ªa en reforzar la defensa y mejorar la ense?anza primaria y los trabajadores podr¨ªan destinar a planes de pensiones privados el 15% de sus cotizaciones a la Seguridad Social.
El Estados Unidos de Bush ser¨ªa m¨¢s poderoso militarmente, pero menos intervencionista en el exterior, y los europeos tendr¨ªan que ir pensando en hacerse cargo de Bosnia y Kosovo. Rodeado de asesores expertos, como el general Colin Powell, Dubya gobernar¨ªa el imperio como ha gobernado Tejas. Como brome¨® en el programa humor¨ªstico de David Letterman, pondr¨ªa en la biblioteca de la Casa Blanca "libros con muchos dibujos y letras muy grandes" e instalar¨ªa "un toro mec¨¢nico" para que los ministros se divirtieran antes de las reuniones.
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