Bush pide a un juez que detenga el recuento.
Los republicanos dan el primer paso en la judicializaci¨®n de la carrera por la Casa Blanca
La temida judicializaci¨®n de las elecciones presidenciales estadounidenses dio ayer un paso adelante cuando James Baker, en nombre de George Bush, pidi¨® a un Tribunal Federal de Florida que dictara una orden prohibiendo el tercer recuento, esta vez manual, en varios condados de ese Estado. Los republicanos expresaron su temor a que el recuento manual permita manipulaciones que alteren la cort¨ªsima victoria de Bush en los dos recuentos mec¨¢nicos ya efectuados. Los dem¨®cratas denunciaron la "arrogancia" de Bush y le pidieron que retirara esa demanda. A la espera de una decisi¨®n judicial, anoche empez¨® el recuento manual en el condado de Palm Beach. El envenenamiento del conflicto subi¨® varios grados m¨¢s tras el anuncio republicano.
"El recuento manual", dijo Baker, est¨¢ sujeto a "error humano, subjetividad individual y decisiones sobre cu¨¢l era la intenci¨®n de los votantes". "Las m¨¢quinas", a?adi¨®, "no son republicanas o dem¨®cratas, jam¨¢s pueden ser parciales". El escrutinio manual, solicitado por Gore para tres condados de Florida, comenz¨® a hacerse en Palm Beach. El argumento de los dem¨®cratas es que las m¨¢quinas dieron como nulas papeletas que estaban insuficientemente agujereadas o, como ocurri¨® con miles de votos en Palm Beach, agujereadas dos veces.Pero los republicanos se tem¨ªan que las personas que efect¨²en ese recuento manual deban decidir en los casos dudosos cu¨¢l era la voluntad del elector. Y pidieron al Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida que ordene la paralizaci¨®n de ese sistema, abierto, en su opini¨®n, a la subjetividad. El caso cay¨® en manos del juez Donald Middlebooks, nombrado por Clinton, quien convoc¨® a las partes ma?ana lunes para escuchar sus argumentos.
"No hay ninguna raz¨®n para que los votos populares no puedan ser contados por seres humanos", replic¨® Dough Hattaway, portavoz de la campa?a presidencial dem¨®crata. "Confiamos en que el pueblo norteamericano rechace la arrogante actitud de Bush", a?adi¨® el tambi¨¦n portavoz dem¨®crata Chris Lehane. El campo de Gore pidi¨® a Bush que d¨¦ marcha atr¨¢s y denunci¨® que han sido los republicanos los primeros en llevar la batalla a los tribunales. "Nosotros no hemos emprendido todav¨ªa ninguna acci¨®n legal", dijo Hattaway. El viernes, Gore hab¨ªa recibido intensas presiones tanto desde la prensa afin a su candidatura como de su propio partido para que no llevara a los tribunales los resultados oficiales que proclamar¨¢ el Estado de Florida el d¨ªa 17. Ayer sus colaboradores replicaron que quien judicializa es Bush.
Una judicializaci¨®n que parec¨ªa ayer inevitable tras la iniciativa anunciada por Baker, ex secretario de Estado y ahora apoderado de Bush en el contencioso de Florida. El conflicto podr¨ªa degenerar en met¨¢stasis porque, dada la estrechez de los resultados en Nuevo M¨¦xico, Oregon, Wyoming y Winconsin, los republicanos y los dem¨®cratas podr¨ªan solicitar a los tribunales nuevos recuentos e incluso nuevas votaciones.
Mientras EE UU segu¨ªa sin conocer el nombre de su futuro presidente y una imagen de rep¨²blica bananera se extend¨ªa por el interior y el exterior del pa¨ªs, Gore, de regreso a Washington, se dedic¨® ayer a seguir las actividades deportivas de su hijo. A¨²n m¨¢s exhausto, Bush se retir¨® a su rancho tejano. "Todos estamos en el limbo", dijo el l¨ªder republicano. A tenor de los dos escrutinios completos celebrados en Florida, Bush es el ganador provisional en las elecciones en ese Estado y podr¨ªa disponer de sus decisivos 25 compromisarios en el Colegio Electoral.
En el segundo recuento, Bush obtuvo 327 votos de ventaja en toda Florida, seg¨²n el c¨¢lculo de Associated Press, y 960, seg¨²n el de las autoridades de ese Estado. Ninguna de estas cifras es oficial, ya que Florida solo dar¨¢ resultados definitivos el pr¨®ximo viernes, tras contabilizar los votos por correo. En el primer recuento, en la madrugada del mi¨¦rcoles, el gobernador de Tejas gan¨® por 1.784 votos.
La pelota est¨¢ en los pies de Gore. De hacerse oficial el viernes la victoria de Bush en Florida, el candidato dem¨®crata tendr¨¢ que tomar una dura decisi¨®n pol¨ªtica: si escucha los llamamientos a que aplique la raz¨®n de inter¨¦s general le conceder¨¢ a Bush la presidencia y quedar¨¢ reforzado para dar una nueva batalla por la Casa Blanca en 2004. La presidencia de Bush nacer¨¢ con dudas sobre su legitimidad y, dada la inexistencia de una amplia mayor¨ªa republicana en el Congreso, tendr¨¢ poco margen de acci¨®n legislativa. Pero si Gore, como le pide la izquierda del Partido Dem¨®crata, opta por prolongar la batalla, la crisis institucional estar¨¢ servida.
El dilema al que se enfrenta Gore es si sumarse o no a las acciones judiciales de grupos de vecinos para exigir una rectificaci¨®n de los resultados en ese condado o incluso una nueva votaci¨®n. Existe jurisprudencia para todo. En 1998 el Tribunal Supremo de Florida sentenci¨® que, aunque no haya habido fraude, los resultados de una elecci¨®n pueden ser alterados si existen "dudas razonables" sobre si expresan "la voluntad de los votantes". Pero en un caso en el condado de Pinellas, un tribunal de Florida sentenci¨® en 1974 que "la mera confusi¨®n en las papeletas no es un impedimento para que los votantes expresen con libertad sus opciones si han tenido tiempo razonable para estudiarlas".
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